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El verano de Heisenberg El verano de Heisenberg

El verano de Heisenberg

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Fabiola Hernández

Corría el año 1925 cuando el joven físico alemán Werner Heisenberg afirmó aquello de que la materia no es estática ni predecible o que las partículas subatómicas no son cosas, sino tendencias. Su famosísimo principio de incertidumbre, que le valió el Premio Nobel pocos años después, abrió la puerta a una nueva dimensión en la Física y la mecánica Cuántica y asentó uno de los principios de la Filosofía moderna.

Heisenberg demostró con sus cálculos que las partículas microscópicas no tienen una posición determinada ni se mueven en una sola dirección, de hecho, pueden dirigirse a infinitos lugares en un mismo momento.

De repente, la Física ya no era tan predecible como se había creído hasta entonces; una de sus mentes más brillantes demostró lo que cualquier mortal sabía intuitivamente: la incertidumbre gobierna nuestras vidas

¿No tienen esa misma sensación casi un siglo después cuando intentan seguir la pista de los partidos que aspiran a formar gobierno este verano? Una vez superada la primera meta volante, es decir, elegida la mesa del Congreso y su presidenta, continúa la carrera hacia la Moncloa. No digo yo que la composición de la mesa del Congreso sea irrelevante, en absoluto, pero no es el objetivo con el que los equipos negociadores se mueven en el universo político subatómico.

Es verdad que la mayoría absoluta conseguida por la socialista Francina Armengol en primera vuelta y los votos de Vox a su propio candidato y no a Gamarra, parecen empujar a Sánchez a la Moncloa, pero hasta 1897 también creíamos que el átomo era indivisible. Cuando Thomson demostró lo contrario, se abrió un mundo de posibilidades subatómicas, que entre otras muchas derivadas, llevó a Heisenberg a enunciar su principio de incertidumbre.

Nada más votar a favor de Armengol, Junts per Catalunya dejaba claro que eso no garantizaba su apoyo a Sánchez en la investidura.

Es decir, como ya demostró Heisenberg, en el mundo subatómico, nada tiene una posición determinada ni se mueven en una sola dirección.