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Una fábrica de aislante para construcción  a base de lana podría generar 300 empleos Una fábrica de aislante para construcción  a base de lana podría generar 300 empleos
Fernando Iturbe y Javier Ciprés, ayer en la sede de la DPT en Alcañiz. DPT

Una fábrica de aislante para construcción a base de lana podría generar 300 empleos

La DPT y Fernando Iturbe presentan el primer panel en tamaño real, apto para la edificación industrial
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La fábrica de material aislante térmico y acústico constructivo en base a lana de oveja que impulsa la Diputación Provincial de Teruel (DPT) en zona de Transición Justa generaría 60 empleos en su fase piloto y más de 300 a pleno rendimiento. La iniciativa, que acabaría de raíz con el problema del almacenaje del mal llamado residuo de ovino, continúa avanzando y este jueves presentó en sociedad el primer panel aislante en tamaño real, con medidas 1.250x600x30 milímetros.

El anuncio tuvo lugar en la sede de la DPT en Alcañiz ante ganaderos, de manos del diputado provincial delegado de Desarrollo Territorial, Javier Ciprés, y del químico que desarrolla el material innovador, Fernando Iturbe.

El panel consta de una base de yeso laminado que hace de soporte con 6 milímetros y 24 milímetros de mortero aislante que contiene integrada la lana. Es de 1.250 milímetros de largo porque, según el código técnico de la edificación, con dos de ellos se puede formar un muro de 2,5 metros indicado para la construcción industrial de viviendas. Este material pesa cinco veces menos que el hormigón convencional.

El objetivo final de este panel es introducir lana natural y cerrar el círculo económico de este subproducto, aportando valor añadido al territorio. Cada panel lleva la lana de una oveja, alrededor de 1,5 kilos. O lo que es lo mismo: 1,5 euros para el bolsillo del ganadero. Se utiliza sin lavar de oveja, vitrificada mediante una fórmula química compleja para tratarla y solucionar los dos desafíos que tenía para llegar a la construcción: garantizar que no se desarrollen insectos y mejorar su resistencia al fuego, explicó Iturbe. “Una vez conseguido esto y diseñado el panel en sus medidas exactas, ya puede pasar al material de construcción de forma masiva”.

Tras tenerse que escuchar durante un buen tiempo que la lana es un residuo cuando más bien es “una materia prima” y una oportunidad, Ciprés se puso a trabajar para buscar soluciones al problema del almacenaje de la lana al que se enfrentan los pastores.

Una industria en Utrillas

El diputado aspira a “crear una industria” a raíz de estos paneles y que esta esté ubicada “en la provincia de Teruel, a ser posible en la zona de Transición Justa, donde más ha castigado el desempleo, en estas comarcas”.

“Tenemos ya una memoria económica y hemos trabajado con las administraciones de nivel superior, como la Consejería de Medio Ambiente, porque consideramos que podría ser un proyecto tractor de primer nivel para estas zonas desfavorecidas, por lo que puede encajar en el FITE. Lo que nos hace falta ahora es encontrar a los industriales que quisieran apostar por este producto” añadió. El hecho de estar en zona de Transición Justa también facilitaría la financiación de la planta, ya que podría acogerse a ayudas por incentivar la economía en zonas afectadas por los cierres mineroeléctricos.

“Se necesitan de 4,5 a 6 millones de euros para desarrollar una fábrica para gestionar la producción”, afirmó Iturbe. El químico propuso desarrollar una planta piloto y sugirió la localidad de Utrillas “por el interés que ha mostrado este consistorio desde la presentación de la idea”.

De hecho, a la presentación acudió el alcalde de la capital de las Cuencas Mineras, Joaquín Moreno, quien puso a disposición del proyecto algunas naves municipales en el polígono industrial, sobre todo para la fase de la puesta en marcha. Térvalis, Endesa o Saica estarían dispuestas a colaborar.

Iturbe quiere llegar rápidamente a 316.000 paneles y alcanzar 60 puestos de trabajo directo si se consume toda la lana que hay en Teruel –500.000 kilos–, o bien 120 puestos de trabajo para alcanzar el millón de kilos, que sería consumir toda la lana de Aragón. Eso supondría producir unos 630.000 paneles al año. La rentabilidad extrema estaría en llegar a fabricar entre 3 y 5 millones de kilos de lana, “unos 300 trabajadores” en nómina, y con lana de las Castillas y Navarra. La materia prima tendría que llegar a fábrica con menos de un 2% de suciedad. También harían falta máquinas trituradoras para su tratamiento, ubicadas por ejemplo en Alfambra, para trocearla y llevarla a fábrica.

Obra social

La memoria económica también abraza el concepto de “obra social”, según propone Iturbe, aunque dependerá de los directores financieros de la planta. “Dado que se estima que por cada millón de kilos de lana natural que se procese anualmente se obtienen 660.000 unidades de estos paneles, la aportación a una obra social podría ser de 0,20 euros por unidad, por lo que se podrían destinar a estos fines 132.000 euros anuales”, dijo.

De tal forma, habría recursos para la creación de una escuela de pastores y esquiladores de la provincia de Teruel, posiblemente ubicada en Alcañiz; apoyo económico a los municipios que contratasen un pastor para el manejo de cien ovejas de raza lanera y destinadas a la limpieza y prevención de incendios; y promoción y mecenazgo de actividades que promocionen el recurso, la historia y la tradición lanera de la provincia de Teruel.

De esta forma, “España podría ser una potencia lanera” y acaparar “del 2 al 5%” del mercado europeo de aislantes para la construcción, valorado en 12.000 millones de euros en la actualidad (78.000 millones a nivel mundial), según Iturbe.

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