

Mariposa de luz (Libros del Gato Negro, 2025) es un emotivo poemario del bardo por excelencia de la ciudad de Teruel, Jesús Cuesta, en el que rinde homenaje a los lazos que nos sostienen desde la cuna, un canto de amor a la familia —esposa, hijos, nietos— y a la ciudad, a su paisaje y su paisanaje. Sin olvidar la poesía de compromiso social, de tan amable como contundente crítica cuando es menester, pero siempre con un atisbo de esperanza.
A través de versos delicadamente construidos, nuestro rapsoda explora las múltiples formas del amor familiar con una sensibilidad y una sinceridad que conmueve y reconforta. Sus poemas, sencillos en su expresión, se sienten como una fotografía antigua: nostálgica, cálida y, sobre todo, profundamente humana.
El libro se estructura en cuatro partes. En la primera, Trovadoresca, la poesía es de corte intimista y sus versos se los dedica a aquellos que son importantes en su vida. Comienza con un hermoso soneto clásico, Mariposa de luz, dedicado a su esposa, motivo central del poemario, con la que establece una complicidad evidente al incluir una pintura suya en la portada ilustrativa de esta poesía, que le da título, lo abre y lo cierra circularmente al repetirla en contraportada, logrando de esta forma que dos partes, la de él y la de ella, sean una: eso es el amor.
En este ramillete de poemas, Jesús es el marido amante que extraña, anhela y desea a su amada, pero es también el padre preocupado por su hija; el turolense que ama y le duele su ciudad; el hombre que siente el paso del tiempo y celebra la vida con alegría; el amigo de sus amigos que recuerda a los que ya no están.
La exploración lírica de los afectos familiares continúa de una forma más jovial, en ocasiones también jocosa, en la segunda parte explícitamente titulada, A mis nietos, cuando, convertido en abuelo, dedica a modo de bienvenida al mundo, de bautismo artístico, un poema a cada uno de sus cinco nietos. Son versos de arte menor y libres, juguetones, inquietos e inocentes.
En la tercera, Medievales amoríos, dos sonetos y un monólogo poético dedicado a Diego, su poesía rinde homenaje a los Amantes, emblema de la ciudad de Teruel y ejemplo de amor universal.
En la última, Canción protesta, reúne poemas de crítica política y social, en los que evidencia las causas de la despoblación y denuncia la falta de infraestructuras de la provincia. Manifiesta también su solidaridad con los que sufren hambre y guerras, su deseo de un mundo en paz, mejor y más justo para todos.
Desde un punto de vista estilístico, privilegia un lenguaje claro, accesible y de gran carga sensorial, alejándose de la opacidad de ciertas tendencias contemporáneas. La musicalidad del verso libre domina, sin renunciar a algunas composiciones clásicas como el soneto o el romance, recurre a imágenes domésticas, al uso de metáforas y símbolos relacionados con la naturaleza, configurando así un paisaje próximo y real que sostiene la unidad temática de la obra: el amor en sus diferentes manifestaciones.
La oralidad, el humor y la auto ironía son otras constantes de su escritura, en un intento de quitarle trascendencia y poner en cuestión su propia importancia, acercándola al lector junto al que pretende reír y festejar la vida.
Especial atención merece el tratamiento del tiempo en el poemario. Mariposa de luz es el primer libro del autor en sus 75 años de vida, es por tanto su propio testamento vital, su particular Confieso que he vivido, y presenta una cuidada selección de poemas escritos a lo largo de toda una vida en los que se articulan las estaciones del amor y la memoria familiar no como archivos estáticos, sino como un flujo vivo que atraviesa generaciones, haciendo uso de analepsis poéticas que permiten al lector desplazarse entre los distintos momentos amorosos vividos por el poeta y de su misma vida familiar sin perder la coherencia emocional, presentándolos como un tejido vivo que se renueva en cada acto de recordación y de afecto.
En Mariposa de luz, Jesús Cuesta construye un corpus lírico que aborda con notable sensibilidad y rigor estético la experiencia del amor en general a la humanidad y, en particular, a la familia, los amigos, su provincia y su ciudad. Jesús nos regala con sus versos su sentir vital, su forma de entender la vida, nos entrega su persona, su carne hecha palabra.