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Raquel Fuertes

Tienden algunos políticos a mirar tanto hacia su ombligo y, por desgracia, hacia su interés exclusivo (alguien les tendría que explicar que la inmortalidad aún no está a nuestro alcance) que pierden la perspectiva del mundo. Ese lugar en el que habita la ciudadanía para la cual, en teoría, gobiernan y a la cual se deben.

Líbreme mi osadía de ponerme a juzgar yo si el Código Penal está para revisar, para reformar o para estirar unos añitos. Doy por supuesto que hay gente más letrada para tal fin. Solo puedo hablar como ciudadana (decepcionada) por la concurrencia temporal de reformas, presupuestos e inminencias electorales. Así, todo junto, me lleva a cuestionarme muchas cosas y a pensar que las casualidades se dan en contadas ocasiones. Y casi nunca en política.

De este modo, que este sea el momento elegido para reformular el delito de sedición y sus penas, me parece más algo causal que casual. Y si se le suma la retroactividad... Demasiadas coincidencias despiertan las suspicacias del más ingenuo. No contentos con poner la sedición patas arriba (si la renovación del CGPJ era la comidilla en el metro, según alguna ministra, no se debe hablar de otra cosa en las partidas de guiñote y dominó) ahora han pensado que por qué no meter mano a la malversación. Calculando bien el tiro les da para que Griñán no entre en la cárcel al tiempo que los independentistas se quedan más que satisfechos. Redondo.

Para una ignorante en retroactividades, delitos y penas todos estos juegos de tronos (al final, siempre, para todos los colores, todo se simplifica en aferrarse a una silla) que desenfocan sobre el bien común y la justa regulación de la vida de los ciudadanos para acabar favoreciendo sus propios intereses es algo muy difícil de justificar.

Y, si tanto miramos para atrás, me pregunto yo qué pasará con ilustres presos recientes, como Julián Muñoz (Cachuli, en la prensa rosa) o Urdangarín. Si miro más, otros saldrán, que en este país lo de malversar no se nos da nada mal. ¿Puesta en libertad o indemnización? ¿Efectos colaterales?

Desde el atrevimiento que me concede mi ignorancia solo les pido que sean justos y honestos. ¿Tan difícil es?