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El Gobierno de Aragón declara Bien Catalogado el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar El Gobierno de Aragón declara Bien Catalogado el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar
Jornada divulgativa convocada por el Centro de Estudios del Bajo Martín en el convento, en mayo de 2024. M. N.

El Gobierno de Aragón declara Bien Catalogado el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar

Protege un vestigio con más de cinco siglos de historia
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El Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha declarado Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés las ruinas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar, con más de 500 años de historia reducida hoy a los muros de la iglesia y el esqueleto de la nave central. La declaración refuerza un vestigio histórico que el ayuntamiento local quiere, al menos, apuntalar.

De esta forma, la consejería atiende la petición del Centro de Estudios del Bajo Martín (CEBM) que, en sintonía con el consistorio, en marzo de 2024 solicitó el inicio del procedimiento para la inclusión del convento en alguna de las categorías de salvaguarda que brinda la Ley 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés.

Un año después, y tras el baño de masas que en mayo se dio este enclave durante una jornada organizada precisamente por el CEBM para conmemorar el 500 aniversario del monasterio, el Gobierno de Aragón considera que tiene cierta significación e importancia, aunque no cumpla las condiciones propias de los Bienes de Interés Cultural (BIC) que gozan de mayor protección.

“Estamos de enhorabuena. Es un gran paso para que Patrimonio Cultural tenga en cuenta este elemento patrimonial que forma parte del skyline de Híjar, y detecte al menos los riesgos de derrumbe para salvaguardarlo”, manifestó el presidente del CEBM, José Ángel Guimerá.

“La persona del CEBM que más empeño puso es Pascual Ferrer, que nos sensibilizó al resto. Tuvo buena acogida por parte del ayuntamiento y empujamos con las jornadas, que fueron un éxito de público. Algo estaremos haciendo bien”, indicó Guimerá, que aprovechó para recordar el reciente éxito de la valorización de la sinagoga de Híjar, de 1412.

El consistorio tiene una partida abierta en el presupuesto municipal para actuar y que las ruinas no caigan al suelo. Esta declaración permitiría optar también a subvenciones en el momento en que la titularidad pase a ser municipal.

Al menos desde 1524

Patrimonio constata, en la publicación de la declaración este 24 de abril en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), que en 1524 el convento de origen franciscano ya estaba en funcionamiento y se fue ampliando con la construcción de la nueva iglesia y la recepción de una amplia huerta con derecho de riego. El promotor fue Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano, duque de Híjar, hacia 1519. “Los frailes podrían haber estado alojados, durante la construcción de sus nuevas dependencias, en la desaparecida casa del Rabí de la plaza de San Antón de Híjar, aunque no hay solidez documental para garantizarlo”, indica Patrimonio.

Del último conjunto conventual de los siglos XVI y XVII, supuestamente levantado sobre las ruinas de la iglesia de Santa María de la Villa Vieja de Híjar y el Convento del Santo Sepulcro, quedan varias edificaciones en estado avanzado de ruina.

Durante el siglo XIX, el cenobio habría quedado en desuso y en mal estado de conservación.

El convento fue objeto de reconstrucción parcial en los primeros años del siglo XX, cuando se hicieron cargo de él los franciscanos capuchinos. Reabrieron la iglesia al culto el 15 de julio de 1903. En 1936 el cenobio fue abandonado y comenzó el declive que ha llevado a un estado de abandono, derrumbes y falta de mantenimiento hasta hoy.

Características

La iglesia es de una sola nave con tres tramos, un crucero y una cabecera poligonal. Estaba techada con cubierta a dos aguas, con acabado de teja árabe y alero de esquinillas cerámicas. Su estructura interior la conformaban bóvedas de medio cañón con lunetos –hoy parcialmente derruidas– y el crucero con una desaparecida cúpula sobre pechinas y rematada con una esbelta linterna, indica Patrimonio. Los restos de estos cubrimientos se encuentran acumulados como escombros en el interior del edificio.

La construcción se hizo combinando lienzos y elementos estructurales de ladrillo y tapia. La fachada principal es de ladrillo, con tres cuerpos. Sobre el portal de entrada hay tres hornacinas vacías enmarcadas en pilastras. El nivel superior muestra un óculo central y otras dos hornacinas laterales de similares características a las del piso inferior.

Se han perdido los elementos escultóricos referentes a la Virgen María-Nuestra Señora de los Ángeles, advocación de la iglesia, así como el resto de imágenes que se alojaban en la fachada y en el interior del templo.

El resto de dependencias del convento estaban situadas hacia el sureste de la iglesia: portería, refectorio –donde, además de servirse las comidas, se hacían actividades educativas–, claustro con celdas en torno a él, así como sala de estar y biblioteca. Y, más alejadas, las bodegas subterráneas, una nevera, una colmena y un taller de carpintería.

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