

Teruel y provincia sufren el olvido sistemático en muchas áreas. El argumento que, a solas, esgrimen muchos es que 135.000 habitantes son muy pocos para una provincia tan extensa. Parecen justificar la falta de comunicaciones, las carencias de mantenimiento y hasta una sanidad con reiterada falta de medios.
En algunos casos es justo reconocer la realidad de que 36.000 habitantes residen en la capital, unos 50.000 en localidades con miles de habitantes -Andorra, Utrillas, Calamocha, Cella, Monreal del Campo…- y otros 50.000 diseminados en pueblos con menos de 1.000 habitantes. Requiere soluciones imaginativas, reales, prácticas.
Me parece de justicia mencionar a los médicos turolenses, que ejercen la profesión en la provincia. Tanto quejarnos de la atención médica puede llevarnos a olvidar la profesionalidad y abnegación con que trabajan muchos médicos, al ver precisamente la escasez de medios. Podría dar unos cuantos nombres, pero la lista sería larga y necesariamente incompleta, porque destacaría los que yo conozco.
Como cada año, vemos cómo se dejan sin cubrir plazas. En la provincia de Teruel, han renunciado a su plaza tres médicos de Medicina de Familia en Alcañiz y dos enfermeros en el Obispo Polanco, uno en Geriatría y otro en Salud Mental.
Y si recordamos las vacantes que se van produciendo en diversas especialidades, la situación real de Anestesia en el Polanco, y la reducción de plazas hospitalarias en verano, no es difícil escuchar: “¡Que no tengas que acudir a un hospital de Teruel en verano, o alguno de tu familia!”.
Precisamente en verano aumenta la población de la provincia de Teruel y hay una sobrecarga de trabajo para los médicos y centros de salud: el más difícil todavía se hace más patente. Y el personal sanitario cubre con su abnegación las carencias de una deficiente planificación y adjudicación. No nos interesa saber si es responsabilidad de la DGA o de Madrid: nos interesa y exigimos que mejore, sin resignarnos.
Mientras tanto, durante el curso y en verano, los médicos hacen filigranas. Basta recordar el servicio de Anestesia del Obispo Polanco, que hace unas semanas lanzó la voz de alarma cara al verano. Es un servicio necesario en todas las intervenciones quirúrgicas.
Gustavo Armas, el jefe de servicio, ha expresado las carencias hace unas semanas: de los 13 anestesistas, 3 no realizan guardias, 4 trabajan a media jornada, 1 ha solicitado el traslado a Valencia y 2 serán baja por paternidad. A ello, súmense las ausencias por vacaciones. Como jefe responsable, ha dado la alarma con claridad y antelación.
Tengo experiencia en la distribución de las vacaciones en medios de comunicación. Puede servir. Se ofrecen vacaciones en junio, julio, agosto y septiembre, teniendo prioridad los más antiguos. Flexibilidad: alguno acepta 15 días de vacaciones en fechas estivales y disfrutar los otros 15 días en otro momento. Busquemos soluciones todos.