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El Taller de Arqueología pide BIC para el “masico romano” hallado en Alcañiz El Taller de Arqueología pide BIC para el “masico romano” hallado en Alcañiz
Fachada del edificio, un mas del siglo XIX o XX construido sobre una estructura romana del siglo I. Taller de Arqueología

El Taller de Arqueología pide BIC para el “masico romano” hallado en Alcañiz

La ruina de un mas aflora el único edificio imperial en altura del Bajo Aragón
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La muestra del 40 aniversario del Taller de Arqueología de Alcañiz desvela, en la planta sótano de la sala de exposiciones municipal, noticias sobre una “excepcional y desconocida construcción” del siglo I que, según esta asociación, debe ser objeto de investigación como paso previo a su protección y declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), el número 34 de la localidad. Se trata del único ejemplo de edificio romano en altura ubicado en la comarca del Bajo Aragón, que ha aflorado tras el derrumbe de un mas.

“Es un monumento de primer orden. No existe ningún edificio romano en altura ni en Alcañiz ni en la comarca. En El Palao y en el Cabezo del Moro hay yacimientos de época romana con muros y zócalos que han aparecido, con suerte y tras excavar. Este tiene cerca de tres metros de altura, paredes muy sólidas y es comparable a los mausoleos del Bajo Aragón-Caspe, aunque no parece que lo sea porque la técnica de talla de los sillares es más tosca”, manifestó el presidente del Taller de Arqueología, José Antonio Benavente, preguntado por los periodistas tras el acto de inauguración de la exposición el viernes.

Posible industria agraria

La funcionalidad que tuvo el edificio original de hace 2.000 años se desconoce a la espera de poder realizar excavaciones o estudios de detalle, si bien la hipótesis inicial del Taller de Arqueología indica que pudiera ser un edificio de tipo industrial, tal vez relacionado con la producción en grandes cantidades de vino, aceite o cereales.

Y es que “las características y dimensiones de los restos conservados en altura parecen formar parte de una sólida construcción de planta rectangular difícilmente compatible con una vivienda e incluso con un mausoleo”, indica el informe sobre el descubrimiento de este edificio romano remitido por el taller a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.
 

Gran sillar romano en el interior del edificio con indicios de labra ornamental. Taller de Arqueología


Tras el aviso de vecinos de la zona –el taller prefiere no hacer público por el momento el enclave exacto–, la asociación documentó en mayo de 2023 la existencia de este enclave de características documentales “hasta ahora desconocido e inédito”, tal como se define en la exposición del Cuartelillo.

Se conserva un gran muro en el tramo norte de la antigua masada con una longitud de unos 12 metros y una altura visible de cerca de 3 metros, si bien es probable que su altura sea mayor bajo el subsuelo. Este muro está construido con sillares de arenisca de grandes dimensiones. Son visibles las huellas de talla, de orientación oblicua, realizada con picos metálicos, según aporta el Taller de Arqueología.

La estructura fue utilizada como base de la actual masada construida en época contemporánea (siglo XIX o principios del XX). Posteriormente se adosó un garaje de aperos. El gran muro de sillares había permanecido escondido en el interior.

Cerámica romana del siglo I

En el entorno de esta antigua construcción aparecen numerosos restos de cerámica romana, y en menor medida ibérica y medieval. Son especialmente abundantes y significativos los fragmentos de terra sigillata hispánica, de finales del siglo I, momento coincidente con la etapa de abandono de la ciudad íbero-romana de El Palao.

Los especialistas en cerámica romana Carlos Sáenz Preciado y Carmen Aguarod así lo atestiguan. Esta cronología coincide con el momento de abandono del gran asentamiento íbero-romano de El Palao y la probable expansión de villas y establecimientos agrícolas rurales en el entorno de Alcañiz. Esta instalación habría estado en uso un largo tiempo.

“En esa misma época hay villas romanas, cerca del Taratrato, el Regallo, la Redehuerta y la ermita de San Miguel, donde empiezan a funcionar y crecer villas romanas a partir del abandono de El Palao, ya que no hay ningún conflicto armado y ya no es necesario vivir en un sitio en altura fortificado”, indica Benavente. “Son fincas de terratenientes que producen no se sabe si vino, aceite o las dos, y cultivan cereales. La Loma del Regadío de Urrea de Gaén es una de ellas, pero es más tardía, 200 años”.
 

Fragmentos de ‘terra sigillata hispánica’, cerámica del siglo I. Taller de Arqueología


De modo que todo parece indicar la presencia de una villa romana que albergaba un gran edificio monumental cuya funcionalidad se desconoce a la espera de investigaciones para las que el Taller de Arqueología propone que alguna administración pública compre el terreno a sus actuales propietarios, ya que está convencido de que tiene potencialidad de BIC.

La asociación plantea, además, que esta gran construcción de época romana coexistiera junto a otros edificios y estancias cercanos. a 300 metros hay una zanja excavada en la roca, “quizás de drenaje, que atraviesa perpendicularmente un largo paleocanal de arenisca”. Podría guardar relación con el citado edificio y con la explotación agrícola de esa zona en época romana, sugiere el informe, que considera “prioritario realizar sondeos y catas arqueológicas tanto en el interior de la antigua masada y edificio romano como en su entorno inmediato” para descubrir otras posibles estructuras de la época.

En definitiva, el informe advierte de que estamos ante “un monumento de indudable interés histórico y cultural que es necesario catalogar, documentar, proteger y conservar para las futuras generaciones”. Benavente sugiere, además de sondeos arqueológicos, usar técnicas no invasivas como georradar, magnetometría o teledetección.

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