El Bajo Aragón arranca la PAU con grandes expectativas en sus aulas

El polideportivo del IES Bajo Aragón se llenó este martes de mochilas con apuntes de todo tipo, sudores fríos a pesar del calor y grandes esperanzas universitarias. La PAU 2025 ya ha arrancado también en Alcañiz con la prueba de Lengua Castellana y Literatura, primera de las seis franjas horarias que los estudiantes afrontarán a lo largo de tres días. En esta sede oficial del Tribunal 12, se han examinado 223 alumnos de segundo de Bachillerato, procedentes de cuatro institutos del Bajo Aragón histórico —107 del IES Bajo Aragón de Alcañiz, 49 del IES Mar de Aragón de Caspe, 44 del IES Pablo Serrano de Andorra y 23 del IES Matarraña de Valderrobres—, a los que se han sumado nueve más que repiten para subir nota, entre ellos un desplazado de otro distrito. En total, 232 personas en una edición que ha arrancado sin incidencias y con un ambiente donde los objetivos han sido realmente claros: grados como Farmacia, Ingeniería o ADE es a lo que quieren aspirar algunos de los bajoaragoneses que se enfrentaron a sus primeras pruebas.

Nervios y buena sensación

El examen de Lengua fue el primer contacto real. Según informó el delegado del tribunal, Jesús Anzano, se presentaron 211 alumnos a la primera franja de la mañana, con un comportamiento ejemplar y sin intentos de copia ni incidentes reseñables. “Los nervios de los primeros minutos son inevitables, pero han respondido con responsabilidad y calma”, apuntó.

La directora del centro anfitrión, María Victoria Jiménez, confirmó que los estudiantes se distribuyeron entre el polideportivo, con capacidad para 152 pupitres, y tres aulas adicionales del edificio anexo, donde se instalaron otros 70 alumnos. “Una vez pasado el primer llamamiento, todo ha funcionado con normalidad”, señaló.

En cuanto a los alumnos, la mayor parte accedía al recinto con una mezcla de tensión y concentración. Raúl, del IES Bajo Aragón, salió satisfecho: “He estudiado lo justo, pero creo que me da para un cinco, que es lo que necesito para Agropecuaria”, comentó. Su objetivo no es tanto la nota como superar el umbral que le permita seguir una formación práctica.

Para otros, como Zacarías y Claudia, del IES Mar de Aragón de Caspe, las expectativas eran más altas. Ambos esperan acceder a carreras técnicas y muy demandadas: Ingeniería Informática e Ingeniería Matemática, respectivamente. Necesitan notas elevadas, en torno al 11 sobre 14, y eso condiciona su enfoque. “Nos hemos preparado para algo más difícil, así que ha sido más accesible de lo que esperábamos”, aseguraron tras salir del primer examen. Admitieron que los nervios del inicio fueron intensos, pero coincidieron en que “la PAU no es tan terrible como la pintan”.

Claudia y Abril, también de Caspe, apuntaron a Farmacia, otra carrera con alta nota de corte. En el caso de Abril necesita superar el 11,5, pero confía en que su expediente de Bachillerato, unido a una ejecución correcta en estos días, le permita entrar.

“Si no la liamos aquí, creemos que llegamos”, dijo tras reconocer que El árbol de la ciencia como texto literario no era su primera apuesta, pero que la estructura del examen le había permitido salvarlo, tras saberse otras preguntas.

 

Decisiones pendientes

Para otros como Pablo, David, Jusef y Leo, todos del IES Bajo Aragón, el panorama es más variable. Algunos todavía dudan entre varias opciones, y sus decisiones dependen en gran medida de lo que ocurra esta semana. Uno de ellos quería estudiar Ingeniería Aeroespacial en Madrid, pero admite que tras la prueba de Lengua podría valorar alternativas con menor exigencia, como Ingeniería Civil. “La nota es más baja, y si no me sale redonda esta semana, podría ser una opción realista”, explicó. Sus compañeros barajan también ADE, Ingeniería, o incluso aún no tienen una elección definitiva.

Los cuatro coincidían en que Historia de España es el examen que más respeto les genera. Algunos temen que aparezcan temas no preparados como Primo de Rivera, otros confían en que entren bloques sobre Franquismo, Constitución de 1812 o las Leyes Educativas, para las que se sienten más seguros. Con esa incertidumbre avanzan hacia las próximas jornadas, donde aún les esperan más pruebas.

En general, muchos alumnos coinciden en que el verdadero desgaste no se concentra en estos tres días. “Bachillerato ha sido más duro. Esto son nervios puntuales, pero lo anterior ha sido presión continua”, dijo Miriam, otra de las alumnas recién salida del examen. La sensación general entre el alumnado es que el examen es asumible si se ha hecho el trabajo previo, aunque la exigencia de las notas de corte, que en muchas carreras supera el 11, obliga a rendir sin fallos.