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El Tamborile se supera con 3.000 visitantes que huyen del calor hacia el oasis de Mezquita de Jarque El Tamborile se supera con 3.000 visitantes que huyen del calor hacia el oasis de Mezquita de Jarque
Multitudinaria edición del Tamborile, que desde 2009 gana adeptos. Tamborile

El Tamborile se supera con 3.000 visitantes que huyen del calor hacia el oasis de Mezquita de Jarque

La música de calle se reencuentra con un público fiel que disfruta de lo mejor del panorama nacional y europeo
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Alrededor de 3.000 personas respaldaron la vuelta del festival Tamborile de Mezquita de Jarque. La duodécima edición del certamen, dedicado a la música de calle, volvió con ganas y un magnífico cartel abanderado por los Saxofonistas Salvajes de Dani Nel·lo y La Brigade du Kif.

Después de tres años obligatorios de parón por la pandemia, el festival regresó con igual actitud y una propuesta fiel a su idiosincrasia, construida año a año desde 2009 para valerle el reconocimiento de bandas y público.

Los Jazz Hunters amenizaron la sesión del vermú. Tamborile

“Hemos recuperado la normalidad y vuelto a llenar las calles del pueblo para reivindicar la música de calle y, cómo no, el medio rural como espacio cultural”, destacó uno de los organizadores, Jorge Andrés.

El festival sigue en la misma onda que antes del covid, con tres actuaciones de escenario amplificado (Dani Nel.lo y sus Saxofonistas Salvajes, Dadá y La Brigade du Kif) y el resto a ras de suelo. “Nos estamos superando este año, hasta el punto de que estábamos echando en falta algunas bebidas y hemos tenido que hacer nuevas provisiones”, dijo Andrés a media tarde. En ese momento ya esperaba entre 2.500 y 3.000 personas a lo largo de la jornada. Pese al calor, los 1.300 metros de altitud hicieron de Mezquita un oasis al que escapar en cuadrilla o familia.

La organización se volcó para que todo saliera a pedir de boca. Tamborile

Una fiesta esperada

Tras una emotiva y ya alejada en el tiempo undécima edición (2019) en la que el festival ya batió récord de público, grupos y músicos en sus calles, la duodécima pretendía volver a sorprender a sus incondicionales con un programa diverso en ritmos, procedencias y estilos a mitad de camino entre el jazz, el funk, el rock, el hip-hop, el techno o los sonidos balcánicos. Bandas procedentes de Portugal, Francia, Murcia, Barcelona, Madrid y Zaragoza componían el cartel. Todas ellas con una contrastada trayectoria y que se sumaron a los 97 grupos y más de 900 músicos y artistas que ya habían pasado por la localidad desde que se puso en marcha el festival el 13 de junio de 2009.

Dani Nel.lo-Los Saxofonistas Salvajes (Barcelona), The Jazz Hunters (Zaragoza), Bulbalkan (Madrid), La Brigade du Kif (Francia), Brincadeira (Barcelona), Steam Brass Band (Murcia), DaDá (Zaragoza), Farra Fanfarra (Portugal), Dead Puppet Orchestra (Zaragoza) y P.A.I. (Zaragoza) conformaban el cartel de esta duodécima edición que, como siempre, buscó reunir en las calles de Mezquita de Jarque a los mejores grupos nacionales con exponentes internacionales de la música y la animación.

Los vientos de Bulbalkan animaron al baile. Tamborilé

Un festival muy ecléctico con grupos que transitan del jazz al funk, de la música zíngara al afrobeat, del ska al reggae, del rock al pop, para conformar una sonoridad atípica y mestiza que define al festival y lo convierte en una propuesta única en la comunidad autónoma.

Tamborile está consolidado como uno de los festivales de referencia de la música y la animación de calle a nivel nacional entre público y bandas. Esto hace que el volumen de propuestas recibidas supere con creces las 200 en cada edición y que el interés que genera entre el público crezca. Junto al Haizetara, de Amorebieta-Etxano (Vizcaya) y el Femuka, de El Espinar (Segovia), constituye uno de los tres festivales nacionales dedicados íntegramente a la música de calle.

Para niños y mayores

Junto a esta programación, el festival ofrecía otros atractivos para el público asistente como la instalación de una zona de juego libre pensada para los más pequeños y gestionada por la Promotora de Acción Infantil (P.A.I.) que estuvo funcionando durante todo el día en el parque de la localidad, un mercado de artesanía y productos locales, así como servicios de bebida, comida y cena o un área de descanso.

Los Saxofonistas Salvajes encandilaron al público. Miguel Ángel Artigas

Además, y también de la mano de la P.A.I., el festival desarrolló una actividad previa en colaboración con el CRA Pablo Antonio Crespo dirigida a los niños de los pueblos que conforman dicha agrupación.

El Tamborile es un evento organizado por la asociación cultural que le da nombre de manera desinteresada. Cuenta con el patrocinio de Estrella Galicia y la colaboración del Ayuntamiento de Mezquita de Jarque, el Gobierno de Aragón a través de su convocatoria de ayudas para asociaciones culturales y de la Diputación Provincial de Teruel a través de su convocatoria de ayudas para festivales turísticos.

El alcalde, Herminio Sancho, destacó que el festival “genera mucho más de lo que cuesta, como muchas cosas en Teruel”, y agradeció la colaboración de todos los vecinos que, apuntó, “en muchas ocasiones los he visto emocionados”.

Las actividades infantiles de la PAI tuvieron éxito entre el público familiar. Tamborile

El diputado de Cultura de la DPT, Diego Piñeiro, dio la enhorabuena a la organización por sacar adelante una nueva edición que cuenta de nuevo con el apoyo de la institución provincial, y recordó que sigue abierto el plazo para solicitar ayudas para los festivales de la provincia. “Este año hemos incrementado en un 40%, hasta los 120.000 euros, el doble de lo que se presupuestaba al comienzo de la legislatura”, apuntó.

Los ritmos se desatan

Entre las propuestas musicales destacó por encima de todas la de Dani Nel·lo, todo un espectáculo con su banda Los saxofonistas salvajes que aúna a los mejores músicos de rhythm and blues, jazz y rock’n roll de la escena estatal.

También brilló Kabaret DaDá, un abrazo de música y poesía que funde a lo femenino y masculino con agitación y desenfreno, sin tabúes ni complejos, con sensualidad y haciendo uso de la actualidad.

Actuación de Farra Fanfarra, en la tarde de ayer. Miguel Ángel Artigas

La Brigade du Kif mezcló sonidos ska, rock, swing y punk, provocando que el público no dejara de bailar, mientras que la Steam Bass Band adaptó las canciones más modernas y conocidas de nuestra época a sus instrumentos de viento metal.

Otras propuestas de Tamborile para animar las calles de Mezquita de Jarque fueron la banda portuguesa Farra Fanfarra, que desató la euforia con música intercultural de metales duros y pesados; Brincadeira, con una percusión que fusiona la expresión corporal con la musicalidad, creando melodías a través del movimiento; Dead Puppet Orchestra, que recrea al casi extinto hombre orquesta acompañado de esqueletos en un espectáculo musical que se ríe de la condición humana y lanza una oda a la vida; Bulbalkan, una banda madrileña formada por nueve mujeres de energía contagiosa y con un toque balcánico en sus melodías; y Jazz Hunters, una banda zaragozana que ofrece jazz salvaje a pleno pulmón, con clásicos callejeros y canallas directamente desde Nueva Orleans.

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