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The end The end
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Raquel Fuertes

Recuerdo que fui a la filmoteca al menos un par de veces. Una para ver El marido de la peluquera y otra para ver una película de Éric Rohmer. Creo que ahí se acaba mi relación con el cine sueco de autor así que no voy a intentar parecer ser más interesante o intelectual de lo que soy.

Al final acabo siendo presa fácil del cine comercial, sobre todo en sus vertientes de suspense y amor y lujo. Así que la escena que voy a evocar es de una película de gran consumo protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant: Notting Hill.

Hay un momento de la película en el que ella se marcha, parece que para siempre, y él se queda solo, en su barrio y con su rutina. Suena Ain’t no sunshine, de Bill Withers. En mangas de camisa y con la americana al hombro inicia un paseo en pleno verano por un mercadillo. 

En apenas dos minutos de música y recorrido pasa un otoño, el invierno, la primavera y, de nuevo, el verano. Un año en el que la vida de los demás evoluciona (una embarazada tiene su bebé, una pareja atraviesa diferentes fases en su relación, cambian los productos del mercadillo) mientras que el protagonista pasa por la escena ajustándose la americana a los cambios del tiempo. No le ha pasado nada.

La otra tarde, casi a las 9, en la cocina, me di cuenta de que aún era de día y de que iba en manga corta. Esa luz y la ausencia de mangas es lo único que diferenciaba esa tarde de la de hace ocho semanas, cuando a las 9 ya era de noche y la sudadera era uniforme diurno.

Es la misma sensación de la de correr (andar para los torpes como yo) en la cinta. Te esfuerzas, te cansas, sudas, pero no consigues avanzar. Estás en el mismo lugar. Un poco más viejo, un poco más cansado y también algo desfondado. 

Esperando en que al fin algo pase y que un día no sea la repetición (con más o menos aderezo de estrés laboral) que el día anterior.

Necesitamos relacionarnos, necesitamos que nos sucedan cosas, necesitamos recuperar nuestra vida. 

Pero ahora hay que seguir en la cinta, o en ese mercadillo londinense, viendo los días pasar para que nuestra vida vuelva. En la peli, ella vuelve y se casan. Prudencia y paciencia. Llegará nuestro feliz The end.