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Un estudio destaca que menos del uno por ciento de los pisos de alquiler en la provincia de Teruel permiten mascotas Un estudio destaca que menos del uno por ciento de los pisos de alquiler en la provincia de Teruel permiten mascotas
El estudio ha sido llevado a cabo por el portal inmobiliario Fotocasa y la Fundación Affinity

Un estudio destaca que menos del uno por ciento de los pisos de alquiler en la provincia de Teruel permiten mascotas

Presenta los peores número junto a Palencia, Ciudad Real y Salamanca
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Aragón es la comunidad autónoma con mayor dificultad a la hora de alquilar una vivienda a familias con gatos y perros, ya que solo el 1 % de los pisos que se ofrecen permiten mascotas, mientras que la Comunidad de Madrid supera la media española, con un 7 % de aceptación.

Según un estudio llevado a cabo por el portal inmobiliario Fotocasa y la Fundación Affinity, actualmente en un 44 % de los hogares vive un animal de compañía, lo que supone dificultades a las familias con perros y gatos a la hora de alquilar una casa.

El estudio indica que después de Aragón, las comunidades más restrictivas a este tipo de alquileres son el País Vasco, Extremadura, Castilla y León y Cantabria, con menos de un 2 %, y por provincias, Palencia, Ciudad Real, Salamanca y Teruel que están por debajo del 1 %.

Las comunidades más permisivas, además de Madrid, son Baleares, Comunidad Valenciana y Canarias, que registran una media de un 6 %, y por provincias Barcelona, Alicante, Santa Cruz de Tenerife y Valencia que se acercan al 6 %.

En Cataluña solo un 4 % de las viviendas de alquiler aceptan expresamente a familias con gatos o perros: Barcelona se sitúa en un 6 %, Girona en un 4 % y en Lleida un 2 % de los propietarios lo permiten.

En España solo se permiten animales de convivencia en el 4 % de los pisos en alquiler, cifra que ha disminuido, ya que en 2021 era del 5 %.

La directora de la Fundación Affinity, Isabel Buil, ha aclarado que su objetivo es "ser un altavoz de este problema, que afecta a muchas personas cada año y animarlas a que puedan expresarse y pedir un cambio de actitud a la sociedad".

"Convivir con un animal de compañía no es sinónimo de problemas -ha añadido Buil- simplemente hay que cumplir unas normas básicas y creemos que hoy en día tenemos suficiente información y responsabilidad como para asegurar una buena convivencia".

El estudio confirma que sigue la creencia de que los animales de compañía pueden suponer un gasto añadido para el arrendador por los desperfectos que estos pueden ocasionar en la vivienda, pero lo que parece preocupar más son los inconvenientes en la convivencia, como son los posibles ruidos u olores.

Como solución, la directora de estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, ha explicado que "existen instrumentos como seguros o cláusulas en el contrato que aportan seguridad y garantías a los propietarios, en el caso de que se produzcan desperfectos".

"Debemos desterrar la idea de que los animales son sinónimo de ruidos y suciedad porque eso no tiene ninguna base y es una creencia que merma la igualdad de oportunidades de muchas familias a la hora de acceder a una vivienda", ha concluido Buil.