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El tiempo pasa El tiempo pasa

El tiempo pasa

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Raquel Fuertes

Desde que florecieron las melias no ha habido sol al mediodía. El año sin invierno cedió el paso a una primavera fría y quizás un poco triste. Como cada año, el mes de abril había pasado como robado. Tantos meses esperando la luz y el sol y, al final, abril se acabó entre brumas, frío, lluvia y el maldito estrés. 

Y, en un suspiro, llegó mayo. Y ahí sí, un poco de sol, un poco de viento, un algo de lluvia y, de repente, todo el calor del mundo. Sospecho que las melias no sobrevivirán a la tarde de bochorno y este año pasará sin haber podido disfrutar más que en momentos contados de ese aroma dulzón que te hace sentir la primavera en la piel. Es casi como si no hubiera habido más primavera que la de los extraños días de febrero.

Sí, parece como si los meses este año hubieran pasado desordenados. Aunque sabemos que el resultado final será el mismo: habrá pasado, efectivamente, un año. Con o sin orden. Con altos y con bajos. Pero un año tras el cual, como siempre, no seremos los mismos.

Al pasar la vida el tiempo pasa cada vez más rápido y así creemos, ingenuamente, que pasa por nosotros sin dejar huella. Pero no hace falta irse muy lejos, solo hace falta recorrer nuestra propia historia para recordar cómo antes un año era una vida.

Crecías, pasabas a otros estudios, aparecían y desaparecían amigos, iban  y venían parejas… Pasaban tantas cosas y cambiaba tanto de la vida entre uno y otro verano que paladeábamos el tiempo.

Con la edad no es que dejen de pasar cosas. Es que pasan tantas y tan atropelladamente que nunca llega ese momento de parada y perspectiva que nos daría una idea de que sí, que ha pasado el tiempo.

Pero este mundo digitalizado en el que todos los momentos tienen una copia virtual puede ponernos en un instante de frente con una imagen nuestra que creíamos de hace dos minutos y que quizás tenga un par de años. Y, de repente, y a pesar del valor balsámico de la presbicia sobre nuestras propias arrugas, te das cuenta de que, aunque febrero pareciese mayo y abril, enero, lo cierto es que el tiempo pasa. Para todos. También para ti.