Unos visitantes atienden a las explicaciones del personal del Museo del Azafrán de Monreal del Campo
Cerca de 2.500 personas visitan el Museo del Azafrán de Monreal del Campo en 2022
La cifra, que mejora la registrada el año pasado, todavía no alcanza los niveles previos al covid
El Museo del Azafrán, en Monreal del Campo, recupera visitantes después de los dos años de parón provocados por la pandemia del covid-19 y supera las 2.500 visitas, aunque sus responsables reconocen que “esperaban más”. Mari Carmen Fuertes, responsable del área de Cultura en el consistorio monrealense, reconoció que a pesar de que “todo ha vuelto a la normalidad”, aún no se han “recuperado cifras antes de la pandemia”, aunque, no obstante, los números logrados por Museo “se asemejan bastante”.
Y aunque las cifras se han mantenido similares a las que se registraron antes de la irrupción deo coronavirus, sí que se ha observado un cambio en el perfil del visitante con un protagonismo cada vez mayor del público procedente del centro de la península, sobre todo de la Comunidad de Madrid.
“Prácticamente se han recuperado las consultas de antes de la pandemia”, señaló Fuertes, quien estimó que el registro de este 2022 se quedará finalmente a unos pocos cientos de visitantes para igualar los mejores registros del centro. La responsable de Cultura recordaba, no obstante, que durante 2020 y 2021 no se obtuvieron “muy malas” cifras y aunque “el primer año de pandemia sí que fue bastante más flojo, el año pasado tuvimos en torno a 2.000 visitas”.
Fuertes apuntó que durante el año pasado se pusieron en marcha “medidas muy estrictas” de distanciamiento inter personal, “y eso la gente lo valoró porque había una cierta seguridad ”, razonó la responsable.
Además, las dificultades existentes para los desplazamientos de larga distancia e internacionales contribuyeron a un efecto potenciador del turismo interior. Esta coyuntura hizo que el Museo del Azafrán “no tuviera cifras demasiado malas”, dijo Fuertes, que confesó que los responsables del Museo esperaban “tener mejores cifras en 2022, que no ha sido malo, pero que no ha servido para recuperar” las de antes de la irrupción del virus. Entre los motivos que se manejan para explicar esta recuperación menos fulgurante de lo esperado se esgrime el afán por viajar al extranjero.
Aunque las cifras han crecido, pese a que no todo lo que se esperaba, lo que sí ha cambiado es el perfil del visitante. “Antes teníamos mucho visitante catalán y valenciano pero en este año 2022 el público mayoritario ha sido de la Comunidad de Madrid”, resaltó Fuertes, que achacó este cambio al trabajo que se ha venido realizado con agencias de viajes “que cada vez visitan más con autobuses la provincia de Teruel y que aprovechan el último día para visitar el Museo del Azafrán antes de marchar hacia Madrid”.
Apreciar el azafrán del Jiloca
“Cada vez se va conociendo más el azafrán del Jiloca”, afirmó la responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Monreal del Campo, pese a que “es una producción muy limitada. Las cifras de producción no están subiendo”, lo que supone, en su opinión, “un hándicap para la promoción del producto”.
Sin embargo, la presencia de los productores en ferias de alimentos de calidad y de producción ecológica permite que el oro rojo del Jiloca se conozca cada vez más.
Ese conocimiento creciente del valor del azafrán del Jiloca hace que buena parte de los visitantes que pasan por el Museo de Monreal del Campo no se vayan con las manos vacías. “Sí que suelen llevarse azafrán.
La mayoría de la gente lo compra y lo aprecia cada vez más”, celebró Fuertes, que a falta de concretar los datos de la tienda del Museo, sí manifestó que “se está vendiendo algo más, sobre todo para regalo”.
Alrededor del cultivo y explotación de este delicado producto desde hace dos años se celebra la Feria del Azafrán a principios de junio en un “esfuerzo por dar a conocer y difundir el producto”.
Dentro de las actividades del Museo se celebran unas jornadas del Azafrán en las que se presentan estudios que se realizan tanto del propio producto como de su protagonismo en la Historia. También se aborda las distintas maneras de cocinar utilizando estas hebras.
Las jornadas se celebran coincidiendo con la recogida del azafrán, que se desarrolla en el mes de octubre, y suele contar con la participación de los centros educativos. Los alumnos participan en la recogida de Azafrán para que se s conozca.
La última actividad desarrollada alrededor de este producto fue el concurso de fotografía que se falló hace dos semanas en el que se impuso el trabajo Buscando alimento, de José Ángel Arias Tomás.
Y aunque las cifras se han mantenido similares a las que se registraron antes de la irrupción deo coronavirus, sí que se ha observado un cambio en el perfil del visitante con un protagonismo cada vez mayor del público procedente del centro de la península, sobre todo de la Comunidad de Madrid.
“Prácticamente se han recuperado las consultas de antes de la pandemia”, señaló Fuertes, quien estimó que el registro de este 2022 se quedará finalmente a unos pocos cientos de visitantes para igualar los mejores registros del centro. La responsable de Cultura recordaba, no obstante, que durante 2020 y 2021 no se obtuvieron “muy malas” cifras y aunque “el primer año de pandemia sí que fue bastante más flojo, el año pasado tuvimos en torno a 2.000 visitas”.
Fuertes apuntó que durante el año pasado se pusieron en marcha “medidas muy estrictas” de distanciamiento inter personal, “y eso la gente lo valoró porque había una cierta seguridad ”, razonó la responsable.
Además, las dificultades existentes para los desplazamientos de larga distancia e internacionales contribuyeron a un efecto potenciador del turismo interior. Esta coyuntura hizo que el Museo del Azafrán “no tuviera cifras demasiado malas”, dijo Fuertes, que confesó que los responsables del Museo esperaban “tener mejores cifras en 2022, que no ha sido malo, pero que no ha servido para recuperar” las de antes de la irrupción del virus. Entre los motivos que se manejan para explicar esta recuperación menos fulgurante de lo esperado se esgrime el afán por viajar al extranjero.
Aunque las cifras han crecido, pese a que no todo lo que se esperaba, lo que sí ha cambiado es el perfil del visitante. “Antes teníamos mucho visitante catalán y valenciano pero en este año 2022 el público mayoritario ha sido de la Comunidad de Madrid”, resaltó Fuertes, que achacó este cambio al trabajo que se ha venido realizado con agencias de viajes “que cada vez visitan más con autobuses la provincia de Teruel y que aprovechan el último día para visitar el Museo del Azafrán antes de marchar hacia Madrid”.
Apreciar el azafrán del Jiloca
“Cada vez se va conociendo más el azafrán del Jiloca”, afirmó la responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Monreal del Campo, pese a que “es una producción muy limitada. Las cifras de producción no están subiendo”, lo que supone, en su opinión, “un hándicap para la promoción del producto”.
Sin embargo, la presencia de los productores en ferias de alimentos de calidad y de producción ecológica permite que el oro rojo del Jiloca se conozca cada vez más.
Ese conocimiento creciente del valor del azafrán del Jiloca hace que buena parte de los visitantes que pasan por el Museo de Monreal del Campo no se vayan con las manos vacías. “Sí que suelen llevarse azafrán.
La mayoría de la gente lo compra y lo aprecia cada vez más”, celebró Fuertes, que a falta de concretar los datos de la tienda del Museo, sí manifestó que “se está vendiendo algo más, sobre todo para regalo”.
Otras actividades
Alrededor del cultivo y explotación de este delicado producto desde hace dos años se celebra la Feria del Azafrán a principios de junio en un “esfuerzo por dar a conocer y difundir el producto”.
Dentro de las actividades del Museo se celebran unas jornadas del Azafrán en las que se presentan estudios que se realizan tanto del propio producto como de su protagonismo en la Historia. También se aborda las distintas maneras de cocinar utilizando estas hebras.
Las jornadas se celebran coincidiendo con la recogida del azafrán, que se desarrolla en el mes de octubre, y suele contar con la participación de los centros educativos. Los alumnos participan en la recogida de Azafrán para que se s conozca.
La última actividad desarrollada alrededor de este producto fue el concurso de fotografía que se falló hace dos semanas en el que se impuso el trabajo Buscando alimento, de José Ángel Arias Tomás.
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