Bellas Artes en Teruel cerró otra edición del ciclo de arte contemporáneo Especies de Espacios

La pasada semana concluyó una nueva edición del ciclo de arte contemporáneo de Teruel Especies de Espacios, con la clausura de la quinta y última de las cinco exposiciones colectivas incluidas en la programación de este año. Bajo la supervisión y comisariado de Silvia Martí Marí, profesora de la asignatura Metodología de Proyecto: Espacio, de 3º de Bellas Artes, 29 estudiantes del grado en el campus de Teruel han participado en las muestras colectivas de pintura, instalación, videoarte o escultura que han tenido lugar a lo largo de todo el mes de febrero en el espacio ArTEsala de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de Teruel.

La quinta exposición, titulada Rapport, reunió el trabajo de Paula M. Murillo, Carla Cardenete Descalzo, Ana Hinojosa Deler, Nerea Villanueva Luño, Erin Manzanares Oliveros y Laura Arribas Lebrón. Sus propuestas giraron en torno a la salud mental y la psicología, tratando de sacar a la luz algunos de los trastornos que afectan a la psyche del ser humano con naturalidad, rompiendo los tabús, y desde una perspectiva creativa.

Paula M. Murillo presentó Ambigua realidad, sobre el trastorno de personalidad narcisista. Con decidida vocación didáctica, la autora hace hincapié en las características del afectado, que sufre una autopercepción desmesuradamente positiva con aires de grandeza. Eso suele esconder una personalidad insegura y refugiada en el engaño y la manipulación. Ambigua realidad está conformada por un pedestal sobre el que hay un peón de ajedrez y un espejo que refleja a un rey. Tras el pedestal una tela negra con la forma de un peón simula lo que esconde este narcisista tras su imagen de rey, haciendo alusión a sus pensamientos y traumas más profundos.

Carla Cadenete, por su parte, presentó ¿Encierro?, una instalación escultórica formada por una casa hecha con maderas de 60 x 40 cm, las cuales tienen vacíos que dejan ver el interior. La estructura está rodeada por cadenas unidas por un candado y su llave se encuentra ubicada dentro de la casa, iluminada por una luz cálida situada en el centro. Este conjunto se encuentra sobre una base de césped artificial de 1 x 2 m que los espectadores pueden pisar para rodear la casa.

La propuesta trata de reflexionar sobre la agorafobia, un trastorno de la ansiedad complejo que puede implicar miedo a los espacios vacíos o llenos, abiertos o cerrados, que no resultan familiares y en las que el afectado, por las razones que sea, percibe gran dificultad para ponerse a salvo de forma segura y discreta en caso de que sea necesario.

De forma más general, Ana Hinojosa Deler reflexiona sobre la salud mental a través de Vao, una escultura hecha principalmente de cartón gris a la cual se le añaden componentes variados hechos de diversos materiales como, papel, cera o barro. Vao hace experimentar al espectador una serie de preguntas y tabúes relacionados con la salud mental, alentando a que cada cual extraiga sus propias conclusiones. En la obra se busca jugar con el concepto de ventana, y el miedo a pedir ayuda a la hora de enfrentarse a una enfermedad de salud mental, en lo que viene a ser la descripción metafórica de una de las más extendidas e invisibles: la depresión.

Vao imita por una de sus caras una ventana francesa -de las que ocupan un área de pared que va del techo al suelo- en la que se exponen varios elementos descriptivos de la enfermedad, y por otra, una mirilla por la que se observa una habitación secreta donde se representa una cruda escena.

Por su parte Nerea Villanueva Luño expuso en la muestra Estar bien, una escultura que reproduce un torso humano mediante el uso de telas y alambres. Desde la espalda crecen lo que parecen ser plumas, como si un par de alas estuvieran brotando del mismo.

Estar bien trata de reflejar la naturalidad con la que la autora considera que hay que expresarse a propósito de emociones tradicionalmente consideradas negativas, como la ira o la tristeza. “Solemos huir del dolor y el sufrimiento, buscando estar bien sin ser conscientes de que el rechazo de estas emociones nos genera más sufrimiento”, afirma la autora en su hoja de sala.

En la obra las plumas son un sinónimo de esas emociones negativas que el individuo ha aceptado, entendiendo que no siempre es posible ese bienestar personal y que “está bien estar mal”, entre otras cosas porque solo una vez asumido el propio mal estado se puede poner remedio al mismo.

Anxieta es el título de Erin Manzanares Oliveros, que consiste en una mesa con un mantel negro ocupada por un ordenador con sus auriculares, y unos cascos de obra junto a un antifaz, además de un taburete doméstico. Son elementos sin aparente relación entre ellos, que sin embargo ofrecen una experiencia conceptual para acercarse al fenómeno del TEA (Trastornos del Espectro Autista), y la sensibilidad sensorial, que suelen tener en común la dificultad para percibir la misma realidad que el resto de personas, así como comunicarse con ellas.

Además Laura Arribas Lebrón presentó Reflejo, que en lo forma es una estructura de madera y tela en la que se encuentran cuarenta espejos que deforman la imagen. Esta estructura va acompañada de dos bombillas de luz blanca y unos cascos que reproducen un audio.

Reflejo está pensado como una invitación para experimentar el agobio y percibir todos aquellos complejos a los que casi todo el mundo suele enfrentarse en determinados momentos de su vida, en un camino que transita hacia el estado ideal de la salud mental, en el que “llegar a querernos a nosotros mismos”, como apostilla la autora.

Cinco colectivas que reflexionan sobre muy diversos ámbitos

Rapport puso fin esta semana a Especies de Espacios, que organiza Bellas Artes desde 2011 con una serie de exposiciones colectivas de arte contemporáneo en la que participan alumnos de 3º del grado que se cursa en Teruel, y que en muchos casos representa la primera de las muestras en las que participan.

Este año el ciclo completo ha reunido el trabajo de 29 estudiantes, en un total de 5 exposiciones que pudieron verse en ArTEsala durante todo el mes de febrero.

En la primera exposición, Introspectio (5 de febrero), Arie, Marta Sancho Giner, David Martín Mármol, Elías García Montes, Nigar Nasibova y Natalia Rico Sanz exploraban el propio acto creativo antes de manifestarse fuera de la mente del artista. El 8 de febrero abrieron VersARTil Rafael Muñoz Bertolín, June Bakeriza Carrasco, Lucía Alcaine García, Carles Ortuño Benavent, Iván López Cortés y Rafaella Corvetto Osorio, acerca del fondo y la forma de los géneros artísticos menos comunes o convencionales, y la fusión entre estos.

El 13 de febrero fue el turno de Mono no aware, con obras de Alba Sanz Reglero, Inés Melero, Julia Ruiz, Pau Cava Cervera, Raisa Ponce González y Julia Pinilla Gimeno. Lo efímero del tiempo y la existencia fue el tema común que englobaban todas las propuestas.

El 19 de febrero se inauguró Per-forma, con Alba Domínguez, Andrea Salas Díaz, M. Estévez, Manuel Cuéllar y Sara Brezaeru, que ponía en relación conceptos como la belleza normativa, la identidad de género o la presión social en la construcción de la propia identidad.

Por último, en Rapport Paula M. Murillo, Carla Cardenete Descalzo, Ana Hinojosa Deler, Nerea Villanueva Luño, Erin Manzanares Oliveros y Laura Arribas Lebrón exploraron la salud mental y diferentes ámbitos de la ausencia de esta.