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Miguel Rivera

Hace un par de semanas, en este mismo espacio, les conté lo contento que estaba tras la disputa del Cross Promesicas, y lo que este suponía de cara al fomento de la práctica deportiva. Pues bien, esta columna de hoy bien puede ser un calco de aquella, ya que me encuentro entusiasmado y les cuento el porqué.

El domingo pasado se celebró el Día de la Bicicleta en Teruel. Acudimos toda la familia a disfrutar del domingo festivo sobre las dos ruedas, y la verdad es que salí entusiasmado, tanto por la organización como por la participación.

En cuanto a la organización, tengo que reseñar que no es fácil organizar un evento para más de mil personas en una ciudad como Teruel y que tenga semejante aceptación y participación. En ese sentido, hay que felicitar al Servicio Municipal de Deportes y al Club Ciclista Turolense, así como a todas las empresas colaboradoras, porque la realidad es que fue un éxito sin paliativos.

Todo el recorrido discurrió por las avenidas principales de la ciudad, en un ambiente festivo, donde la práctica del deporte de las dos ruedas, en familia y de forma recreativa y social, fue la tónica dominante durante la hora y media que duró el recorrido, de apenas diez kilómetros, con los dos reagrupamientos que se produjeron en la Fuenfresca y tras el avituallamiento en las pistas de atletismo, donde todos los participantes recibimos una pieza de fruta y una botella de agua.

Fomentar el deporte

Creo que fomentar el deporte consiste en generar iniciativas que fomenten la participación popular, donde el deporte se vea como algo lúdico y no necesariamente competitivo, que se puede (y debe) realizar y disfrutar en familia, y enseñar a los más pequeños que forma parte de nuestro modo de vida, activo y saludable.

Sin embargo, la organización puede ser perfecta, pero si la población no lo acoge con entusiasmo, y decide participar de la forma en que lo hizo el domingo, estas iniciativas no sirven de nada. Creo que el éxito de la convocatoria reside, no solo en la buena organización, si no sobre todo en la participación de la ciudad de Teruel. Y esta es una característica que siempre me ha llamado la atención de nuestra gente: que siente sus celebraciones y eventos como algo propio, y, por tanto, toma parte en ellos. La participación y la unión son lo que nos hace sociedad, lo que nos convierte en un colectivo, y creo que la turolense es especialmente activa en este sentido. Además, como punto especialmente positivo, no puedo olvidar la gran cantidad de familias al completo, y sobre todo niños y niñas, que participaron en la actividad. Ver a tantos pequeños disfrutando del deporte, me hace tener esperanzas de que una generación más activa y sana viene por detrás. Solo falta mantenerlo, hacerlo costumbre.

Me congratula haber podido participar en esta iniciativa y haber oído a mi hijo mayor decir al terminar: “Podemos volver a venir a esta carrera, me lo estoy pasando muy bien”.