Síguenos
Torre de las Arcas ofrece el gran aroma de su trufa de secano a través de un millar de tapas Torre de las Arcas ofrece el gran aroma de su trufa de secano a través de un millar de tapas
Un grupo de personas, degustando las tapas con trufa en la plaza de Torre de las Arcas

Torre de las Arcas ofrece el gran aroma de su trufa de secano a través de un millar de tapas

La localidad celebra la III edición de un certamen que cada año atrae mayor número de visitas
banner click 244 banner 244
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

Un millar de tapas se repartieron el sábado en Torre de las Arcas durante la celebración de la Feria de la Trufa de Secano, que congregó a más de 300 personas en esta localidad de las Cuencas Mineras. Se trata de la tercera edición de un certamen que nació con un doble objetivo: poner en el mapa de la trufa a este municipio donde en invierno apenas viven 24 vecinos e incentivar el cultivo de un producto muy bien adaptado al terreno y que cada vez genera más ingresos en el municipio.

La degustación, que tuvo lugar a partir de las 12 horas, consistía en un plato con dos tostadas de trufa en aceite, una tapa de queso con aceite y otra de revuelto de huevos trufados con jamón y Tuber melanosporum rallada por encima. Las tapas fueron elaboradas por decenas de voluntarios. Además, hubo una comida de hermandad para los inscritos, una ponencia sobre nuevas especies de trufas con posibilidades de cultivo en España y varios expositores comercializaron quesos, plantas micorrizadas y también trufa, cuyo precio por kilo se fijó en 850 euros.

Toda la trufa que se cultiva en Torre de las Arcas es de secano, por lo que este año, con precipitaciones justas y mucho calor, la campaña está siendo mala. En total hay en la localidad 26 hectáreas plantadas y, aunque no todo el término es apto para el cultivo, hay zonas que resultan “ideales” para el arraigo de Tuber melanosporum, según concretó Juan Francisco Chopo, miembro del comité organizador de la feria.

Chopo relató que en esta campaña las piezas que han logrado desarrollarse es porque estaban a mayor profundidad y, mientras que el año pasado localizaban trufas que “apenas tenían dos dedos de tierra por encima” este invierno no hay ninguna a menos de 20 o 25 centímetros.

Esas 26 hectáreas pertenecen a media docena de propietarios y, aunque se dedican a esta actividad a tiempo parcial, “ya hay familias que empiezan a optar por ella a pleno rendimiento, según concretó la alcaldesa de Torre de las Arcas, Ana Esteban. La regidora municipal planteó que en la localidad se considera a la trufa como “un motor de desarrollo” y uno de los pocos capaces de arraigar población en el municipio.

Puesto de venta de trufa y de plantas micorrizadas en Torre de las Arcas

El tiempo acompañó y en la plaza de Torre de las Arcas lució un sol radiante toda la mañana que propició que las mesas habilitadas se llenaran con decenas de personas que acudieron a  disfrutar del ambiente y las tapas trufadas.

El encargado de dar el pistoletazo de salida a las actividades fue el periodista José Ramón Marcuello y hasta Torre de las Arcas se desplazaron numerosos alcaldes de pueblos vecinos y representantes institucionales, entre ellos el diputado en el Congreso y alcalde de Mezquita de Jarque, Herminio Sancho, y la representante en las Cortes de Aragón y alcaldesa de La Mata de los Olmos, Silvia Gimeno. Tras la comida popular, la jornada se cerró a las 17 horas con una actuación teatral a cargo del grupo teatral de grupo de Cuevas de Almudén que interpretó Lisístrata.

En cuanto a los asistentes a la feria, la alcaldesa precisó que la mayoría son personas “conectadas de alguna manera con el mundo de la trufa”, pero también hay particulares que acuden con el interés de consumirla. Entre el público había personas procedentes de prácticamente todos los pueblos de la zona y Ana Esteban matizó que cada año se nota “que llega gente de lugares más alejados”. Para la responsable municipal, con la celebración de tres ediciones la feria ya está “afianzada, aunque sea modesta”.

En este sentido también se pronunció Juan Francisco Chopo, quien aseguró que cada año acude más gente. La primera edición tuvo lugar a finales de diciembre del año 2019 y, tras algo más de un año de parón por la pandemia, se retomó ya en enero del año 2022.

En la imagen, los asistentes a la charla de en Torre de las Arcas. Sara Falo

Bulgaria apuesta por ‘Tuber uncinatum’ por su rentabilidad y adaptación al terreno

Más del 95% de la trufa que se recolecta en Bulgaria es silvestre y cuentan con siete especies con interés comercial. Entre ellas destaca Tuber uncinatum por su elevada rentabilidad y buena adaptación al territorio, aspectos que han hecho que sea la que más se cultiva, por encima incluso de Tuber melanosporum. De todo ello habló en Torre de las Arcas Vesko Mirolyubob, recolector y productor de trufa en Bulgaria, quien desveló diferentes aspectos del sector en este país balcánico. El experto ofreció una charla en el marco de la III edición de la Feria de la Trufa de Secano que durante toda la jornada de se celebró en las Cuencas Mineras.

Tuber uncinatum y Tuber aestivum son similares a nivel genético, sin embargo, la calidad aromática de la uncinatum es muy superior, se cría en terrenos más húmedos y se recoge en otoño –frente a la aestivum que es de verano– .

La otoñal alcanza un precio mucho mayor que la de verano y en la última campaña llegó hasta los 1.200 euros por kilo, equiparable al de Tuber melanosporum. La mayor parte de la trufa que se recolecta en Bulgaria se comercializa en Italia y Francia, aunque la uncinatum tiene una gran demanda en América, según detalló Mirolyubob.

Según explicaron durante la sesión, aestivum y uncinatum tienen un aspecto diferente, ya que la primera presenta una gleba marrón clara mientras que la de otoño es mucho más oscura.

Mariano Casas, gerente de Cultivos Forestales, la empresa radicada en Torre de las Arcas que organizó la charla, detalló que la trufa de otoño se produce en zonas con menos picos de temperatura y una mayor humedad. En Teruel no hay silvestre y en España un buen lugar para su cultivo sería la cornisa cantábrica.

En su vivero micorrizan planta con esporas de Tuber uncinatum y usan para ello trufa recolectada en Bulgaria entre septiembre y diciembre. Como árboles hospedantes utilizan avellano, haya o carpe, entre otros. Casas reconoció que desconocen si es el ambiente el que influye en que la especie salga antes y sea aestivum o más tarde y sea uncinatum. Mirolyubob por su parte concretó que en Bulgaria no se recogen las dos trufas de un mismo árbol, similar altitud y ni siquiera de una misma zona, es decir, que si bajo un árbol localizan trufa de verano en otoño no hay.

Toni Vilanova, ingeniero forestal de Cultivos Forestales añadió al respecto que aunque a nivel genético pueden ser iguales, se trata de una especie afectada por la climatología o lugar: “Algunos investigadores hablan de que tendríamos que denominarlas aestivum, no uncinatum, pero es una cuestión de botánica, no de mercado”, concretó.

La mayor parte de la trufa que se recolecta en Bulgaria procede de aprovechamientos públicos, todos ellos de libre acceso, aunque en los últimos tiempos ya hay instituciones que los están acotando para obtener un rendimiento de ese aprovechamiento trufero. Una de las particularidades del país es que hay especies, como la trufa de verano y la de otoño, que afloran a la superficie cuando están maduras por lo que su localización, siempre con ayuda de perro, es más sencilla.

Coger trufa todo el año

Vesko Mirolyubob argumentó que las siete especies diferentes que se desarrollan en el país permiten trabajar todo el año, pues cada una se recolecta en una época distinta.

Además de la aestivum y uncinatum, en Bulgaria recolecta, en zonas muy concretas, Tuber magnatum, que es la que mayor valor alcanza en el mercado, por encima de los 7.000 euros, y es la trufa que aparece en menores altitudes, en torno a los 300 metros. En Bulgaria, al igual que en el resto de zonas donde nace, concentradas principalmente en Italia, se recolecta de forma silvestre ya que los primeros intentos de cultivo, realizados en Francia, son todavía experimentales.

En el territorio búlgaro también recolectan brumale, borchii, macrosporum y melanosporum. A ellas se suma Tuber mesentericum, que se cría en las zonas de mayor humedad, en suelos pedregosos y siempre rozando los 1.000 metros de altitud. Todas las trufas que nacen en el país entre los 300 y los 1.000 metros de altitud y en diferentes ambientes.

Vilanova comentó al respecto que en España no hay tantos bosques mixtos ni tan húmedos, ya que en Bulgaria hay numerosas zonas boscosas muy húmedas. Sin embargo, el ingeniero de montes manifestó que conocer otras especies de trufa es muy importante de cara a contemplar nuevas posibilidades para zonas donde la trufa negra, que es la especie que más se cultiva en España, no puede desarrollarse por cuestiones de altitud, tipos de suelo o pluviometría.

En este sentido también se pronunció la integrante del comité organizador de la Feria de la Trufa de Torre de las Arcas y encargada de presentar la charla, Teresa Gamarra, quien explicó que el objetivo de la ponencia “abrir foco” y no centrarse solo en las dos especies que se cultivan la zona: “Conocer lo que se hace en otros sitios siempre es abrir una puerta”.

El redactor recomienda