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La Iglesuela recupera las pinturas murales barrocas de la ermita del Cid La Iglesuela recupera las pinturas murales barrocas de la ermita del Cid
Antonio Jiménez (Izq.) y Fernando Safont, durante la presentación de la restauración de las pinturas de la ermita del Cid

La Iglesuela recupera las pinturas murales barrocas de la ermita del Cid

Los trabajos, realizados por la Fundación Santa María de Albarracín, se han financiado con el Fite
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El Ayuntamiento de La Iglesuela del Cid, en colaboración con la Fundación Santa María de Albarracín, ha culminado una nueva fase de los trabajos de restauración de las pinturas murales de la ermita de la Virgen del Cid, uno de los templos más emblemáticos del Maestrazgo. Las labores han sido posibles gracias a la subvención obtenida por el consistorio a través del Fondo de Inversión de Teruel (Fite).

El alcalde de La Iglesuela, Fernando Safont, destacó, durante la presentación de los trabajos, la importancia sentimental y patrimonial de la ermita: “La Virgen del Cid es un patrimonio que todos los iglesuelanos, seamos o no creyentes, llevamos muy dentro. Por eso, vamos a seguir poniendo todo nuestro empeño en restaurarla y ponerla en valor como merece”.

La recuperación de la ermita es un proyecto a largo plazo que, en los últimos años, ha ido completando diferentes fases de conservación. En 2017 ya se invirtieron 125.000 euros en la restauración de la cubierta, una actuación crucial para frenar el deterioro que afectaba al interior. Más recientemente, se intervino en parte de las pinturas del trasaltar y ahora, en esta última fase, se ha actuado sobre buena parte de la nave y el bajo coro.

El director de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, explicó que la intervención en la ermita ha sido todo un descubrimiento. “Hace un año actuamos en el trasaltar y parte de la bóveda, lo que sirvió para calentar motores para una intervención global. Nos encontramos con una decoración barroca impresionante, que había sufrido importantes patologías derivadas de problemas estructurales previos a la reparación de la techumbre y también de la acción humana. Cuando las pinturas mostraban señales de deterioro, alguien optó por darles una manita de pintura, cubriendo así los frescos originales”, detalla.

Durante los trabajos, que se han prolongado durante tres meses, el equipo de restauración descubrió que bajo esa capa anodina de pintura se ocultaban decoraciones originales de gran valor artístico, entre ellas un zócalo “preciosísimo”, que también aparece en la zona del bajo coro, y decoraciones geométricas que arropaban los retablos de cada muro, lo que confirma que cada espacio contaba con su propio retablo y sus pinturas asociadas.

Jiménez destaca que las pinturas, datadas entre los siglos XVII y XVIII, representan un magnífico ejemplo de la decoración barroca, “único no sólo para La Iglesuela sino para toda la comarca e incluso para la provincia de Teruel”.

La actuación, con un presupuesto de 40.000 euros más IVA, ha permitido restaurar aproximadamente un tercio de las pinturas, incluyendo parte de la nave y del presbiterio, y se prevé que el proceso de recuperación continúe en nuevas fases. “Hay un antes y un después en la ermita de la Virgen del Cid tras esta restauración”, valoró el alcalde, quien destacó la implicación y profesionalidad del equipo técnico y de la Fundación Santa María de Albarracín, y mostró su compromiso de seguir impulsando este proyecto.

Safont anunció en la presentación de los trabajos que el Ayuntamiento ya trabaja en la solicitud de nuevas ayudas a través de los fondos Fite, con el objetivo de “intentar dejar todo el altar restaurado este mismo año y seguir luchando porque nuestra Virgen del Cid se consolide como la joya artística, histórica y cultural que es para nuestro pueblo y para el Maestrazgo”.

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