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Tramacastilla  y Albarracín  tejen solidaridad con el pueblo palestino Tramacastilla  y Albarracín  tejen solidaridad con el pueblo palestino
Una mujer, colgando una de las sandías en la plaza de Tramacastilla

Tramacastilla y Albarracín tejen solidaridad con el pueblo palestino

Las mujeres hacen sandías y se unen a la voz crítica de 150 localidades del mundo
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La solidaridad también se teje. Este fin de semana, los municipios de Tramacastilla y Albarracín se sumaron a la acción global Manos con Palestina, una iniciativa ciudadana surgida de una artesana y tejedora que, al conocer que se bloqueaba la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, sintió que ya no era posible permanecer en silencio. Esta acción busca, través del arte y la artesanía, romper el silencio, ante la crisis humanitaria en Gaza y exigir el respeto a los derechos humanos.

En Tramacastilla, el colectivo local de ganchilleras elaboró 60 sandías de ganchillo, cada una con un código QR que enlaza al manifiesto leído públicamente el mismo día. Las piezas fueron colgadas en distintos puntos del municipio —árboles, balcones, muros y farolas— como símbolo de resistencia y esperanza. Además, las organizadoras confeccionaron broches con forma de sandía que se repartieron entre las personas asistentes a la lectura del manifiesto.

El 4 de octubre, Tramacastilla y Albarracín se unieron a más de 150 localidades de España, Europa y América Latina que participaron simultáneamente en esta acción, entre ellas Ceuta, Salamanca, Buenos Aires o Bogotá. En todas, se levantó la voz, con una sandía como símbolo, contra la indiferencia y la violencia.

Durante la lectura, se recordó que “el silencio no es una opción” y se denunció que “lo que ocurre en Gaza es una herida abierta en la humanidad, un genocidio que ya ha arrebatado la vida a más de 66.000 personas, entre ellas más de 18.000 niños y niñas”. El manifiesto, firmado por el movimiento Manos con Palestina, subrayó la necesidad de actuar: “Podemos informarnos, escuchar las voces palestinas, boicotear a las empresas que financian la ocupación, presionar a nuestros gobiernos y apoyar proyectos que sostienen la vida en Palestina. Y, sobre todo, podemos no quedarnos indiferentes”, declamaron

La acción se enmarca dentro del craftivismo, una forma de activismo pacífico que utiliza la creación artesanal como vehículo de protesta y conciencia social. “Con nuestras manos hemos creado sandías: tejidas, pintadas, bordadas, cosidas… porque creemos en la fuerza de la creatividad colectiva como forma de resistencia pacífica”, recoge el manifiesto.

Sandía como símbolo

La sandía se ha convertido en un símbolo internacional de solidaridad con Palestina desde que, en 1967, se prohibió exhibir la bandera palestina cuyos colores —rojo, verde, blanco y negro— coinciden con los de esa bandera. Cada sandía colgada en las calles de la Sierra de Albarracín representa, así, una voz más que dice “Palestina vive, Palestina resiste”, según indican desde el colectivo de ganchilleras a través de una nota de prensa.

En Albarracín, la iniciativa fue impulsada por las mujeres del taller de costura y el espacio El Café del Barrio, que crearon sus propias sandías textiles y las colocaron por el casco histórico: “Queremos que quien pase, mire y se pregunte lo que puede hacer”, expresaron las participantes.

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