La Audiencia de Teruel juzgará el 14 y el 15 de marzo la muerte de Joel García en Andorra por disparos de la Guardia Civil

El fallecimiento en Andorra de Joel García Balaguer como consecuencia de un disparo de un guardia civil el 11 de enero de 2021 será juzgado los días 14 y 15 de marzo en la Audiencia Provincial de Teruel. “Será en la vista oral cuando se determine y pruebe la responsabilidad de los agentes en estos hechos”, indica en un comunicado el abogado de la familia, Carlos E. Guía Marqués.

“La muerte de Joel fue anómala en todos los sentidos. Se redujo a un enfermo en pleno brote psicótico” por acción de “tres disparos de un agente” que desencadenaron el “trágico desenlace”, recuerda el abogado.

Guía afirma que la autopsia definitiva “determina que el disparo que acabó con la vida de Joel entró por la parte posterior de su hombro izquierdo, recibió un balazo por su espalda”.

No se archivó la causa

El abogado asegura que la familia ha sufrido mucho en esta instrucción, “en la que los medios del Estado (Fiscalía y Abogacía del Estado) han intentado hasta en cinco ocasiones que se archivara la causa sin atribuir responsabilidades a los agentes intervinientes”, continúa el comunicado.

El representante de la familia, que pide respeto a su dolor y solicita evitar especulaciones, valora positivamente que finalmente “habrá juicio por homicidio y lesiones por la muerte de Joel García Balaguer”.

Los hechos ocurrieron el 11 de enero de 2021. La Guardia Civil recibió aviso del 112 esa tarde sobre las 17:00 horas después de que la familia del posteriormente abatido alertara de que estaba “muy agresivo, amenazando con un cuchillo y un destornillador” al resto, según informaron entonces fuentes de la Comandancia del Instituto armado en Teruel.

Varios agentes, junto con un equipo de sanitarios del centro de salud de Andorra, acudieron al domicilio, situado enfrente del colegio Gloria Fuertes. Después de dos horas negociando con él, y siempre según la versión policial, el chico atacó con un cuchillo a un guardia y este se defendió.

El agente llevaba chaleco antibalas y gracias a eso salvó a vida, según la versión de la Guardia Civil. El arma blanca traspasó su chaqueta. El joven padecía esquizofrenia y había protagonizado otros episodios de violencia, si bien nunca había llegado hasta el punto de intentar acuchillar a una persona, según fuentes conocedoras.