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Las Saladas de Alcañiz y Calanda, en el foco  por su fragilidad ante la presión agrícola Las Saladas de Alcañiz y Calanda, en el foco  por su fragilidad ante la presión agrícola
Observatorio de las Saladas de Alcañiz, en una imagen de archivo. Visita Bajo Aragón

Las Saladas de Alcañiz y Calanda, en el foco por su fragilidad ante la presión agrícola

Un proyecto financiado por el IET busca cartografiar y documentar estos humedales únicos
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Las Saladas de Alcañiz y Calanda, humedales salinos incluidos en la Red Natura 2000 por la singularidad de sus hábitats, vuelven a estar bajo el foco de la investigación científica. Un nuevo proyecto liderado por la geóloga María Tierra, con la supervisión de la investigadora Carmen Castañeda, pretende caracterizar a fondo el estado geomorfológico y edáfico de estos entornos, así como recopilar y analizar toda la información existente para facilitar su futura protección. La iniciativa forma parte de los ocho proyectos seleccionados en la última convocatoria de ayudas I+D+i del Instituto de Estudios Turolenses (IET), que este año ha visto un notable incremento tanto en solicitudes como en financiación.

El estudio

María Tierra, zaragozana de 25 años y licenciada en Geología, está realizando su tesis doctoral sobre saladares del centro del valle del Ebro, con foco en tres enclaves principales: Chiprana, Sástago-Bujaraloz y Alcañiz-Calanda.

En este caso, el interés por estas lagunas salinas radica en su carácter excepcional dentro del contexto europeo. Según explicó María Tierra, en el ámbito de la Unión Europea no existen ecosistemas comparables. “Estos espacios se parecen más a zonas del norte de África, como Túnez o Egipto. De hecho, investigadores internacionales vienen a estudiarlos”. Se trata de humedales con un elevado valor ecológico que albergan flora halófila muy específica y microorganismos adaptados a condiciones extremas, pero sobre los que apenas se han realizado estudios detallados en las últimas décadas.

El análisis se divide en varias líneas. Por un lado, la elaboración de una cartografía geomorfológica de alta precisión, que permita identificar las formas del paisaje y los procesos que han configurado el entorno. Por otro, el análisis de los suelos mediante calicatas y perfiles, con el fin de estudiar su composición y estructura. Finalmente, se busca recopilar toda la documentación previa existente —tanto publicaciones científicas como informes inéditos— para reconstruir la evolución reciente de estos espacios y valorar posibles impactos derivados del cambio en el uso del suelo. En este sentido, Tierra destaca la escasez de bibliografía reciente. “Desde los años 2000 apenas hay citas. Lo que más hemos encontrado es de los 80 y 90, cuando hubo un cierto auge en estos estudios”. Parte del trabajo actual consiste en revisar archivos históricos, incluyendo informes elaborados por el Gobierno de Aragón durante la implantación de regadíos en la zona, que podrían contener datos clave para entender los procesos de alteración que están afectando a las saladas.

Primeras observaciones

Aunque los estudios aún están en fase inicial, ya se han detectado algunas intervenciones potencialmente problemáticas. Por ejemplo, se ha identificado un drenaje perimetral que impediría la entrada natural de agua de riego, afectando a la dinámica hídrica del humedal. “Ese tipo de actuaciones pueden alterar el equilibrio del sistema, aunque todavía no lo tenemos confirmado del todo”, matizó la investigadora.

En el caso de la de Calanda, presenta un nivel de agua elevado que, según los registros disponibles, no era habitual anteriormente. Aunque todavía no se ha establecido una causa directa, el equipo de investigación sospecha que podría estar vinculado a cambios recientes en la gestión agrícola del entorno.

Aplicación futura

Uno de los objetivos a medio y largo plazo del proyecto es facilitar herramientas útiles para la gestión ambiental de estos enclaves, tradicionalmente relegados en los planes de conservación. “Generalmente no hay nada sobre geomorfología ni suelos, que son aspectos muy básicos. La idea es que cuando termine la tesis, este trabajo pueda servir para integrar estos espacios en estrategias de protección efectivas”, afirmó Tierra.

Además, el equipo investigador está a punto de publicar un artículo para la revista Naturaleza Aragonesa, en el que se explican los hábitats identificados, su vegetación asociada y su relevancia a escala europea.

Esta vertiente divulgativa busca trasladar los valores ecológicos de las saladas a un público más amplio.

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