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Tras su separación Tras su separación

Tras su separación

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Raquel Fuertes
Esta semana una de las revistas del corazón por excelencia (el autentico pulso del país se toma en un electro semisuma entre los diarios serios y el ¡Hola!) recoge un reportaje que, dentro del glamur y fotones habituales, no deja de ser alimenticio: la protagonista enseña su nueva casa “tras su separación”.

Y es que ayer comentaba esta situación con dos amigos (hombre y mujer, no se conocen entre sí) que están pasando exactamente por ese trance, duro desde todos los puntos de vista (ya les he dicho que esto no iba de guasa): separación, adiós al hogar y búsqueda de nueva casa.

Aunque parecía que estaba superada la época en que las parejas se lo pensaban mucho antes de separarse porque, sobre todo las mujeres al no contar en su mayoría con un trabajo remunerado, se quedaban desprotegidas y con una situación económica insostenible, ahora la situación se ha hecho más paritaria, pero a peor, con los mismos efectos: deshacer la sociedad mercantil que genera un matrimonio genera dos sociedades unipersonales abocadas al descalabro económico. Sobre todo en lo que respecta a la vivienda.

Hacer un 2x1 inmobiliario en estos días es poco menos que imposible. Muy bueno ha de ser el piso/casa inicial para permitir que ambos puedan optar a soluciones habitacionales dignas en las que los hijos puedan convivir alternativamente. Nunca ha sido sencilla esa situación, pero los precios de esta coyuntura inmobiliaria de la que los gobiernos centrales, autonómicos y locales parecen no ser conscientes hacen que la vida de estas personas que luchan contra el dolor y el trauma de un adiós sea aún más complicada.

Así que sí, al ver esta mañana la portada de la revista me ha venido a la mente aquello de “los ricos también lloran”  y he pensado en la traducción de esa situación para las parejas que ya las pasaban canutas antes de romper (quizás siendo ese uno de los motivos que les abocaron al fracaso de la relación) y a las que la vida se les ha puesto aún más difícil en la nueva etapa que abren tras su separación.