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Un tratamiento basado en hábitos saludables mejora la depresión Un tratamiento basado en hábitos saludables mejora la depresión
Alejandra Aguilar, en un congreso internacional

Un tratamiento basado en hábitos saludables mejora la depresión

La alcañizana Alejandra Aguilar se doctora con un proyecto para Primaria
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La alcañizana Alejandra Aguilar Latorre defendió a principios de diciembre la primera tesis del programa de Doctorado de Psicología de la Universidad de Zaragoza. Su proyecto se centró en la Evaluación de la eficacia de programas de prevención e intervención sobre depresión en Atención Primaria, y fue dirigido por la investigadora Bárbara Oliván Blázquez. El estudio ha demostrado la efectividad de un tratamiento sencillo de aplicar, que mejora los síntomas depresivos y se puede realizar desde los centros de salud.

Esta tesis doctoral ha logrado, además, mención internacional gracias a la publicación de cuatro artículos en revistas científicas de   alto impacto.

La investigación se centró en evaluar la efectividad de un tratamiento de psicoeducación y modificación del estilo de vida para la mejora del estado de ánimo que se implementó con 188 personas de centros de salud de Zaragoza.

“Lo que hicimos fue invitar a personas que tenían una depresión subclínica leve o moderada a venir a este programa que duraba seis sesiones, una sesión por semana. Este programa era de psicoeducación: hablábamos de lo que era la depresión, los síntomas, qué tratamientos disponibles hay en la actualidad y luego la siguientes sesiones dábamos consejos o pautábamos hábitos que tenían que intentar incorporar en su vida diaria”, explicó Alejandra Aguilar.

Por un lado, se incidía en el ejercicio físico, en la importancia de salir a caminar diariamente. Otra de las propuestas era la adherencia a la dieta mediterránea porque es uno de los patrones dietéticos más saludables del mundo.

Higiene del sueño

También se hablaba de la higiene del sueño con pautas saludables relacionadas con la calidad del sueño como mantener unos horarios estables, dormir un mínimo de ocho horas y se añadía la importancia de la exposición a la luz del sol que ayuda a la síntesis de la vitamina D y a regular el ritmo circadiano que es el que está relacionado con el patrón de sueño.

Al final de cada sesión les dejaban unas hojas de autorregistro para que apuntaran lo que iban haciendo cada día: a qué hora se acostaban, a qué hora se levantaban, cuántas horas dormían, qué ejercicio físico habían realizado, si habían tenido compañía o cómo se habían sentido después.

Tenían dos grupos de intervención. Unas personas iban a esta intervención presencial y  otras lo hacía y además llevaban unos relojes de pulsera inteligentes que lo que hacían era registrar los pasos que caminaban diariamente, los horarios de sueño, a qué hora se acostaban y se levantaban y si habían tenido sueño ligero o profundo ese día.

“Teníamos la hipótesis de que la gente que está más monitorizada está más motivada y modifica más sus hábitos diarios”, explicó la investigadora. Estos dos tipos de intervención los compararon con el tratamiento habitual, es decir, el que prescribe el médico de Atención Primaria, con psicofármacos o algún consejo psicológico no muy en profundidad.

Este estudio demostró que tanto a corto plazo, es decir, después de las seis semanas de intervención, como en un seguimiento a medio plazo (a los seis meses) y a largo plazo (a los 12 meses), que les volvieron a evaluar,, las personas que habían ido a estas sesiones de intervención habían disminuido su sintomatología depresiva y habían mejorado más en el grupo que usaba la pulsera.

Los grupos fueron variando de cinco a trece personas, ya que tuvieron que ir adaptándose a las normas sanitarias por el coronavirus. Las edades de los participantes fueron variadas: desde 18 a 82 años con una media 53 años y un 86 % eran mujeres, una cifra que va en consonancia con la prevalencia de la depresión que afecta más a la población femenina.

Relevancia

Aguilar destacó la relevancia de investigar sobre depresión debido a su alta prevalencia y que su incidencia va en aumento, tanto en la población adulta como en la joven. “Necesitamos tratamientos que tengan evidencia científica y más hoy en día que están creciendo tanto las seudoterapias”, resaltó la doctora turolense que añadió que es fundamental también que sean fácilmente implementables.

“Una dificultad que tiene la investigación es que creamos mucha evidencia científica, pero que luego cuesta que se lleve a la práctica. Lo bueno de este programa es que lo hicimos lo más implementable posible: un programa sencillo que puede ser llevado a cabo tanto por profesionales de la salud mental, como facultativos de medicina de familia y comunitaria, como personal de enfermería o trabajadores sociales porque es muy flexible”, comentó la investigadora que insistió en que se podría llevar a cabo en cualquier centro de salud y que eso es “lo más accesible a la población”.

Precisamente, la idea que tiene el equipo del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) en el que trabaja Aguilar es hacer un estudio de implementación para intentar pilotar el programa en varios centros de salud que se ofrezcan.

Asimismo, se están planteando aplicar este programa a personas con trastorno mental grave que por lo general tienen los estilos de vida un poco descuidados y llevan mucha medicación con muchos efectos secundarios. “También sería interesante el poner el foco en este tipo de población”, argumentó Aguilar.

Alejandra Aguilar es de Alcañiz y estudió el grado de Psicología en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel. Posteriormente, hizo un máster en Barcelona y considera una excelente oportunidad que se haya implantado el doctorado de Psicología en la Universidad de Zaragoza porque hasta ahora se tenía que hacer en otro área como en Medicina, Educación o Sociología. Ahora trabaja en el IIS Aragón y aspira a convertirse en profesora de Psicología en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel, cuando logre su acreditación nacional ahora que ya tiene la tesis y salgan plazas.