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El presupuesto del mirador de la Sima de San Pedro de Oliete se eleva hasta los 1,6 millones de euros El presupuesto del mirador de la Sima de San Pedro de Oliete se eleva hasta los 1,6 millones de euros
Propuesta de diseño del mirador, reflejada en el anteproyecto. Javier Borobio

El presupuesto del mirador de la Sima de San Pedro de Oliete se eleva hasta los 1,6 millones de euros

La Comarca afirma que el nuevo recurso turístico protegerá la biodiversidad al regularizar las visitas
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El mirador panorámico para el disfrute en condiciones de seguridad de la Sima de San Pedro que proyecta la Comarca Andorra-Sierra de Arcos en Oliete como gran reclamo turístico tendrá un presupuesto de 1,6 millones de euros, según el proyecto básico con el que la institución ha solicitado la pertinente autorización al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra y Ansar rechazan de plano la intervención, que incluye un túnel perforado, porque “dañaría irreversiblemente” un enclave “excepcional”, único en Europa, declarado Lugar de Interés Geológico (LIG), Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Por contra, la Comarca asegura que la infraestructura, que incluye centro de visitantes y aparcamiento, pretende regularizar las visitas y proteger así la biodiversidad, y se presta a incluir en el proyecto y la explotación del recurso cualquier medida que mitigue el impacto ambiental.

La nueva plataforma para contemplar el abismo, de 108 metros de profundidad, se situará sobre el estrato de caliza que aflora en lo alto del descomunal pozo troncocónico de origen kárstico de Oliete, justo enfrente de la estructura volada que actualmente se emplea por los visitantes como mirador y por los espeleólogos como anclaje de las vías, aunque de una forma muy rudimentaria que la intervención planteada mejora.

El proyecto básico de ejecución, encargado al arquitecto Javier Borobio, de BAU Estudio de Arquitectura y Urbanismo, eleva a 1.626.589,17 euros el presupuesto de licitación, frente a los 600.000 euros que estimaba una memoria valorada que el Parque Cultural del Río Martín ya encargó en 2017 al mismo gabinete técnico. Desde hace dos años, la institución comarcal ha hecho suyo el proyecto para impulsarlo decididamente dentro de su Plan de Sostenibilidad Turística, dotado con 3 millones de euros.

El incremento del precio, además de por la consabida inflación, se debe a que el estudio inicial únicamente valoraba el mirador y no se habían hecho los estudios geológicos y de medio ambiente que aconsejan un túnel más largo, indicaron fuentes comarcales que aseguraron que la inversión se hará con este plan de dinamización y con fondos propios.

Vista aérea de la Sima de San Pedro. Andorra-Sierra de Arcos

Centro de visitantes

Según el proyecto básico, el mirador, que se ubicará en el cráter de la sima, irá acompañado de un centro de acogida e información dotado con aseos y una pequeña tienda. En sus 90 metros cuadrados y en los 186 del espacio de acceso al túnel que llevará al mirador se habilitará una musealización con materiales que ayuden a interpretar el enclave.

Una rampa que salvará una altura de algo más de 7 metros conducirá al túnel que desembocará en el mirador. Se trata de una perforación horizontal y recta de unos 48 metros de longitud. Permitirá un paso peatonal de 2 metros de ancho y 2,2 de alto. Se colocará iluminación escenográfica que acompañe y enriquezca la experiencia del visitante a la sima justo antes de que se sorprenda con el abismo a sus pies.

El mirador, objeto fundamental del proyecto, será un balcón volado a cielo abierto sobre el vacío, con un vuelo previsto en punta de 5 metros. En total, la superficie construida sería de 827 metros.

El quinto y último elemento del proyecto es el aparcamiento, pensado para diez coches y un autobús. Se habilitará junto a la curva de la pista de tierra que da acceso motorizado al cráter.

Una “mímesis” no compartida

El arquitecto hace hincapié en que la intervención viene impuesta “por los condicionantes topográficos y naturales del lugar en una búsqueda de adaptación al medio y mímesis con él”.

“Consideramos que intervenir en un espacio de tan alta calidad geológica nos impide plantear una solución que, sin renunciar a formalizar su propia identidad, se integre en el conjunto de manera armónica, proporcionada y enriquecedora”, argumenta.

Borobio afirma que el proyecto tiene en consideración el LIC Parque Cultural del Río Martín, la ZEPA Desfiladeros del Río Martín, el LIG Sima de San Pedro y los planes de protección de especies amenazadas como el cangrejo de río europeo (Austropotamobius pallipes) y el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus).

Precisamente, estos son los argumentos que esgrimen Ansar y Amigos de la Tierra para mostrar su rechazo al proyecto, una acción que bajo su punto de vista tendría un “gran e irreversible impacto ambiental” y supondría un “despilfarro” de dinero.

En una nota de prensa, ambas entidades anunciaron que recurrirán el proyecto que el Inaga ha sacado a exposición pública hasta el 29 de agosto, y reclamaron la dimisión “de los autores intelectuales” del mismo. A su entender, construir un mirador volado en el interior de la sima es un elemento “contra natura” y constituye un “peligro cierto” para las aves y murciélagos que habitan allí, además de las molestias ocasionadas por la presencia humana “que se incrementaría”.

Ambas organizaciones añaden que la Sima de San Pedro alberga al menos 19 especies, principalmente de aves y murciélagos. Entre las primeras, destaca la presencia de una colonia de vencejo real (Tachymarptis melva), que nidifica en las grietas de las paredes de la sima, así como varias parejas de chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax). En invierno, es un dormidero para otras aves que utilizan las grietas para descansar.

Entre los quirópteros, se han citado hasta nueve especies, siendo el murciélago rabudo (Tadarida teniotis) la más característica y singular, con 55 individuos.

La obra para construir el mirador no solo alteraría la esencia y naturaleza de este “enclave frágil”, argumentan, sino que acarrearía “importantes daños” en el terreno y la vegetación para acceder las máquinas excavadoras, acarrear el material y depositar el importante volumen de rocas extraídas, “más luego los elementos construidos que artificializarían el entorno”.

Con todo, los ecologistas proponen que la sima quede libre de visitantes y deportistas y solo se autorice su acceso para estudios científicos “dada su fragilidad y alto valor ecológico”.

“Regularizar y proteger”

La presidenta de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Marta Sancho, respetó la postura de los conservacionistas al tiempo que defendió el proyecto para “regularizar las visitas y proteger el entorno, la fauna y al propio visitante, porque en estos momentos el vallado no es seguro”.

“El acceso ahora es libre, la gente aparca donde quiere, tira piedras al humedal, baja con barcas hinchables y hace lo que le da la gana, por lo que acondicionando y regularizando las visitas se accedería al entorno de una forma más ordenada”, argumentó la responsable.

Según expuso Sancho, “la sima siempre ha sido algo accesible para el público e incluso tuvo una industria que sacaba de allí el guano”, la palomina de las aves, para usarlo como abono en explotaciones agrícolas.

“No pretendemos colapsar  ni alterar el entorno, sino regularizar y evitar que pase un accidente no deseado”, insistió la presidenta, quien destacó también que la futura infraestructura será accesible a personas con movilidad reducida.

Sancho aseguró que el mirador es un proyecto singular que apoyan todos los grupos políticos del Consejo Comarcal. “Esto es muy a tener en cuenta porque toda la comarca se ha volcado, se hicieron encuestas para el Plan de Sostenibilidad que lo incluyen y hubo unanimidad entre los habitantes de a pie y asociaciones culturales”, añadió.

La presidenta advirtió de que el proyecto definitivo todavía no está redactado, y se puso a disposición del Inaga para introducir y cumplir a rajatabla todas las medidas de protección de la avifauna que el organismo introduzca en la declaración de impacto ambiental. “Si un mes entero no se puede visitar la sima porque está anidando un ave, así se hará, o si tres o cuatro meses solamente se puede visitar una hora al día”, expuso.

Un pozo troncocónico de origen kárstico convertido en una reserva de la biodiversidad que no deja indiferente

La Sima de San Pedro se ubica entre Oliete y Ariño. A pocos metros del cauce del río Martín se abre este asombroso pozo troncocónico de origen kárstico con una boca próxima a los 100 metros de diámetro y una profundidad de 108 metros hasta la superficie del lago que ocupa su fondo. Sus dimensiones y la verticalidad de sus paredes convierten la visita en una experiencia emocionante e inolvidable, apunta la comarca en la web turismoandorrasierradearcos.com.

Esta descomunal hendidura, única en Europa por su estructura, es un refugio de biodiversidad con un valor ecológico excepcional. Además de su espectacularidad, el cráter constituye uno de los ecosistemas más singulares e importantes de la comarca. No sólo por la veintena de especies de animales vertebrados que alberga, entre anfibios, aves, reptiles y mamíferos, siendo de especial valor las colonias de murciélagos con nueve especies diferentes; también por tener su propio microclima y por la disponibilidad de agua en medio de un paraje árido, con marcada continentalidad.

El hueco es un paraíso para los ornitólogos que cada día al amanecer y al atardecer pueden disfrutar del espectáculo natural de las nueve especies de aves que nidifican en sus oquedades, entrando y saliendo  siempre según un escrupuloso orden.

Por todo ello, la sima es de gran importancia para un gran número de científicos, botánicos y biólogos, a los que el nuevo mirador les servirá de plataforma de descuelgue.

Imagen de archivo de una visita guiada a la Sima de San Pedro ofrecida por el Parque Cultural del Río Martín

El acceso al perímetro del cráter será más seguro desde octubre

El acceso al perímetro de la Sima de San Pedro será más cómodo desde octubre, cuando se espera que esté finalizada una inversión para mejorar las condiciones de seguridad en los alrededores.

En concreto, la actuación consistirá en repasar el perímetro actual de protección y señalizar un sendero en torno al mismo con paneles interpretativos acerca de la riqueza natural del enclave.

El objetivo es que la visita al paraje, al que acceden 20.000 personas anualmente según estimaciones del Parque Cultural del Río Martín, se realice en las mejores condiciones de seguridad, preservando también el monumento natural y su biodiversidad al evitar el paso por zonas geológicas vulnerables.

El nuevo sendero estará acotado por una serie de postes que sostendrán una cadena de la que colgarán carteles de prohibición del paso y que alertarán sobre el riesgo de caídas.

El recorrido explicativo incluirá tres mesas de interpretación de carácter pedagógico estratégicamente colocadas para guiar al visitante lejos de los puntos conflictivos, detalla la memoria valorada redactada por Bau Arquitectura. El nuevo camino tendrá una longitud de 425 metros.

En este momento, alrededor de la sima existe un cercado formado por pies derechos metálicos separados entre ellos unos cinco metros, por los que pasan dos sirgas. Esta cerca, con más de 30 años de antigüedad, delimita el perímetro del abismo y aleja del peligro al visitante, pero da una falsa sensación de pasamanos y camino por el que se tendría que ir para visitar sin problemas el lugar que no es tal, pues en algunos lugares discurre por un terreno poco o nada accesible.

La actuación tiene un presupuesto de 43.274,26 euros y se financia con cargo a una subvención del Fondo de Inversiones de Teruel para infraestructuras públicas en localidades mineras convocada por el Departamento de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial del Gobierno de Aragón.

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