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Cristina Giménez, poeta Cristina Giménez, poeta

Cristina Giménez, poeta

Nacho Escuín

La verdad es que no sé qué va a ser de mí en este 2024 que acaba de llegar. Así de rotundo y tremendo me he puesto hoy, cuando se despliegan ante mí tantos periódicos como se venden, en un día que puede comenzar como cualquier otro en la casa de mis padres.

Digo esto ya que poco tengo que ver con lo que presentan estos diarios en sus páginas de cultura –si es que puede llamarse así-. No me interesa lo que dicen algunos presentadores de televisión muy populares desde esas páginas, no me interesa prácticamente nada lo que proponen las cadenas generalistas de televisión, no me interesan nada los Javis ni sus propuestas ni la vida sentimental de Aitana; no me interesan las frívolas listas de los libros más interesantes del pasado año ni los que han de venir -aunque estos no hayan sido aún publicados-.

Me doy cuenta de que, en realidad, lo que me interesa está muy lejos de todo eso. De donde sí me encuentro mucho más cerca es del universo que despliega Cristina Giménez López en su último libro publicado bajo el título Escaparate / o escondite, y editado con cuidado y elegancia por el sello Otro matiz. La aproximación a la fusión entre fotografía y poesía me recuerda a los libros de José Verón Gormaz u otros autores como Antonio Gómez, Chema Madoz, Ouka Leele o Alberto García-Alix. También al abrir el libro y transitarlo me he acordado del trabajo de Ángeles Pérez, una turolense que roza la excelencia en la difícil travesía de la fotografía y la estética de la poesía y que hace bien poco nos dejó con la boca abierta con su muestra en el Museo Provincial de Teruel y el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza.

Cristina Giménez es una poeta de los pies a la cabeza. Como bien señala Jesús Cuesta en el prólogo a este libro se trata de una autora exquisita que ama profundamente lo que hace, y eso suele ser una buena senda para llegar a algo. Las fotografías de Luis Frontera y Javier Martín son el complemento perfecto para sus textos, pero debería detenerme un momento al valorar esto ya que tengo la duda de si estos textos hacen esa función o si pueden ser previos a los poemas y, por lo tanto, son los mismos los que acompañan a las fotos. De un tiempo a esta parte me ha tocado reflexionar sobre la estética del híbrido y creo que en el proyecto de Cristina Giménez hay mucho de todo eso. Incluso en esos estupendos directos que ella hace, esos recitales en los que parece detenerse el tiempo para apreciar la dulzura de lo que acontece, la autora se apoya en la música. Tengo la sensación de que la literatura es para Cristina Giménez una fuente de expresión que quiere complementar con otras representaciones culturales como la imagen o la música.

Hay en la literatura de Cristina Giménez un canto continuo a la belleza. Podríamos decir que se trata de una autora neorromántica –empedernida- enamorada de la vida y de quienes la rodean. Esa pasión exacerbada con la que ella vive se transmite a la perfección en este Escaparate / o escondite. También habla de la exposición pública y del disfraz con el que todos nos vestimos para afrontar la realidad. Habla de la verdad y del simulacro. Habla de los avatares que lo dominan todo y de la apuesta decidida por mostrarse asumiendo que la sensibilidad se puede percibir en muchos momentos como fragilidad. Me gusta cómo se posiciona ante el texto Cristina Giménez y me gusta cómo lo hace también ante la vida. Podemos ver esto en sus recitales, podemos observarla allí, en el escenario, feliz y al mismo tiempo tan tranquila y emocionada como la quietud y las sensaciones que transmiten sus textos.

Me gustan los escritores de verdad. Me gusta la gente que no teme mostrarse ante el mundo tal y como es. Me gusta estar cerca de autores que son, ante todo, buenas personas. Este libro me ha hecho ver el futuro con más optimismo, me ha transmitido esperanza para lo que ha de venir. Esta sí es mi elección para el nuevo año.