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Finaliza la restauración de la ermita del Loreto de Fortanete Finaliza la restauración de la ermita del Loreto de Fortanete
La cúpula de la ermita del Loreto, tras su restauración

Finaliza la restauración de la ermita del Loreto de Fortanete

La Comarca del Maestrazgo ha impulsado los trabajos, que han recuperado la ornamentación de la cúpula
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La Comarca del Maestrazgo continúa impulsado restauraciones en los municipios de la comarca. En esta ocasión ha llevado a cabo la restauración de la Ermita de Loreto de Fortanete, una actuación que ha servido para devolverle parte de su esplendor original.

Para ello, ha contado con la Fundación de Santa María de Albarracín, encargada de las obras de restauración, y con la colaboración del Ayuntamiento de Fortanete. Para esta actuación ha participado in situ un equipo de profesionales para restaurar la deteriorada decoración de su cúpula.



“La construcción de estilo barroco consta de una planta rectangular de una sola nave de dos tramos cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. El espacio está decorado especialmente en la zona de la cabecera donde se ha llevado a cabo el proyecto de rehabilitación, que presenta una cúpula sobre tambor, ocho ventanas y pechinas con la representación de cuatro mujeres bíblicas”, señala el área de Patrimonio de la Comarca.

Patrimonio cultural


“Se trata de una actuación necesaria para mantener el patrimonio cultural de esta ermita. Desde la Comarca llevamos a cabo un proyecto de restauración de bienes e inmuebles continuado en el tiempo. Anualmente realizamos un par de actuaciones y este año ha sido el turno de las grisallas de la ermita del Calvario de Bordón y la cúpula de la ermita de Loreto de Fortante”, apunta Roberto Rabaza, presidente de la institución comarcal.
 
Detalle del mal estado que presentaba la decoración


El resultado de estos trabajos ha permitido recuperar la ornamentación de uno de los conjuntos más destacados del catálogo de ermitas bajo la advocación de Loreto.

Diseminadas en el Maestrazgo turolense, junto con las ermitas de Villarroya de los Pinares, Cantavieja, La Iglesuela del Cid, Mosqueruela, Allepuz y Valdelinares, expone una tipología prototípica en el contexto de la producción arquitectónica de nuestro siglo XVIII.

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