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Un rebaño de 75 vacas limpia el monte de Olba de forma intensiva con el fin de evitar nuevos incendios Un rebaño de 75 vacas limpia el monte de Olba de forma intensiva con el fin de evitar nuevos incendios
Federico Martín, alcalde de Olba, explicando a los estudiantes el proyecto de limpieza del monte

Un rebaño de 75 vacas limpia el monte de Olba de forma intensiva con el fin de evitar nuevos incendios

Se trata de un proyecto pionero que supone movilizar a las reses de forma controlada por lo lugares a desbrozar
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Cruz Aguilar

Olba ha buscado en 75 vacas a sus mejores aliadas para prevenir los incendios forestales mediante la limpieza del monte. El trabajo de las reses no es otro que comer pastos y matorrales de forma controlada y el manejo contempla su movilización, mediante un corral portátil, por las zonas que suponen un mayor riesgo, que son las más cercanas a los cascos urbanos. El incendio ocurrido el pasado marzo constató la necesidad de actuar, de coger el toro por los cuernos para hacer frente a la amenaza de las llamas, que les obligó a abandonar sus casas por el riesgo de que el fuego llegara hasta ellas.

El proyecto que están desarrollando ahora, totalmente innovador y basado en la ganadería, fue ideado por Alvaro Salvador, un ganadero de ovino de la localidad y técnico en manejo holístico, que es el que están aplicando para lograr unos óptimos resultados. Un rebaño compuesto por 75 vacas –que pretenden que se incremente hasta el centenar–va alimentándose del pasto y matorral de manera controlada mediante la colocación de un pastor eléctrico en el lugar que deben limpiar. Cada noche duermen en el mismo corral que, sin embargo, es portátil y va cambiando de sitio, desplazándose por las diferentes áreas en las que hay que actuar y, de momento, ya lo han movido una docena de veces. Se ubica en los lugares a desbrozar, preferentemente con puntos cercanos de agua para facilitar el abastecimiento de los animales.

Poco después del incendio el Ayuntamiento convocó a los vecinos a una reunión para buscar soluciones a la amenaza del fuego y en ella Álvaro Salvador expuso que la única forma para frenar los incendios es “con una herramienta de la naturaleza y perfectamente adaptada al medio”, relata. Pero para ello había que contar con el apoyo de un ganadero que se prestase a desarrollar este proyecto, que requiere un manejo de las reses totalmente diferente puesto que están concentradas en un mismo punto para que la limpieza sea efectiva. El director del proyecto plantea que el vacuno en extensivo limpia el monte, pero lo hace de forma menos eficaz puesto que selecciona el alimento que ingiere, mientras que, de esta forma, “come lo más apetecible y lo menos”.

Control

Eso requiere un control continuo de los animales y una persona dedicada a ellos. “Esta ganadería no tiene nada que ver con la extensiva tradicional que pasta por donde quiere y sin vigilancia”, relata el alcalde, Federico Martín, quien añade que una persona debe mover los cercados a diario y los corrales cada dos o tres semanas, en función de cómo ingieren las vacas los pastos y la maleza.

Para poner en marcha el proyecto era fundamental contar con un ganadero dispuesto a colaborar y lo encontraron en José Pascual, que tiene sus reses en Gúdar, Valdelinares, Allepuz y Fortanete en verano y pasa el invierno en San Agustín. Este año dejó la mayor parte de sus vacas de carne, de raza Limousin, en Olba porque se encandiló con un proyecto que le exigía un manejo distinto de los animales. “Nunca se han llevado las vacas así”, asegura, “es como se llevaban antiguamente las ovejas, cerrándolas por la noche y sacándolas por la mañana”, describe.
 

Estudiantes valencianos escucha las explicaciones sobre el manejo del rebaño que limpia el monte de Olba


Pascual reconoce que “es una locura” en lo que respecta a la viabilidad de hacerlo, pero supuso todo un reto por el manejo. Los animales al principio reaccionaron “realmente mal” al pasar de estar “anchas por la finca a tener que estar la noche juntas, hubo bastantes peleas”, relata. Sin embargo ahora ya están totalmente adaptadas y “sólo dan guerra” cuando se cambia el corral. También resultaba costoso atraerlas cada noche hasta el recinto donde pernoctan a retio, pero ahora se han acostumbrado y van solas.

El ganadero hace un balance positivo del proyecto y está sorprendido sobre todo con la respuesta de los vecinos, ya que aunque al principio hubo voces reacias ahora lo respaldan. Y es que el factor humano también es de gran relevancia para el desarrollo de esta novedosa iniciativa. Tras esa primera fase en la que los rumiantes limpian los arbustos y matorrales, los agentes de protección de la naturaleza marcan los árboles que por su densidad deben de ser retirados y es la población local la que se ocupa de hacerlo. Ahí radica la segunda parte de la iniciativa, en la que se cuenta con los vecinos para que aprovechen esos troncos como leña para consumo propio. “Lo que hacemos es cerrar el ciclo y que quede todo limpio con el trabajo de las reses y el de los vecinos”, concreta el alcalde.

Perdurar en el tiempo

Sin embargo, para que este proyecto perdure en el tiempo es necesario que cuente con ayudas  desde las administraciones públicas, ya que supone un esfuerzo por parte del ganadero, que ha tenido que contratar a una persona para que se haga cargo a diario de un rebaño que, en extensivo, no requiere tantas atenciones. Desde el Ayuntamiento confirman que han solicitado subvenciones para mantenerlo en el tiempo y plantean que incluso podría servir de ejemplo ya que se trata de una fórmula también viable para otras zonas de montaña con similar problemática.

Tanto el alcalde como el director del proyecto y el ganadero creen en la efectividad para la limpieza del monte, pero plantean que es necesario contar con ayudas que la hagan viable poque el manejo encarece sustancialmente el coste para el ganadero. Federico Martín recalca que el ganado resulta más efectivo y barato que las cuadrillas forestales, pero inasumible para los ayuntamientos de pequeños pueblos. “Una cuadrilla te puede costar 6.000 euros al mes, que es el coste del manejo del ganado en siete meses, es infinitamente más barato y efectivo”, asegura.

Han calculado que la superficie a limpiar es de cinco hectáreas, por lo que un rebaño de 75 vacas tardará en limpiarlas más de un año y lo hará moviéndose por las diferentes parcelas en las que se ha dividido el territorio. Como se trata de pasto pobre porque hacía décadas que no se regeneraba, la alimentación del ganado en estos meses debe completarse con aporte externo.

Este manejo holístico del ganado está sirviendo de ejemplo ya en las escuelas forestales y la semana pasada conocieron el proyecto en Olba el Centro de Formación Profesional La Malvesía, en Llombai (Valencia). Se desplazaron medio centenar de alumnos de los grados superiores de Ganadería y asistencia en sanidad animal y de Gestión forestal y del medio natural.

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