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El vuelo de las palomas celebra la Resurrección de Jesucristo y el triunfo de la vida sobre la muerte El vuelo de las palomas celebra la Resurrección de Jesucristo y el triunfo de la vida sobre la muerte
Un símbolo de reverencia de la virgen del Carmen en la granada. P.A

El vuelo de las palomas celebra la Resurrección de Jesucristo y el triunfo de la vida sobre la muerte

La entrañable y familiar procesión de Las Palometas pone el broche de oro a la Semana Santa alcañizana
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Las doce palomas volvieron a alzar el vuelo este Domingo de Resurrección en Alcañiz, anunciando con su batir de alas el final de una intensa Semana Santa y el triunfo de la vida sobre la muerte. La tradicional y entrañable procesión de Las Palometas, protagonizada por las cofradías del Carmen y del Santo Entierro, ofreció a centenares de vecinos y visitantes una de las imágenes más simbólicas, familiares y queridas que tiene la Pascua alcañizana.

Un ritual muy familiar

Para los cofrades y acompañantes la jornada comenzó a las 11:30 horas con la celebración de una misa en la iglesia de San Francisco, ya que el templo del Carmen no puede utilizarse por su estado de conservación. Tras la eucaristía, los cofrades, acompañados por decenas de niños que portan cintas, faroles y estandartes, se trasladan hasta la iglesia del Carmen, donde ya espera la imagen de la Virgen preparada en el interior de la granada.

“Es un momento muy especial. La gente va con los niños, se preparan los detalles, los faroles, el estandarte… Todo está listo para la procesión”, explicó María Burruey, presidenta de la cofradía. Allí, la familia Molías introduce cuidadosamente una docena de palomas vivas en el interior de la granada, que simbolizan los doce apóstoles. Es un gesto que mantienen desde 1931, generación tras generación.

La comitiva avanzó luego hacia la calle Espejo, donde la Virgen permanece a la espera del Santísimo. Mientras tanto, en la excolegiata de Santa María finaliza la misa mayor y salió la procesión con la custodia bajo palio, portada por la Cofradía del Santo Entierro.

Ambas procesiones convergen en la plaza. Este año, la apertura de la granada y la suelta de las palomas no se hizo justo frente al Ayuntamiento, como es tradición, debido a las obras. Aun así, se respetó la disposición habitual y se mantuvo el protocolo con precisión, como cada año se ha hecho.
 

El párroco bajo el palio porta la custodia del Santísimo. P.A


Sin duda, esta procesión es el claro ejemplo de un gesto que celebra la vida. Un año más la granada se abrió, las palomas alzaron el vuelo y el público estalló en aplausos. “Ese instante en que Vicente tira de la cuerda y salen las palomas es súper entrañable”, dijo Burruey, que aún lo revive como lo vivía de niña. Justo después, se coloca la corona a la Virgen —que no puede llevarse dentro de la granada por falta de espacio— y comienza el acercamiento al Santísimo.

La imagen se inclina tres veces ante la custodia, en un gesto simbólico que representa el reconocimiento del hijo resucitado. Mientras tanto, la banda asociación Unión Musical Lira Alcañizana, interpretó el Aleluya de Haendel.

Una vez terminado el encuentro, ambas imágenes —la Virgen ya coronada y el Santísimo bajo palio— se encaminaron juntas hacia la iglesia de Santa María la Mayor. Allí se celebra una breve ceremonia con presencia de la corporación municipal, entre ellos el alcalde Miguel Ángel Estevan, que también había participado en otros actos de la Semana Santa como el Encuentro del Martes Santo, donde procesionó de romano. Tras esta última parada, la imagen de la Virgen regresó a su iglesia.
 

La corporación municipal también estuvo presente durante la procesión de Las Palometas. P.A

Gran implicación del Carmen

La Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, organizadora del acto, no es de las más numerosas de Alcañiz, pero sí una de las más activas. “Aunque somos una cofradía pequeña, tiene un carácter muy entrañable y familiar. Participan muchas familias, muchos niños, y eso lo hace especial”, señaló Burruey, al frente de la cofradía desde hace varios años. En su junta hay seis mujeres y cuatro hombres, y durante la procesión, las mujeres visten mantilla blanca como símbolo de Resurrección.

Este año, además, se estrena como prior Marbel Omedes, nombrada en enero durante el capítulo general. “Ella participa en todos los actos del año, y este domingo iba a mi lado en la primera fila de la junta”, apuntó Burruey con orgullo.

A pesar de su sencillez, la procesión de Las Palometas exige una organización cuidadosa y una participación coral. No solo intervienen los miembros de la cofradía, sino también la familia que aporta las palomas, los músicos, los niños, el sacerdote, las autoridades y el público, que cada año responde con fidelidad.

Resurrección compartida

Aunque Alcañiz cierra con este acto su Semana Santa, no es la única localidad que celebró el Domingo de Pascua con procesiones y misas especiales, también lo hicieron el resto de pueblos que conforman la Ruta del Tambor y Bombo.

En algunos casos, las celebraciones comenzaron ya casi a primera hora de la mañana, como en Albalate, donde hubo misa en el Calvario a las 9:00 y procesión hasta la parroquia. En Andorra se bendijeron las tradicionales tortas de Pascua antes de la procesión del Resucitado.

Calanda, por su parte, vivió su última celebración a las 11:00 con la misa en honor a la Pascua en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Esperanza.
 

Las mujeres de la cofradía del Carmen lucen mantillas blancas en sinónimo de Resurrección. P.A


En Urrea de Gaén, sus vecinos se reunieron a las 11:30 para la misa y procesión del Resucitado, mientras que en Samper de Calanda el acto central fue a las 12:15, con la celebración litúrgica de la Resurrección del Señor.

Finalmente, en Híjar, también se celebró una misa y procesión del Resucitado a las 10:30, cerrando así una intensa y participativa Semana Santa marcada por los toques de tambor, que se apagan tras el Sábado Santo y no reaparecerán hasta después de Reyes con el inicio de los ensayos.

Con este acto que conmemora la celebración de la vida sobre la suerte ponen punto y final a los actos religiosos, culturales y tradcionales los municipios que forman parte la Ruta del Tambor y el Bombo y se despiden hasta el próximo marzo de 2026, momento en el que volverán a sonar los redobles como siempre.

Las doce palomas volvieron a alzar el vuelo este Domingo de Resurrección en Alcañiz, anunciando con su batir de alas el final de una intensa Semana Santa y el triunfo de la vida sobre la muerte. La tradicional y entrañable procesión de Las Palometas, protagonizada por las cofradías del Carmen y del Santo Entierro, ofreció a centenares de vecinos y visitantes una de las imágenes más simbólicas, familiares y queridas que tiene la Pascua alcañizana.