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Jesús Cuesta, actor y poeta: “Poesía y teatro se parecen  en que ambos tienen una idea esencial que te impulsa a escribir” Jesús Cuesta, actor y poeta: “Poesía y teatro se parecen  en que ambos tienen una idea esencial que te impulsa a escribir”
Jesús Cuesta, autor de ‘Mariposa de luz’, durante un recital poético en Teruel

Jesús Cuesta, actor y poeta: “Poesía y teatro se parecen en que ambos tienen una idea esencial que te impulsa a escribir”

El 50% de ‘Tobogán y Colibrí’ presenta el martes en el Museo de Teruel su primer poemario, ‘Mariposa de luz’
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Niños y niñas turolenses de varias generaciones conocen a Jesús Cuesta como el Tobogán que, junto a su hija Isabel -Colibrí-, forman un dúo cómico imprescindible en Teruel. Profesor, actor y “aprendiz de poeta”, según él mismo, Cuesta acaba de publicar Mariposa de luz, su primer poemario, que presentará este martes, 6 de mayo, en el Museo de Teruel a partir de las 17.30 horas.

-Era de ley que antes o después publicara su propio poemario, ¿no?

-Bueno, solo me ha costado 75 años hacerlo, el siguiente llegará dentro de otros tantos (risas). Siempre me ha gustado la poesía, aunque sobre todo leer y recitar la de otros, como un bardo. Y también he hecho mis pinitos escribiendo, pero me considero solo un aprendiz de poeta. Sin embargo Nacho Escuín y la Plataforma de Poetas por Teruel me animaron a publicar y al final aquí estoy.

-¿Cuándo comenzó a escribir los poemas que podemos leer en ‘Mariposa de luz’?

-Pues quizá uno de los primeros sea el que abre el poemario y le da título, que se lo escribí a mi mujer, y vamos a cumplir 50 años de casados. Pero también he desechado mucho material, porque tenía muchos poemas que escribí para mí y para mi gente, y con el tiempo uno se va volviendo más exigente.

-Aunque no se corta a la hora de probar fórmulas más experimentales, en el libro encontramos muchos sonetos y endecasílabos... ¿le atrae la versión más clásica de la lírica?

-No te creas, también me gusta mucho el verso libre. He evolucionado y últimamente escribo verso menos encorsetado, porque hay que admitir que parece que la poesía clásica está un poco demodé. En mis textos más antiguos me sigo reconociendo en unos, pero en otros no. La satisfacción que tengo es que al principio la poesía se escribe para uno mismo, pero cuando más valor adquieren es cuando vuelan, cuando los plasmas en un libro y entonces dejan de ser tuyos porque los compartes con la gente. Para gente que ojalá se reconozcan en esa forma de entender la vida y de vivirla que yo he intentado plasmar, humildemente, en mis versos.

-¿En qué se parece y en qué se diferencia escribir guiones teatrales y poesía?

-Los textos para Tobogán y Colibrí suele escribirlos mi hija Isabel, porque tiene una imaginación portentosa. Yo solo la ayudo un poco, retoco alguna cosa, pero ella es la escritora. Lo cierto es que no tiene nada que ver la forma en la que afrontas la escritura en cada caso, pero sí hay algo que comparten: y es que cada texto tiene una esencia fundamental que lo recorre. Lo mismo en un texto teatral que en una poesía, hay una lectura final, una síntesis que lo vertebra todo. Puede que hables de muchas cosas, pero al final tiene que haber una idea esencial, algo que es lo que te empuja a empezar un texto y que resume todo lo que necesitas expresar en él.

-¿Nunca se ha animado con la narrativa?

-Creo que me perdería escribiendo una novela... no lo he intentado y no lo intentaré. He hecho textos dramáticos con Albishara, o cuentos, pero siempre con un fin muy concreto, muy puntual. Al final cada uno nos divertimos como podemos.

-’Mariposa de luz’ está estructurado en cuatro secciones, en función de aquello que le ha movido siempre a escribir...

-Eso es. Empiezo con un capítulo titulado Trovadoresca, en el que escribo los poemas que he escrito como un trovador que cuenta su forma de ver la vida, sin más. Después dedico una sección A mis nietos, que han sido fundamentales para mí. He celebrado cada uno de sus nacimientos con un poema dedicado a ellos. También hago un capítulo titulado Medievales amoríos, por la especial vinculación que tengo a las Bodas de Isabel. Soy el único actor que ha estado en las 27 ediciones, y por eso en su día escribí dos sonetos dedicados a Isabel y un monólogo poético dedicado a Diego, que es uno de los grandes olvidados, inspirado en lo que podría estar pensando tras una dura jornada de lucha. Y por último presento un capítulo titulado Canción protesta sobre aquellas cosas que me han movido a escribir desde la reivindicación de un mundo mejor, desde el Torico cuando lo tiran de su columna hasta las guerras, pasando por aquel que tiene que pasar las frías noches durmiendo en un cajero. El poemario plasma lo que ha sido importante para mí en la vida, así que se puede considerar una especie de testamento.

-Bueno, pero seguro que tiene otros proyectos en mente...

-La verdad es que tengo una serie de haikus -poemas breves- inspirados en cuadros pintados por mi mujer, que pinta maravillosamente aunque nunca ha querido exponerlos. Se quedaron fuera de esta edición porque quería que fuera un libro breve, pero quizá vean la luz algún día en otro libro, quién sabe.

-Usted pertenece a la Plataforma de Poetas por Teruel, que además ha sido quien le animó a publicar. ¿Qué ha supuesto esta asociación para Teruel?

-Nacho Escuín es una maravilla de persona, un gran escritor y un tío con una energía impresionante. Nos organizó para montar la plataforma y no ha dejado de crecer. La Plataforma es una herramienta para que los que escriben, pero también los que pintan, dibujan o hacen música, dejen de hacerlo solo para sí mismos y se atrevan a compartirlo con los demás. A compartir su vida.

 

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