Si quieres, puedes disfrutar a tope porque si siempre das lo mejor de ti, lo mejor vendrá…ah, y no juzgues cada día por la cosecha que has obtenido, sino por las semillas que has plantado…y podría seguir encadenando frases motivadoras ad eternum. Afortunadamente, este pensamiento positivo tan tóxico empieza a ser contestado por filósofos y psicólogos que se niegan a participar en el negocio de la autoayuda de consumo rápido y alertan de sus peligros. Lejos de aminorar nuestras inseguridades, esta filosofía barata domestica los loables, pero escasos arrestos que nos quedan al final del día, y sobre todo, culpabiliza a quienes no los enarbolan. Hace unos días, leí en redes sociales una frase que encendió los míos: “La menopausia es una etapa demasiado larga en la vida de una mujer como para no disfrutarla a tope”. Yo no la he vivido; espero hacerlo dentro de unos años porque lo contrario significaría que estoy muerta. Eso me deja tiempo para pensar cuál de sus síntomas debería disfrutar más: los sofocos, el insomnio, la sequedad vaginal, la alteración emocional o la osteoporosis. Pensándolo bien, elijo los cambios en la morfología de mi cuerpo, es decir, ver cómo todo el esfuerzo que he hecho hasta ahora para mantenerme dignamente a ojos de mi médica y de mi ropero, se va por el desagüe. Seamos serios: la menopausia es una más de las realidades femeninas escondidas y estigmatizadas por el machismo, pero no se consigue visibilizarla apelando a su disfrute. Así solo se contribuye a culpabilizar a las mujeres que no lo hacen. No creo que debamos invertir nuestra energía en celebrar el climaterio, sino reclamar los apoyos médicos, psicológicos y sociales necesarios para normalizar una etapa de la vida por la que hay que transitar lo más cómodamente posible. El de la menopausia es un ejemplo, pero hay muchos más. Los edulcorantes hipócritas, comprimidos en frases plagadas de errores gramaticales, están contraindicados cada vez que la vida nos pone a prueba. El éxito es superarla con el menor número de heridas posible, no disfrutarla a tope.