

Los regantes de Alcañiz votan ‘sí’ a la modernización de 1.700 hectáreas
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El 92 por ciento de los usuarios de la Comunidad de Herederos de Regantes de Alcañiz está a favor de la modernización de los regadíos hacia un sistema a presión que estaría ejecutado en el plazo de cinco años. En total, son cerca de 1.600 usuarios propietarios de algo más de 1.700 hectáreas, que tendrían que sufragar entre 12 y 13 millones de euros de inversión según los primeros cálculos. El sindicato de riegos pedirá subvenciones al Gobierno central que contribuyan a la financiación.
La mayoría de los usuarios está por la modernización. Así se puso de manifiesto en la junta general extraordinaria de la comunidad que tuvo lugar el pasado viernes en el recinto ferial de Alcañiz, a la que acudieron presencialmente propietarios de Alcañiz y Castelserás que representaban más de 700 hectáreas, y que portaban el voto delegado de otros. En un encuentro informativo previo, la directiva presentó en marzo la iniciativa, que se refrendó la semana pasada por amplia mayoría: “Más del 92% a favor, un 7% en contra y dos votos nulos”, explicó el presidente de la Comunidad de Herederos de Regantes de Alcañiz, José Fernando Murria.
Los regantes calculan que en cuatro o cinco años podría estar ejecutado un proyecto que aún está por redactar. Posiblemente, aunque no se descarta la ejecución de otros conductos específicos, incluiría el entubado de las dos acequias principales: la vieja que lleva el agua desde el azud de Castelserás hasta la Estanca por la margen izquierda del Guadalope, y la nueva que va por la margen derecha hasta el pantano de Caspe.
El proyecto plantea, además, la construcción de dos o tres balsas repartidas por las 1.700 hectáreas, a las que se bombearía agua con ayuda de energía fotovoltaica. Desde allí, el líquido elemento caería por presión natural para llevar el recurso hasta todas las tomas para su aprovechamiento final mediante riego por aspersión o goteo, según las zonas. En cualquier caso, se desterrarían para siempre el riego a manta y los turnos de riego, lo cual permitiría ahorrar recurso y un uso más eficiente y productivo para los cultivos de melocotón, hortalizas, almendros, olivares o maíces que predominan.
La dificultad, además de toda esta infraestructura general, está en llevar a cada usuario una toma y un contador, ya que la media de parcela apenas llega a una hectárea por beneficiario, evidenció Murria, quien explicó que el entramado viene de época “de los romanos”. No obstante, tanto el agricultor profesional como el usuario a nivel de masico necesitan el líquido elemento y, “aunque el coste sea elevado, todos quieren que de sus grifos salga agua corriente”.
La junta general acordó solicitar al Gobierno de España la declaración de interés general de la modernización, al objeto de poderse acoger a subvenciones para aproximadamente el 50 por ciento de la actuación, según calculó Murria, que considera que la vía estatal es la más adecuada.
“Estos riegos llevan funcionando desde hace siglos y han colaborado en todas las ampliaciones de regulación aunque no tuvieran necesidad”, dijo Murria. Así, del pantano de Santolea “nos toca pagar un montón y muchos ya tenían agua asegurada, pero han sido solidarios con los nuevos regadíos y ahora hay que apoyarles”, sugirió.
El presidente defendió la modernización, que será “obligatoria” de aquí a unos años por cuestiones medioambientales y de rendimiento, ya que “las acequias de tierra se llevan mucha agua”. Sin embargo, “esto lleva un tiempo y hay que contar con la financiación adecuada”.