

Las reivindicaciones de la manifestación de ayer, martes, en defensa de la sanidad pública las firmamos todos. La sanidad pública la pagamos nosotros, la provincia de Teruel sufre con frecuencia las deficiencias y cualquier logro que la mejore es para tranquilidad -¡y justicia!- con todos nosotros, con nuestras familias.
La sanidad digna no admite demagogias ni echar balones fuera. Hay que dotar de medios proporcionales a las necesidades, y no castigar a provincias del interior porque en verano la costa necesita más médicos y enfermeras. Reforzar a unos no justifica abandonar a otros: menos habitantes no justifica menor atención médica digna, y eso requiere tener en cuenta la población, la geografía y la logística.
La manifestación se retrasó por la celebración del ascenso del CD Teruel a Primera Federación. Ha sido una agradable sorpresa, con un presupuesto muy inferior a los equipos que ha eliminado y cuando el objetivo era simplemente mantener la categoría en Segunda Federación, con una plantilla totalmente renovada tras el descenso.
Este ascenso habla de que importa más el equipo, la tenacidad, la superación de dificultades, que el nombre, incluidos equipos de fútbol que militaron en Primera División.
El motivo de la manifestación de ayer es bien conocido: el cierre de camas este verano del 15% en el Hospital Obispo Polanco, y en el de San José una planta cerrada. La alcaldesa de Teruel ha expresado que el cierre de una planta en el de San José se realiza desde hace 23 años, y que en el Polanco el Gobierno de Aragón garantiza una adecuada asistencia sanitaria.
Los trabajadores del Polanco afirman que les consta que “el hospital está casi al completo de su capacidad”. Si ahora está casi al completo, a mí al menos no me queda nada claro que en verano vaya a estar bien atendido cerrando el 15% de camas.
Año tras año, vivimos el sufrimiento de comprobar que no se cubren plazas de médicos en Teruel. Falta prever, programar, incentivar, prever equipos eficaces. Incentivos de tipo económico, o de puntos para traslados y bolsas de trabajo. Hay datos que arrojan luz continuamente: en el primer trimestre fallecieron el doble de personas en la provincia que de nacimientos.
Tenemos una provincia muy envejecida, muchos ancianos en residencias de la tercera edad, y ya se sabe que en pleno invierno y en verano es cuando más complicaciones de salud tienen: desde luego no son los que se van a pasar en la playa un mes.
Nos gustaría saber qué especialidades quedan con menos médicos, cuáles tal vez se refuerzan en verano por todo lo dicho. Pero esa reducción requiere ser conocida, ser transparente, porque la inquietud no sólo es de los trabajadores, sino de todos.
Cuando en Teruel se habla de calidad sanitaria, lo primero que nos viene a la cabeza es que se cubran las plazas todo el año, y que en verano se sea valiente para dar la cara y, si es preciso, rectificar, con datos transparentes. Se está a tiempo.