

Ahora son las fiestas de Teruel, las Fiestas del Ángel, y en las semanas sucesivas serán las fiestas de toda la provincia, especialmente a mediados de agosto, la Asunción de la Virgen y San Roque. Son muy populares y muy callejeras.
Son buenas y lógicas las ganas de fiesta, de unas fiestas anuales que llevan consigo muchos preparativos. Las ganas de pasarlo bien hacen grandes a unas fiestas, no el lujo o el despilfarro. El dispositivo de seguridad, los múltiples actos, las activas peñas, la intensa actividad en hoteles y bares, muchos comercios abarrotados. Trabajo y fiesta.
Podía haber titulado estas líneas como Fiestas de todos, porque pienso que son de todos y para todos, para cada uno en particular y para todos. Como dijo el humorista inglés Benny Hill, “si no todos disfrutan, no es una fiesta”. Que salgan bien, sin incidentes que destacar, con respeto y civismo, es tarea de todos, no solamente de la policía, ayuntamiento o entidades organizadoras.
El refrán En la mesa y en el juego se conoce al caballero me parece muy acertado, precisamente para las fiestas patronales. La abundancia de comida y bebida, los innumerables actos festivos, no deben llevar nunca al gregarismo despersonalizado.
Son diversiones en que la personalidad y la calidad de cada persona se ponen de manifiesto. Es clave en las fiestas sentirse parte activa y tratar de facilitar que todo salga sin excesos estrepitosos, malentendidos, roces tontos, basura innecesaria.
Lo dijo Victoria Beckam: “Siempre se debe saber cuándo es el momento correcto de salir de la fiesta”. Acertó William Shakespeare: “Divertirse sería algo muy aburrido si todo el año fuera de fiesta”.
De cada uno, de cada familia, de cada entidad, dependen no pocos elementos que propician unas fiestas divertidas, respetuosas. Para ello, cada uno también debe conocerse: por ejemplo, recuerdo de las fiestas de San Roque en Calamocha que había algunos de la peña que, con tres vasos de ponche, ya estaban mareados: teníamos 10 años, hay que situarse. Los límites de cada uno son asunto propio, no transferible.
Son días de bullicio, juerga, y la gente mayor comprende la sana diversión de los jóvenes. Los jóvenes deben situarse también, valorar el trabajo de limpieza o de orden, y minimizar lo que dijo el cantautor norteamericano Gavin DeGraw: “Siempre hay cierto grado de destrucción o incendio durante el transcurso de la fiesta”.
Continuando con frases célebres sobre las fiestas, recordemos esta de Bill Cosby: “No eres una cerveza, no puedes contentar a todo el mundo”. Por lo tanto, paciencia y comprensión por parte de todos, sentido común y participar en lo que cada uno quiera.
La fiesta es parte importante de la vida, no solo el trabajo. Saber divertirse y tener autocontrol es parte de la personalidad. Pensar un poco en los menores de edad y en los mayores ayuda algo a medirse, con sentido común, en horas, lugares, etc. La limpieza y la higiene nos compete a todos, a cada uno una parte pequeña. ¡Felices Fiestas del Ángel!