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Ana Aranda Vasserot, escritora: “Se consigue más utilizando una aproximación indirecta que siendo brutalmente sincero” Ana Aranda Vasserot, escritora: “Se consigue más utilizando una aproximación indirecta que siendo brutalmente sincero”
La cada día contenta Ana Aranda en Shanghai. Daniel Tubau

Ana Aranda Vasserot, escritora: “Se consigue más utilizando una aproximación indirecta que siendo brutalmente sincero”

Editorial Ariel presenta ‘Las 36 estratagemas chinas’, manual secreto del arte de la guerra
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Ana Aranda Vasserot se declara una misántropa sociable, “a veces me gusta la gente y a veces no, pero siempre estoy dispuesta a ayudar. Esto es por mi madre, que cuando éramos pequeños a mí y a mis cinco hermanos nos decía: lo primero, ser buenos, lo segundo, ser inteligentes y lo tercero, ser guapos” (risas). “Parezco una mosquita muerta, pero en lugar de corazón tengo un motor al que no se le pone nada por delante: me fui ya mayorcita a China dejando un trabajo estable de muchos años”. Fue allí cuando su primera profesora de chino se dio cuenta al instante de que “lo que más me gusta en el mundo es reírme y por eso me puso como nombre ‘antianyu’, que significa algo así como… cada día contenta”. Junto a Daniel Tubau edita y comenta Las 36 estratagemas chinas (Editorial Ariel), un manual secreto sobre el arte de la guerra donde la valiosa traducción de la propia Aranda Vasserot pone de manifiesto su pasión y sabiduría lúcida sobre este siempre útil y atractivo tema.

-¿Qué es una estratagema? ¿En qué se diferencian las chinas de las demás?

-Un engaño, una táctica, una argucia en un momento concreto. Las estratagemas chinas suelen ser indirectas. Su objetivo es disuadirte para que hagas algo, pero no hay violencia ni presión, hay convencimiento y mucha manipulación psicológica.

-¿Buscan salir airoso de las situaciones de conflicto?

-Casi todas. Algunas también pueden ser consejos para alejarte del peligro o estar prevenido, como ‘Esconder un puñal detrás de una sonrisa’, o ‘Golpear la hierba para asustar a la serpiente’.

-Estratagemas que también sirven para gestionar grandes temas desde el autoconocimiento, la creación o la convivencia.

-Eso es. Algunas de las estrategias son consejos muy útiles para manejar equipos, motivar o simplemente ayudar a un amigo o familiar. Casi todas sirven para los creativos, narradores o publicistas, porque suelen jugar con la sorpresa, o el desvío, como ‘Hacer ruido en el este, para atacar el oeste’, o ‘Engañar al cielo para cruzar el mar’. Muchas de ellas tienen su base en el autoconocimiento, como bien dices, porque para ser un estratega hay que conocerse a sí mismo.

Cubierta del libro

-La persuasión es clave en estos terrenos.

-Sí, y la manipulación. La una viene junto a la otra. La persuasión sirve para que hagan lo que quieres, pero sin sentirse manipulados.

-A veces son obvias y, otras, merecen reflexión y lecturas diversas.

-Sí, los enunciados de algunas estratagemas se entienden en una primera lectura como ‘Capturar al líder para atrapar a los bandidos’. Otras describen batallas históricas y se debe conocer el contexto para entenderlas. Y hay otras que parecen muy crípticas y taoístas, como ‘Crear algo a partir de nada’, pero que se refieren a crear un engaño sin tener nada de nada. Esta última se entiende muy bien con un ejemplo. Ronald Reagan y sus asesores hicieron creer a los rusos que tenían un escudo antimisiles en plena guerra fría y esto hizo que la Unión Soviética renunciará a la escalada bélica. Así fue como Estados Unidos ganó la llamada ‘guerra de las galaxias’.

-Estratagemas de piel diversa según los contextos.

-Sí, muchas de ellas tienen que ver con la guerra, pero todas pueden ser interpretadas en otros contextos, como la negociación, la diplomacia, la política o la vida cotidiana. Son muy evocadoras.

-La necesidad obliga…

-A utilizar estas estratagemas. Se consigue más utilizando una aproximación indirecta que siendo brutalmente sincero. Si realmente lo que quieres es convencer, no imponerte, hay que buscar la manera para que la otra persona no te rechace desde el primer momento.

-Y a veces, el talento es un don.

-Más que el talento, creo que es dedicar tiempo a pensar, a calcular y planificar. En La estratagema de la ciudad vacía, el héroe, Zhuge Liang, el dragón dormido, prácticamente lee el pensamiento de su contrincante, sabe lo que cree su rival que piensa él mismo, y con esta base planifica su engaño.

-Las 36 han sido traducidas y comentadas. ¿Qué ha sido lo más curioso de su investigación?

-Lo mejor ha sido descubrir el origen de cada una de las treinta y seis estratagemas, además de crear nuestros propios antídotos (esa es una novedad) y descubrir a estrategas como Zhuge Liang, Pang Juan, o Zigong, el discípulo de Confucio.

-Guardan misterios y enigmas.

-Sí, no se sabe muy bien su origen, aunque sí que fueron redescubiertas en el siglo XX en una excavación arqueológica, pero se ignora dónde, porque probablemente era ilegal.

-¿Qué estratagemas le parecen las más valiosas?

-La más valiosa es la última: ‘Huir es la mejor estratagema’. Hay batallas que no podemos ganar, hay situaciones que se escapan a nuestro control, hay que saber elegir bien lo que podemos y lo que no podemos hacer.

-¿Las más acordes a los tiempos que atravesamos?

-‘Devolver el alma a un cadáver’ porque sobre todo en política, todos los partidos pecan de hablar en nombre de alguien, ya sea de la gente, del pueblo, de las mujeres, de las víctimas, etc.

-¿Las más sorprendentes o de paradoja?

-‘Para atrapar algo, déjalo escapar’, esta estratagema podría ser una paradoja de Oscar Wilde.

-¿Y una a la que acudir a menudo, cual botiquín de lo cotidiano?

-‘Regañar a la morera para criticar a la acacia’. Esta tiene un resultado espectacular: si necesitas tener una conversación difícil con alguien que sabes que no admite críticas, lo mejor es criticar a otra persona, a alguien que tiene el mismo defecto que tu amigo. Si tu amigo es listo y se da cuenta del engaño, no pasa nada, porque reflexionará y no se sentirá tan agredido como si se lo dices directamente.

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