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Un nuevo proyecto de investigación con el telescopio JAST80 de Javalambre indagará en las nebulosas Un nuevo proyecto de investigación con el telescopio JAST80 de Javalambre indagará en las nebulosas
El investigador principal de J-ALFIN, Martín Guerrero, posa con la foto de una nebulosa y el logo del proyecto en Galáctica

Un nuevo proyecto de investigación con el telescopio JAST80 de Javalambre indagará en las nebulosas

El estudio esclarecerá cómo se deposita el material eyectado de los soles en el medio interestelar
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Uno de los nuevos proyectos de investigación científica que se han iniciado este año con el telescopio JAST80 del Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), indagará en las nebulosas y permitirá conocer mejor cómo es ese proceso de deposición de la materia que eyectan las estrellas en el medio interestelar y que luego da lugar a la aparición de nuevos soles o de sistemas planetarios como el nuestro. El proyecto se denomina J-ALFIN y forma parte de las cuatro nuevas investigaciones científicas que se van a desarrollar durante los próximos cinco años con el telescopio pequeño de Javalambre, el que tiene un espejo de 80 centímetros de diámetro y que se caracteriza por su gran campo.

Los cuatro nuevos cartografiados que se van a desarrollar dentro del tiempo de observación abierto a otras instituciones científicas que oferta el Cefca son de nueva generación y serán de legado para la comunidad científica internacional. En algunos se están registrando ya datos con las observaciones nocturnas que se realizan desde el Pico del Buitre, y uno de ellos es el J-ALFIN, un acrónimo del nombre del proyecto en inglés que se refiere a la evaluación que se va a hacer desde Javalambre de la retroalimentación estelar de las nebulosas evolucionadas en sus últimas etapas.

Al frente del proyecto como investigador principal está el científico del Instituto de Astrofísico de Andalucía (IAA-CSIC), Martín Guerrero, que recientemente estuvo en Arcos de las Salinas con motivo de la reunión anual del comité directivo de la Red de Infraestructuras de Astronomía (RIA), del que forma parte, y que se celebró el pasado 27 de mayo en Galáctica.

J-ALFIN, con ese nombre tan atractivo que tiene, es un proyecto que a los legos en astronomía les puede resultar difícil de entender, pero que nos acerca a lo que somos los humanos, polvo de estrellas, porque estamos hechos de la misma materia de la que está hecho el Universo.

El proyecto, a través del telescopio de 80 centímetros de diámetro de espejo que tiene el Observatorio de Javalambre, estudiará la última fase de cómo el material que eyectan las estrellas en sus fases finales se deposita en el medio interestelar formando esa especie de caldo de cultivo primigenio del que nacen nuevas estrellas y sistemas planetarios.

Guerrero comenta que a través del telescopio de gran campo que es el JAST80 de Javalambre, así como la cámara J80Cam, será posible obtener imágenes de las estructuras nebulares más extensas que se conocen. Estas nebulosas se forman en torno a diferentes tipos de estrellas evolucionadas que van desde novas y supernovas, a nebulosas planetarias y estrellas supergigantes.

La intención, según explica el científico, es estudiar con este telescopio las últimas fases de deposición de los materiales que se procesan y generan en el interior de las estrellas y que se eyectan hacia el medio interestelar. A través de las observaciones con el JAST80, su cámara y varios filtros tanto de este telescopio como el del principal de Javalambre, el JAST250, se espera poder acotar la cantidad de material que aportan estas estrellas y que es fundamental para avanzar en el conocimiento de la evolución química de las galaxias.

Guerrero recuerda que en el interior de las estrellas se procesan átomos que a su vez generan otros. “Procesan el hidrógeno, el helio, y finalmente construyen átomos de carbono, de oxígeno, y otros tipos de elementos”, cuenta de forma didáctica el científico, que aclara que en un momento dato, esos materiales van a ser depositados fuera de la estrella.

Visita que hace unas semanas hicieron al telescopio JAST80 el comité de la RIA, entre los que está Martín Guerrero

“Los van a lanzar al medio que las rodea de tal manera que esos átomos de carbono que se han procesado en el interior de las estrellas, luego acaban formando parte por ejemplo del carbono que tenemos aquí en la Tierra, e incluso en nuestros propios huesos”, comenta el investigador del IAA.

Una de las nebulosas más famosas y más mediáticas que se conoce porque su imagen está en la mente de todos es la llamada Nebulosa del Águila, conocida también como los Pilares de la Creación, que muestra varias torres de polvos y gases cósmicos como si de las almenas de un castillo se tratara.

Esas nubes gigantes de material cósmico son consecuencia de las eyección de materiales formados en el interior de estrellas en su fase final que han sido lanzadas al medio interestelar y que ocupan grandes espacios al encontrarse muy dispersas, pero que por efecto de la gravedad acaban formando nuevos soles y sistemas planetarios. Así sucedió en nuestro sistema solar. Gracias a esos procesos se formó la Tierra, en donde la vida, y nosotros los humanos, pudimos aparecer porque previamente una estrella construyó átomos de carbono que arrojó al espacio y de los que nosotros estamos hechos.

Lugares de creación

Las nebulosas son los lugares donde las estrellas nos crearon porque somos eso, polvo de estrellas, y estamos hechos de los mismos materiales que forman el Universo. De ahí el atractivo romántico, si no metafísico, de investigaciones como la del proyecto J-ALFIN.

“La idea es cómo la estrella consigue sacar ese material procesado de su interior al medio interestelar, cómo lo deposita”, comenta Guerrero. Aclara que hay muchos tipos de procesos diferentes, el más conocido de los cuales es el de las supernovas, “una estrella de masa elevada que al final de su evolución explota, digamos que se destruye, y eyecta todo el material al exterior; eso produce lo que se conoce como un remanente de supernova”.

Comenta que al principio son muy compactos, pero cuando pasa el tiempo se van extendiendo y alcanzan tamaños “descomunales”. “Cuando se empiezan a mezclar con el medio que las rodea es lo que nosotros queremos investigar, ese último paso en el cual el material que se ha procesado se mezcla, se inyecta en el medio interestelar y finalmente queda a disposición de nuevas estrellas para su formación o para la formación de sistemas planetarios”, relata.

El telescopio JAST80 de Javalambre es especialmente idóneo para hacer estas observaciones, ya que son objetos tan extensos los que hay que observar y con tan bajo brillo superficial, que se requieren equipos de observación de gran campo como los que tiene Javalambre. “Así podemos conseguir imágenes en las que nos podemos creer perfectamente que todo lo que rodea a la nebulosa es completamente plano, y que cualquier emisión que vemos se corresponde con la nebulosa”, explica Guerrero.

Eso permite a los investigadores tener una visión amplia, “una ventana para ver el momento en el que el material procesado en el interior de la estrella se acaba mezclando con el medio interestelar”, cuenta el científico. En eso se basa el proyecto de investigación J-ALFIN que acaba a echar a andar desde Javalambre para estudiar esas grandes nubes de polvo y gases cósmicos que acaban formando nuevas estrellas, planetas y lo que somos nosotros.

Junto al Instituto de Astrofísica de Andalucía participan en este proyecto otras seis instituciones científicas internacionales, varias de ellas mexicanas. Entre estas están la Universidad de Guadalajara en el país norteamericano, el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica en Morelia y el Instituto de Astronomía de la UNAM. También participan el Observatorio Nacional de Atenas, la Universidad de Hong Kong y la Universidad Central de Checoslovaquia. Además, cuentan con la colaboración de un equipo de astrónomos aficionados denominados Deep Hunter especializados en la obtención de imágenes profundas, entre los que hay franceses, americanos y británicos. En total son aproximadamente 15 personas dentro del equipo de investigación, de los que Guerrero es el investigador principal.

Para el proyecto se utilizarán filtros de los que se están utilizan ya en Javalambre con los proyectos J-PLUS y J-PAS, que se realizan con los dos telescopios principales de Javalambre, y se harán observaciones durante 5 años dedicando en torno a 900 horas, que son las que les han concedido.

Guerrero precisó que tienen previsto observar en torno a unas cien nebulosas de diferentes tipos para esta investigación que se hará desde los magníficos cielos que ofrece el Pico del Buitre.