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Cerca de 3.500 personas han visitado Galáctica desde su apertura a principios de abril Cerca de 3.500 personas han visitado Galáctica desde su apertura a principios de abril
Galáctica en Arcos de las Salinas atrajo a numerosas personas el puente festivo con las Perseidas. Galáctica

Cerca de 3.500 personas han visitado Galáctica desde su apertura a principios de abril

El centro de divulgación astronómica ha incrementado plazas para las observaciones nocturnas ante el tirón que tienen las Perseidas
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Cerca de 3.500 personas han pasado ya por Galáctica desde su apertura a principios de abril. Además de la visita al centro, una tercera parte de ellas han participado en actividades complementarias como las observaciones y la subida al Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ) para conocer los telescopios profesionales que gestiona el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) en el pico del Buitre.

La amplia demanda ha hecho que este centro de divulgación y práctica de la astronomía haya incrementado en los últimos días la oferta para las observaciones nocturnas del cielo ante el tirón de las Perseidas. Recorrer las instalaciones es apasionarse por una ciencia que los monitores de Galáctica inoculan a los visitantes con cercanía y auténtico amor por la divulgación.

Juan, de Altea (Alicante), tiene 70 años y como regalo de cumpleaños sus hijos le regalaron una visita a Galáctica este fin de semana pasado. Fue una experiencia completa que comenzó la noche del sábado con una observación del cielo realizada con el GT80, el telescopio de 80 centímetros de espejo con que cuenta el centro, siguió con la visita al OAJ en la mañana del domingo y culminó a mediodía de ese día con un recorrido guiado por las instalaciones de Galáctica.

Al terminar, a Juan le brillaban las pupilas como lo hacen las estrellas en el firmamento. Estaba emocionado y feliz de la experiencia vivida. “Ha sido increíble, he descubierto todo un mundo y esta visita me ha ayudado a consolidar muchas ideas y conocimientos parciales que tenía”, afirmó al despedirse de los monitores del centro pasadas las dos de la tarde.

Juan se marchó impregnado de algo que quienes visitan Galáctica se llevan con ellos, la emoción de sentir la última frontera que es el Universo como nunca antes lo habían imaginado. Es tal el grado de apasionamiento que le ponen los monitores, que el público se queda embelesado con las explicaciones y quiere saber más, hasta el punto de estallar en aplausos como pasó durante la última visita guiada de la mañana del domingo cuando uno de los monitores, Gabriel Funes, explicaba la experiencia de la noche anterior cuando observaron con el telescopio GT80 una nebulosa planetaria a 2.600 años luz. Cuando aquello ocurrió, Jesucristo no había puesto todavía el pie sobre la Tierra, pero ha sido ahora cuando esa luz llegó para impregnar las retinas de quienes pudieron verla.

“Un telescopio así no es habitual que esté en un centro de divulgación científica”, destacó Funes para hacer ver al público que  en pocos lugares se pueden vivir experiencias vivenciales así, mirando al cielo, como en Arcos de las Salinas. Es la seña de identidad que está adquiriendo Galáctica en sus primeros meses de vida, un trato personalizado y cercano con la gente con el fin de que quienes visitan el centro lleguen a la ciencia a través de las emociones y se apasionen como ellos lo hacen al transmitir el conocimiento.

Divulgar desde la emoción

Nacho Pérez, uno de los monitores del centro, cuenta que “emocionar” a la gente es fundamental para poder divulgar y que quienes les visitan disfruten. Tras la apertura parcial en el verano de 2022, desde abril de este año las instalaciones están abiertas ya de forma permanente. Hasta finales de junio lo hicieron básicamente solo los fines de semana, más algún día por visitas concertadas, mientras que desde el 28 de junio abren de miércoles a domingo, además de puentes festivos como este de la Virgen del Carmen.

Cristina Raya, responsable del departamento de Turismo de AstroÁndalus, la empresa que gestiona Galáctica, aseguró que la respuesta del público está siendo buena. A fecha de ayer comentó que cerca de 3.500 personas había pasado por las instalaciones desde abril, y que para finales de agosto o principios de septiembre esperan que esa cifra alcance ya las 4.000. Añadió que desde hace una semana las reservas para las observaciones están casi todas cubiertas y se han ampliado también a los jueves, ya que solo se hacían los fines de semana. Con las Perseidas la demanda también está superando a la   oferta, y los grupos los han ampliado de 60 a 80 personas.

Raya explicó que de las 3.500 visitas, 2.200 han sido exclusivamente para visitar el museo o hacer la visita guiada, pero el resto, una tercera parte, ha participado también en observaciones nocturnas del cielo o con los telescopios GT80 y el solar, así como los distintos eventos especiales organizados.

La responsable de Turismo de AstroAndalus precisó que en abril, con el empujón de la apertura y la Semana Santa, recibieron más de 900 personas, mientras que en mayo y junio lo hicieron unas 280 cada mes, y que ha sido entrado el mes de julio cuando se ha activado la demanda de visitantes al centro.

Comentó que el objetivo de Galáctica es “divulgar y llevar la astronomía a todos los públicos”, y que por ese motivo la oferta es amplia y abarca desde la entrada al museo de Galáctica para recorrerlo por cuenta propia o hacerlo acompañados por un guía, que explica los contenidos y muestra además la sala de control y el telescopio GT80. También es posible visitar con otra entrada el Observatorio Astrofísico de Javalambre en el Pico del Buitre. Asimismo se ofertan observaciones solares por el día con el telescopio solar, nocturnas desde el exterior del centro, y la denominada observación nocturna premium, que permite hacer observaciones con el GT80.

Procedencias

Raya comentó que a partir de ahora el centro va a estar abierto todo el año y tienen “muchas ganas” de afrontar el resto de estaciones del año. Están trabajando para ello en una oferta especial para grupos, eventos y sobre todo centros educativos. Apuntó que en el tiempo que llevan abiertos, su principal área de influencia y de donde está llegando más gente es de la Comunidad Valenciana y la provincia de Teruel, además de Zaragoza, que es donde van a concentrar la promoción de las instalaciones.

El museo como tal invita al visitante a hacer un recorrido divulgativo por lo que es la astronomía tomando como eje del discurso la calidad de los cielos de Javalambre, motivo por el que se construyó el Observatorio Astrofísico; así como los proyectos científicos que desarrolla el Cefca con los instrumentos de observación con que cuenta, los dos telescopios de 250 y 80 centímetros de diámetro de espejo con los que trabaja para los proyectos consistentes en los grandes cartografiados J-PAS y J-PLUS.

Las salas del museo son interactivas y el visitante accede primero a unos contenidos expositivos que le enseñan la importancia de los cielos sin contaminación lumínica. Después recorre distintas salas en torno a la astrofísica en general, su historia, el sol y la Vía Láctica, y el estudio del cosmos con la forma como trabajan los científicos, a cuya historia dedica diferentes espacios, los principios de la astrofísica y cómo se estudia el Universo, para culminar con el trabajo que se hace desde el Cefca.

Las observaciones nocturnas introducen al visitante en la observación del cielo a simple vista guiados con monitores y con la ayuda también de telescopios pequeños, mientras que la observación premium con el GT80, más exclusiva, se hace desde la propia cúpula y se prolonga durante varias horas. La solar se realiza en cambio en la sala de conferencias en remoto, al estar conectado el telescopio, con las explicaciones de un monitor.

Visita al OAJ

Y la visita al OAJ en el Pico del Buitre se realiza los domingos por la mañana, todo previa reserva, acompañados por un monitor de Galáctica que explica los pormenores de todo el equipamiento científico y la labor de investigación que se desarrolla con los dos telescopios principales ubicados en este enclave.

Nacho Pérez, uno de los monitores de Galáctica, explicó que el visitante lo que encuentra en el centro es “rigor científico” puesto que él y sus compañeros lo que hacen es divulgar el conocimiento desde la “cercanía” y adaptándose al visitante en cada caso. “Hablamos el idioma que la gente quiere escuchar”, señaló Pérez, adaptándose a sus expectativas, conocimientos y edades. Una simple mirada, comenta, les es suficiente para ver si están llegando a la gente, tienen que ser más sencillos en sus explicaciones o si por el contrario deben ir más lejos porque sus interlocutores tienen conocimientos más amplios.

Les cuentan desde cómo se forma una estrella hasta las fuerzas que rigen el universo, y lo hacen de forma amena e interactuando con el público, preguntándoles, haciéndoles pensar y evitando en todo momento en soltar un rollo con el que al final lo único que consigan es que la gente desconecte.

“Intentamos robarles un poquito de corazón y que se quede aquí arriba en el cielo de Teruel”, afirma el monitor, que asegura que la gente se queda con ganas de seguir conociendo.

La visita guiada al centro dura una hora y media y Pérez se lo plantea como una actividad en la que el público disfrute tanto como él y sus compañeros por la pasión que imprimen a su relato dada la trayectoria divulgadora con que cuentan todos ellos, y que es lo que más engancha a los visitantes porque se nota que viven lo que cuentan con pasión.

Lo importante

Lo importante es “estar a gusto y pasártelo bien”, comenta el guía, que asegura que entre los visitantes hay de todo, desde familias movidas por alguno de sus miembros que es un apasionado de la astronomía, a parejas en la que alguno de ellos es también aficionado o siente más curiosidad que el otro.

Las sesiones con los telescopios son para gente más avanzada, sobre todo la del GT80 que se hace por la noche porque se pasan cuatro horas mirando por el telescopio. Lo importante, asegura, es “emocionar” a la gente, lo que se consigue también con la observación en remoto con el telescopio solar o con las observaciones nocturnas en la explanada que hay frente a Galáctica, donde próximamente habrá además un planetario y un parque infanfil dedicado al espacio.

Por las noches, como estos días con las Perseidas, los monitores enseñan al público a identificar y guiarse en el cielo, a intepretar las estrellas con la ayuda de punteros láser. La experiencia dura hora y media y se ayudan con varios telescopios para que la gente pueda observar también los astros con estos instrumentos.

“Cuando hablamos de ciencia se mueve algo dentro de ellos, la gente sale enamorada de la experiencia porque viene con unas expectativas muy altas y lo que viven aquí lo rebasa”, comenta el monitor, que el domingo por la mañana hizo el recorrido guiado junto con su compañero Gabriel Funes. Ambos transmitieron pasión y dejaron a la gente con ganas de seguir aprendiendo sobre astrofísica, y con la conciencia muy clara de que no somos nada en la inmensidad del Universo y que eso debería hacer más humilde a la especie humana.

Cielos fabulosos

Son embajadores fabulosos de unos cielos turolenses que de noche son únicos para explorar el cosmos y disfrutar de lo que la humanidad siempre ha disfrutado antes de que llegasen las grandes ciudades y se produjese la contaminación lumínica. “La Vía Láctea la puedes tocar con las manos desde aquí”, comentaba Funes durante la explicación del telescopio GT80 en la visita guiada del domingo, a la vez que recalcaba que las dos cuestiones científicas que más atraen a la gente son los dinosaurios y las estrellas, “y los dos los tiene Teruel”.

El público, a la vista de la experiencia del domingo, responde encandilado a una oferta que es diferente, por lo atractiva y amena al descubrir que somos un minúsculo grano de sal si comparamos la Tierra con el Sol, donde caben 1,3 millones de planetas como el nuestro; o que dentro de 5.000 millones de años nuestra galaxia chocará con la de Andrómeda. Cuestiones que ayudan “a darnos cuenta de lo insignificante que somos” y a “relativizar” por ello las tonterías que a veces nos agobian, además de ser más humildes, relataba Nacho Pérez a los visitantes.

 

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