Fortanete resucita su dance, con teatro y baile, tras 122 años perdido en la memoria

En Fortanete nadie había visto el dance con el que honraban a la Virgen del Buen Suceso y por eso su recuperación, gracias a los niños del colegio de la localidad, los jóvenes del Instituto de Enseñanza Secundaria de Cantavieja y las alumnas de la Escuela de Adultos, levantó una gran expectación. Tanto asistentes como protagonistas sabían que lo que iba a pasar en la tarde del pasado viernes en la localidad del Maestrazgo no era un baile más ni un teatro al uso. Era la representación de su propia tradición, esa que el olvido guardó en baúles en el año 1903 y de la que sólo una vecina de 90 años, que asistió al acto emocionada, recordaba algunos versos y la música.

En total, unas 40 personas se ocuparon de darle de nuevo vida sobre un escenario de poca altura situado en la plaza del Ayuntamiento y la Iglesia, posiblemente en el mismo lugar en el que se colocó hace más de un siglo el que vio a los últimos danzantes trenzar el palo.

El momento era histórico y la plaza se llenó. Algunos lo grababan con sus teléfonos móviles por si no hay ocasión de volverlo a ver y otros se emocionaron puesto que la representación fue muy rigurosa y realizada desde el cariño de los actores y danzantes.

Los niños llevaban un traje blanco, un color diferente al rosa original debido a que eran prestados. Lo que sí estrenaron fueron las espadas, un réplica de las originales realizadas por el carpintero local Julio González a partir de dos que se conservaban.

La actividad fue impulsada desde el departamento de Cultura y Patrimonio de la Comarca del Maestrazgo, han contado con los docentes de la escuela de Fortanete y también con los del Instituto de Enseñanza Secundaria y de la Escuela de Adultos.

La técnica de Cultura en la Comarca, Sonia Sánchez, destacó el interés y el tesón de los chavales, para los que fue todo un reto representar, dándole sentido, unos complejos textos en verso del siglo XIX que, finalmente, lograron que se entendieran mejor gracias a su declamación que leyéndolo sobre el papel. Indicó que todos ellos eran conscientes de la dimensión que tenía la representación puesto que "han contribuido culturalmente a recuperar una tradición de un pueblo", dijo.

Tras el dance del viernes, el sábado tuvo lugar la tradicional romería hasta la ermita por ser la Pascua de Pentecostés y allí, de forma improvisada, trenzaron el palo y bailaron de nuevo.