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Un joven se enfrenta a una petición de cinco años de prisión por apuñalar a otro Un joven se enfrenta a una petición de cinco años de prisión por apuñalar a otro
El acusado durante su declaración este martes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Teruel

Un joven se enfrenta a una petición de cinco años de prisión por apuñalar a otro

Las acusaciones ven tentativa de homicidio y la defensa lo tipifica como lesiones
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Un calentón entre dos personas, que estuvo a punto de acabar con la vida de una de ellas, podría terminar en una pena de prisión de 5 años de cárcel por un apuñalamiento en la Zona. Es la condena que piden tanto la Fiscalía como la acusación particular para un joven de 23 años que apuñaló a otro desde el interior de un vehículo tras haber mantenido una discusión minutos antes. La defensa, en cambio, alega que no hubo intencionalidad de matar, que actuó en defensa propia y tipifica el delito de lesiones. La vista comenzó a celebrarse este martes en la Audiencia Provincial de Teruel y se reanudará el próximo 21 de junio al no comparecer uno de los testigos, que en su día también fue detenido por estos hechos.

Víctima y agresor no se conocían de nada, pero el primero golpeó el espejo retrovisor de un coche que pasaba por el estrechamiento de la calle Abadía antes de llegar a la plaza Bretón, y se lió. Los ocupantes del coche pararon, bajaron y hubo un altercado con la persona que había golpeado el espejo y otras que le acompañaban.

Era de madrugada y todo quedó en un calentón, pero diez minutos después víctima y agresor volvieron a coincidir en la misma calle a la altura de la ronda Ambeles, con el vehículo en dirección contraria donde está el salón de juegos. Fue entonces cuando el que iba en el asiento del copiloto apuñaló desde el interior del coche al que había golpeado el retrovisor. En ese punto la calle es también muy estrecha.

Destornillador

El agresor asegura que lo hizo con un destornillador, pero la prueba forense lo desmiente por el tipo de heridas, que ratifican que fueron hechas con un arma blanca de filo cortante. De haber penetrado un centímetro más de lo que lo hizo, la víctima habría muerto al instante, según declaró el médido forense durante la práctica de la prueba pericial, ya que le asestó el golpe en la zona superior del corazón donde se encuentra el paquete arterial.

El acusado, J. A. M. P., de 23 años, declaró que nunca tuvo intención de matar y que reaccionó así en defensa propia ya que el otro le golpeó desde el exterior a través de la ventanilla del coche, que la tenía levantada. Tras ello se dieron a la fuga no sin intentar un nuevo apuñalamiento que fue esquivado por la víctima. Horas después contactó con un  policía nacional cuyo teléfono le habían facilitado unos conocidos, para confesarle lo que había ocurrido. En ese momento la Comisaría ya investigaba el delito y buscaba a sus autores.

Tras su detención, y al comprobar que se encontraba en situación irregular en España por no tener papeles, fue enviado a prisión provisional para evitar su fuga a la espera de la celebración del juicio. La vista no pudo concluirse ayer al no acudir como testigo la persona que conducía el coche, cuyo testimonio considera clave la defensa para demostrar que no hubo intencionalidad de matar y que actuó en defensa propia.

El acusado regresó a prisión y el juicio se reanudará el próximo 21 de junio. Ese día se citará de nuevo al testigo y el tribunal acordó darle facilidades para que si no puede comparecer presencialmente, puesto que ahora está en Colombia, pueda conectarse con su móvil por videoconferencia.

Suspensión de la vista

Los magistrados aceptaron suspender la vista y volver a citarlo, después de que la defensa insistiese por considerar que era fundamental para demostrar que su representado no tuvo intención de matar. Argumentó que ese testigo fue el único que pudo verlo todo aparte de la víctima y el agresor, si bien la escena quedó grabada por cámaras de videovigilancia que hay en ese punto de la calle, pero sin detalle.

Las versiones de víctima y agresor son discrepantes, ya que el primero dice que pasó al lado del vehículo porque la calle es estrecha, vio un gesto del copiloto de girarse a la izquierda para coger algo y seguidamente le asestó el apuñalamiento, se echó hacia atrás y esquivó un segundo intento fallido.

El acusado, en cambio, dijo que la víctima le agredió primero a través de la ventanilla y después él respondió en defensa propia por miedo. Cuando tanto él como el conductor fueron detenidos declararon que había sido con un destornillador, no con un arma blanca, y el martes insistió en esa versión, pese a que la prueba pericial forense lo desmiente.

Tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular piden 5 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, además de una indemnización a favor de la víctima de 6.000 euros en el primer caso y de 7.832 en el segundo, así como 2.827 euros para el SAS por los gastos de asistencia médica.

Tanto el ministerio público como la acusación particular plantean la sustitución de la pena por la expulsión de España por 10 años al encontrarse en situación irregular. No obstante, el abogado de la víctima solicita que el acusado cumpla en prisión en España al menos dos tercios de la condena, y el resto se sustituya por la expulsión.

Legítima defensa

El abogado de la defensa explicó que al no haber intención de matar pedirá, cuando se reanude el juicio, que el delito se tipifique de lesiones y se tengan en cuenta tres atenuantes: la confesión al haberse puesto en contacto con un policía para explicar lo ocurrido, el arrebato y la legítima defensa, y la reparación del daño, puesto que ha ingresado 5.000 euros en la caja de la Audiencia para que se indemnice a la víctima en concepto de responsabilidad civil.

Los hechos ocurrieron el 8 de diciembre de 2022 pasadas las seis y media de la madrugada. En el coche iban otras dos personas en los asientos traseros, una de ellas la madre del acusado. Bajaron los cuatro, porque según la versión de esta parte la víctima golpeó fuerte el retrovisor al pasar al lado, y en el altercado la madre declaró que la agredieron también a ella, además de a su hijo. Añadió que quien conducía levantó del suelo al acusado y ella pidió que se lo llevaran. Se fueron conductor y agresor en el coche, mientras que la madre y la otra persona se fueron a casa caminando.

La víctima declaró que el coche iba a “buena velocidad” y que tocó el retrovisor para que no le diera, momento en el que paró y salieron de él sus ocupantes, que hubo forcejeo, golpes y empujones, a causa de los cuales se cayó al suelo. Añadió que tras marcharse los otros se quedó allí un rato con sus amigos y que unos diez minutos después fue a buscar su coche en la ronda y al salir a pie por la calle Abadía estaba el vehículo del incidente en dirección contraria, parado, y al pasar le asestó un golpe con algo que no llegó a ver y que fue el causante de la herida cortante. Explicó que fue rápido, intentó repeler con las manos el ataque al pensar que era un arma, y el coche se marchó. En el vídeo, según la policía, se ve otro intento de apuñalamiento que esquiva la víctima.

El acusado reconoció que cometió un “error”, que su intención no era matar sino defenderse, que en ese momento “tenía miedo”, y que agarró lo primero que encontró a mano  para hacerlo sin saber lo que era. Apuntó que todo fue muy rápido, que pensó que “todo era un sueño” y que lo único que quería era zafarse del otro.

Herida mortal

El médico forense explicó en el juicio que la herida que sufrió la víctima había penetrado entre un centímetro y medio y dos, y que de haberlo hecho un centímetro más habría causado la muerte instantánea al producirse en el paquete arterial que hay encima del corazón. Descartó que hubiese sido con un destornillador, como dice el acusado, por las características de la herida propia de un arma blanca, limpia y con cortes rectos de 3 centímetros de diámetro. De haber sido un destornillador se habrían producido desgarros. Tanto el agresor como el conductor dijeron que habían tirado el supuesto destornillador en la zona de la gasolinera de San Julián. Lo buscó la policía pero no apareció.

Lo que se derime en el juicio es si hubo intencionalidad de matar o no, por eso la defensa insistió en que era necesaria la declaración del conductor, que estaba citado pero no compareció al encontrarse en Colombia. Las acusaciones, aunque no pudieron fundamentar todavía sus conclusiones, consideran que al volver al lugar y circular en sentido contrario iban en busca de la víctima, si bien la defensa dio a entender que a quien buscaban era a la madre.