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Bajo Aragón Animalista pide un control ético de la población de palomas en Alcañiz Bajo Aragón Animalista pide un control ético de la población de palomas en Alcañiz
Una paloma abatida. Bajo Aragón Animalista

Bajo Aragón Animalista pide un control ético de la población de palomas en Alcañiz

Recoge más de mil firmas para que el consistorio sustituya las batidas de caza por el uso de pienso anticonceptivo
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Bajo Aragón Animalista ha recogido más de 1.000 firmas en Change.org para que el Ayuntamiento de Alcañiz deje de encargar a la Sociedad de Cazadores de la localidad la gestión de la población de palomas y sustituya las batidas de caza por el uso de pienso anticonceptivo para evitar la reproducción de estas aves.

La asociación animalista informa en una nota de prensa que desde 2019 el consistorio alcañizano aplica un método de control de la población de palomas urbanas “cruel y a la vez ineficaz”, como es solicitar al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) la realización de batidas extraordinarias a cargo de la Sociedad de Cazadores para darles caza junto al casco urbano del municipio. Una actividad que viene regulada por el convenio municipal anual con este colectivo, con un importe de 6.000 euros que incluye otros conceptos.

La última autorización del Inaga, denuncia Bajo Aragón Animalista, es para el periodo que va del pasado 8 de agosto hasta el próximo 19 de septiembre. Con estas prácticas, asegura esta asociación que las condena y rechaza rotundamente, hasta noviembre de 2020 más de 3.000 palomas habían muerto tiroteadas.

Los defensores de los animales consideran que no existe una sobrepoblación de palomas en Alcañiz. Al menos, “no se ha hecho público ningún censo que lo corrobore”, matizan, por lo que aprovechan para exigir al consistorio que haga público “el pertinente estudio que justifique la persecución y el exterminio de estas aves”, que entienden “se debe exclusivamente a las quejas de un sector minoritario de la sociedad alcañizana”.

Una alternativa “ética”


Las batidas se remontan a 2019, por lo que Bajo Aragón Animalista presentó al concejal de Medio Ambiente, Ramón Panadés, “una alternativa ética al macabro control realizado por los cazadores”. Esta consiste en la utilización de pienso anticonceptivo “utilizado con éxito en numerosas localidades de Cataluña, y en capitales como Barcelona, Valencia o Lisboa”, apuntan los animalistas.

“El pienso anticonceptivo para palomas consigue que durante el tiempo que éstas lo están consumiendo, su puesta no llegue a término y, por tanto, que no se reproduzcan”, argumentan. Por ello, entienden que este método “es seguro para ellas, para el resto de aves y animales y el medio ambiente”.
Este pienso, a base de maíz impregnado con nicarbacina, es anticonceptivo, no esterilizante, y su uso continuado reduce la población de palomas en un 50% en cinco años, aseveran.

El sistema, según defienden en Change.org, “es totalmente indoloro” para las aves, “no implica ni sufrimiento, ni estrés, ni la muerte de las palomas y su coste económico a medio/largo plazo es mucho menor que otros métodos”.

“De esta manera hay un descenso poblacional significativo y constante de forma natural, por vejez y no procreación. Además, mejora el estado de salud de las colonias en general por disponer de una alimentación diaria”, esgrimen los animalistas, que solicitan al alcalde, Ignacio Urquizu, y al propio Panadés que replanteen su postura en defensa del medio ambiente.

Sin embargo, “actualmente nuestra propuesta sigue cogiendo polvo en algún cajón del Ayuntamiento de Alcañiz y es por eso que lanzamos la campaña de recogida de firmas para pedir el uso de pienso anticonceptivo para palomas en la ciudad”, manifiestan. Con ella llevan ya recogidas más de mil firmas, aunque animan a que se sumen “muchas más personas y colectivos”.

Por último, insisten al ayuntamiento para “que haga un ejercicio de empatía con las palomas y con el resto de animales de la localidad y que tome medidas acordes al siglo en el que vivimos, el XXI, y que deje de legitimar y blanquear una actividad tan cruel como inútil, anacrónica y desfasada como la caza”.

“Las palomas no eligieron vivir en nuestros pueblos y ciudades; fuimos los humanos los que las trajimos”, concluyen su contundente comunicado.

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