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Entretiempo

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Raquel Fuertes
Tengo un conjunto precioso. Un vestido blanco de tirantes con un abriguito de manga francesa a juego. Todo en crepé, al más puro estilo Jackie Kennedy-Onassis. Ideal. De entretiempo. Echando la vista atrás, hace diez años que no me lo pongo. Y es que, por lo visto como todo en esta vida, ya sólo nos quedan los extremos: invierno y verano, con primaveras y otoños que duran un suspiro o pasan casi desapercibidos.

No hay momento para la transición entre el calor del verano a los vientos y fríos del invierno (en algunos lugares con más fortuna, hasta llueve y llueve bien). Las hojas de los chopos pasan del verde cansado y reseco del final del verano a desaparecer dejando que la explosión de ocres y rojos dure apenas unos días hasta que un frío repentino, seguido de un viento intenso, deje las ramas peladas y tristes, como metáfora de lo yermo.

Así, mientras veo el atemporal traje de crepé pasar temporadas sin salir del armario, compruebo que los medios, lo centrado, están cada vez menos de moda. En un mundo (¿o sólo pasa en nuestro país?, no sé) en el que la moderación es excepción y el exabrupto y el extremo se hacen costumbre parece que hasta el tiempo se pone del lado de la inquietud y alejado de la calma y lo previsible.

O quizás es que ahora lo previsible sea extender el enfado, la crispación, las soluciones desesperadas. Quién sabe. Una vez uno se mete en una dinámica que cree que lo traslada hacia el objetivo tal vez pierda la noción del entorno y su realidad pase a ser virtual y alejada del suelo.

Algo así como esas espirales de despropósitos con las que los americanos hacen películas y en las que al final del día un tranquilo padre de familia se ha convertido en un tipo impredecible y peligroso arrastrado por circunstancias y malas decisiones cada vez más inverosímiles.

Ojalá haya un despertar a tiempo, un giro de volante que devuelva a la normalidad (incluso me sirve la nueva normalidad) a este país en el que, en el fondo, ganamos los que nos gustan las estaciones y preferimos que haya un entretiempo entre los 40 grados y las noches heladas.