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Villarquemado abre al público el Centro de Interpretación de la Batalla de Alfambra Villarquemado abre al público el Centro de Interpretación de la Batalla de Alfambra
Un momento de la intervención del presidente aragonés, Javier Lambán, en la inauguración del Centro de Interpretación de la Batalla de Alfambra. DGA

Villarquemado abre al público el Centro de Interpretación de la Batalla de Alfambra

El espacio divulgativo hace de antesala al futuro Museo de la Guerra Civil en Teruel
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El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha celebrado la apertura del Centro de Interpretación de la Batalla de Alfambra cuya función principal es conservar la memoria del conflicto bélico desde un punto de vista didáctico y, desde las emociones, transmitir a las generaciones futuras la convicción de la brutalidad de la guerra como forma de resolver los conflictos, informa una nota de prensa del Gobierno de Aragón.

Lambán ha alabado el impulso del alcalde de la localidad, Federico Serrano, a este equipamiento que, además de rememorar un duro episodio de la Guerra Civil, pretende generar actividades relacionadas con la Memoria de la Guerra y de la postguerra inmediata; encuentros entre especialistas en temas relacionados con el conflicto; sesiones dedicadas a educadores y maestras o maestros de todos los niveles educativos; exposiciones temáticas sobre temas tales como la sanidad de guerra, la evacuación de los refugiados, la literatura histórica generada, las armas enfrentadas, la correspondencia de los soldados con novias y madres, etc.

La batalla de Alfambra fue un combate ocurrido durante la Guerra Civil Española entre el 5 y el 8 de febrero de 1938 en la cuenca del río Alfambra, unos 25 kilómetros al norte de la ciudad de Teruel, que era cercada por las tropas rebeldes en una durísima batalla. Teruel fue la única capital de provincia que el ejército popular de la República reconquistó a los nacionalistas, de modo que Franco trató de evitar que se convirtiera en un elemento simbólico que proporcionara moral a la República, así que empleó todas sus divisiones disponibles en la reconquista de la ciudad, lo que tuvo como escenario previo los campos próximos al río Alfambra. Tras su derrota, llegó la de la capital pocos días después.

Sin miedo

Para Lambán, hay que contar lo que ocurrió para comprender sin miedo sin afán revanchista y, como decía Azaña, escuchar la lección de los muertos. Por ello, el Gobierno de Aragón está comprometido con hacer de Teruel, provincia doblemente martirizada, una referencia pacifista que también se reflejará con el proyecto del Museo de la Guerra de Teruel, que avanza en dos líneas:

Por un lado, en la ejecución de una primera fase del Museo, con un importe de casi tres millones de euros. Se está preparando la licitación de esta primera fase, de modo que las obras podrían estar adjudicadas en el último trimestre y comenzar, previsiblemente, en 2023.

Por otro lado, el proyecto de musealización, con un importe de 700.000 euros. En este mes de mayo quedará constituida una comisión de expertos, que se encargará de redactar un plan museístico, que estará concluido este año.

La Comisión de expertos estará conformada por un equipo interdisciplinar de especialistas en la materia y se contará con la participación de la Universidad de Zaragoza que dispone de uno de los equipos académicos más solventes sobre la Guerra Civil y el franquismo.

El Centro de Interpretación

No tiene material propio, sino que expone materiales que pertenecen a personas que lo han coleccionado durante muchos años. Este equipamiento funciona como un espacio expositivo cuya función principal es conservar la memoria del conflicto bélico, ayudar a dignificar la tarea de quienes salvaguardan materiales esparcidos por los campos de batalla o bien adquieren y así salvaguardan objetos que regularmente aparecen en los mercados de anticuarios y de coleccionistas.

El centro es modesto pero eficaz para ayudar a comprender un episodio de la guerra civil para quienes lo visiten; no pretende ser un lugar en donde se expongan tácticas militares o escenarios bélicos, sino un espacio para emocionar y mostrar al mismo tiempo la dureza de los combates.

El CI también aspira a ser el punto de referencia de los amantes del patrimonio de la Guerra Civil que sienten la necesidad de mostrar los elementos materiales de la misma, preservar los relatos y poner en común sus conocimientos.

Por ello, el CI recurre a exposiciones temporales, que pueden renovarse fácilmente, dado que no es necesario cambiar la escenografía del equipamiento; tan sólo exponer piezas nuevas.

 

 

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