

Formación musical oficial, accesible y de calidad, también para los habitantes del medio rural
Daniel Ferrer demuestra en un TFG las ventajas de incluir la enseñanza ‘online’ en el currículo de los conservatoriosLa música de órgano volverá a sonar este verano en nueve localidades turolenses
‘Carmina Burana’ de la Unión Musical de Sarrión llena de público la localidad turolense
Daniel Ferrer Agustín Marino es un músico nacido en Mora de Rubielos y afincado actualmente en Sarrión. Acaba de terminar los estudios superiores de música en la especialidad de trombón en el Conservatorio de Castellón, es profesor en las escuelas municipales de Mora y Rubielos, guitarrista en Bandurrock y forma parte de la charanga El Meneito.
Casi todo en su vida tiene que ver con la música y con enseñar música -en estos instantes se encuentra en el campamento musical de Alcalá de la Selva, donde lleva años acudiendo como profesor y monitor-. Pero podría no haber sido así por el hecho de haber nacido en un pueblo como Mora de Rubielos.
“Yo aprendí música en la Escuela de Mora y empecé a verla como algo más que un hobby, como algo a lo que quería dedicarme”, explica Ferrer. “Pero cuando llegó el momento de seguir adelante y matricularme en el Conservatorio no pude. Los primeros años tienes cinco horas y media de clase semanal, lo que te obliga a ir un mínimo dos tardes por semana. Al ser menor de edad no podía conducir, mis padres trabajaban por la tarde y no podían llevarme y no disponía de transporte público adecuado”.
Por fortuna para el turolense, algunos años después dos alumnos de la Escuela de Música de Mora y otro de Rubielos decidieron matricularse en el Conservatorio, por lo que entre las cuatro familias pudieron establecer un sistema de turnos y los cuatro estudiantes pudieron cursar el Grado Profesional de Música en Teruel.
Esa experiencia personal y el agravio comparativo que sufren las personas que viven en poblaciones pequeñas ha llevado a Daniel Ferrer a investigar cómo puede facilitarse el acceso a las enseñanzas musicales regladas a quienes, como le ocurrió a él, no disponen de medios para acudir a los centros donde se imparten. A través del Trabajo de Fin de Grado que ha defendido recientemente tras terminar el Grado Superior de Música en Castellón, plantea que la opción de hacer online algunas de las asignaturas reduciria muy significativamente los días en que los alumnos tienen que estar presencialmente en el Conservatorio.
Alternativa viable de calidad
A través de su investigación y de entrevistas a docentes, como Francisco Gasque, director del Conservatorio Profesional de Música de Teruel, demuestra que la alternativa que plantea es completamente viable sin merma de calidad. Y a partir de entrevistas con familias de Rubielos, Mora, Linares de Mora, Mosqueruela o Sarrión, se avala que muchas personas valorarían seriamente estudiar el Grado Profesional de Música si en lugar de dos viajes semanales a Teruel tuvieran que hacer solo uno.
El TFG de Daniel Ferrer se titula Blended Learning: una alternativa de educación musical semipresencial para la comarca Gúdar-Javalambre, y ha sido tutorizado por Tino Carreño y Elisa Gómez-Pardo. El blended learning (o b-learning) hace referencia a la combinación de la enseñanza tradicional presencial con las clases online, a través de videoconferencia, vídeos o plataformas virtuales. No pretende sustituir la primera por la segunda ni seguir llenando Youtube de videotutoriales incompletos y desordenados, sino aprovechar las ventajas que ofrece actualmente la tecnología para mejorar la enseñanza. Y aunque la investigación de campo y el estudio de Ferrer está realizado en su comarca, la de Gúdar-Javalambre, sus premisas y conclusiones son perfectamente extrapolables a cualquier territorio de baja densidad de población.

“La dispersión geográfica es el principal problema al que nos enfrentamos en Teruel”, afirma Ferrer, “pero en los últimos años, sobre todo a partir de la pandemia, se han desarrollado muchísimos recursos digitales y tecnológicos. ¿Por qué no aprovecharlos para reducir la necesidad de clases presenciales para aquellos que se encuentran a una o varias horas de viaje del centro?”.
El problema no se elimina del todo, porque las asignaturas de instrumento o de música grupal es necesario -o al menos muy recomendable- realizarlas de forma presencial. Pero la investigación de Ferrer demuestra que asignaturas como Lenguaje Musical, Historia de la Música, Fundamentos o Armonía, las que son más teóricas y menos prácticas, son perfectamente viables en formato online. Existen numerosas plataformas que lo facilitan como Sight Singing, Educaplay, Oido Perfecto, Yousician o Aulavirtualmusica, que se están utilizando ya hoy en día en centros privados o de titularidad municipal.
Y según la investigación del turolense, reducir el número de desplazamientos semanales al Conservatorio de dos a uno tendría un impacto importante: “A través de muchas entrevistas con padres y alumnos de las escuelas municipales de música de la comarca de Gúdar-Javalambre, he constatado que hay familias que no pueden organizarse para llevar dos días a la semana a su hijo a Teruel, pero que sí solo fuera un día y el chiquillo tuviera mucho interés sí que harían el esfuerzo”. “Es verdad que no puede haber un Conservatorio en cada pueblo y que seguiría habiendo quien no pudiera acudir ni siquiera un día por semana a Teruel”, matiza, “pero al menos paliariamos el problema y se democratizaría más el acceso a las enseñanzas musicales”.
El TFG de Ferrer analiza una posibilidad técnológica que ya existe, que no necesariamente supone una merma de la calidad, y que contribuye a optimizar los recursos. “Hoy en día es más fácil llevar los estudios al alumno que el alumno a los estudios. No tiene mucho sentido pensar en alternativas como minibuses que unieran todos los pueblos donde haya estudiantes, que además cada uno tendría sus horarios diferentes. Eso sin mencionar el riesgo en invierno o que los continuos viajes también desgastan a los alumnos, sobre todo cuando son muy jóvenes”.
El b-learning no solo facilita el acceso a la educación a los habitantes de pueblos dispersos, sino que además añade ventajas como flexibilidad horaria y otras que le son propias a las plataformas digitales, que hacen uso de contenidos audiovisuales de enorme valor didáctico. Ventajas de las que también podrían aprovecharse estudiantes de las ciudades donde existe un Conservatorio.
Ferrer se apoya en experiencias educativas a distancia que ya han demostrado su viabilidad, como las de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) o la Internacional de Valencia. En su TFG también analiza diferentes experiencias y estudios que se han realizado incluso antes de la pandemia sobre la enseñanza online, específicamente sobre música. Entre los artículos se cita a Willie Lockett (Student perceptions about the efectiveness and quality of online musical instrument instruction), en cuya tesis doctoral para la University of North Texas se demostraba que alumnos de bajo eléctrico no percibían diferencias significativas en cuanto a la calidad de la educación recibida, ya fuera online o presencial, incluso en 2010 -cuando fue redactada la tesis-, con una capacidad tecnológica mucho menor que la actual.

Otros investigadores como Richard J. Dammers o James A. Wilson determinaron, en 2009 y 2013 respectivamente, que auque era una vía por explotar, todavía existían problemas técnicos en la velocidad, retardo y estabilidad de las telecomunicaciones para hacer viable la enseñanza musical. Pero lo hacían refiriendose a las asignaturas más prácticas, a las de interpretación de instrumento -que quedan fuera de la propuesta de Ferrer, porque plantea que ese tipo de clases deben seguir siendo presenciales- y en un momento, hace más de diez años, en el que las posibilidades tecnológicas de las videoconferencias o la producción de vídeos estaban a años luz de retraso con respecto a las actuales.
La investigación de Daniel Ferrer incluye también una entrevista y la colaboración de Francisco Gasqué. Como director del Conservatorio Profesional de Música de Teruel, centro de referencia en Gúdar-Javalambre, es quizá quien da el espaldarazo definitivo a la viabilidad de la propuesta. “Estoy muy agradecido por el interés que ha demostrado Gasqué, que ha sido muy proactivo y colaborador con este proyecto”, afirma el músico.
Gasqué se muestra genuinamente receptivo a la posibilidad de integrar en b-learning en el Conservatorio sin merma de calidad, y de hecho explica -en una entrevista de una hora duración- que el Conservatorio de Teruel, al igual que otros centros educativos, ya tuvo que adaptarse a la formación online, de improviso y sin la formación necesaria, por culpa de la pandemia. El director reconoce la “cohesión territorial” que significaría la puesta en marcha del proyecto, aunque también advierte de que las enseñanzas musicales regladas están sujetas a normativas estatales y autonómicas que dificultan su modificación o adaptación. De modo que intentar aplicar este modelo haría necesario un soporte institucional y legislativo claro. También menciona que la adaptación a los medios digitales, como ya se demostró en pandemia, no es fácil para el profesorado, e incluso genera un abierto rechazo en parte de él. “Soy partidario de, todo lo que se pueda, adaptarlo [al formato online]. Pero luego te chocas con la realidad, y es que hay compañeros que están más por la labor y otros que menos”.
Por otro lado sostiene que la reducción de la calidad de la enseñanza en el caso de reducir demasiado las horas presenciales sería un precio que no se debe pagar en ningún caso, y que los profesores deberían formarse adecuadamente en metodologías digitales. Pero, salvados esos matices, Gasque considera el proyecto pertinente, innovador y alineado con las necesidades del medio rural aragonés.
Incluso desde su perspectiva de docente, en la que compagina su labor de dirección del Conservatorio de Teruel con las clases que imparte de Viola y Música de Cámara, realiza sugerencias oportunas sobre la adaptación del currículo educativo a una metodogía mixta entre clases presenciales y a distancia. Por ejemplo se muestra más favorable a las clases online en directo, frente a las clases grabadas, por su menor coste en tiempo y las ventajas del feedback instantáneo, o de asuntos referidos a la protección de datos -teniendo en cuenta sobre todo que muchos de los estudiantes son menores de edad- y a cómo debería afrontarse la puesta en marcha de una iniciativa como esta. “Es un tema interesante y relevante, y valdría la pena que la idea no se quede solo en un TFG y fuese más allá”, concluye Francisco Gasque en la entrevista realizada por Daniel Ferrer.
Esa es otra historia. “Una cosa es hacer la investigación y la propuesta y otra verla puesta en marcha, pero yo quería aportar mi granito de arena en una problemática que afecta a la gente, que me afectó a mí, y que en la actualidad podemos paliar en cierta medida”, explica el trombonista.
Las competencias y los métodos digitales están cada día más presentes en todos los centros educativos, y seguramente es cuestión de tiempo que el e-learning llegue también a los Conservatorios de Música. Y cuando llegue el momento será muy util que existan tesis, investigaciones y TFG’s como el de Daniel Ferrer para poder echar mano de un corpus académico previo que permita tomar decisiones adecuadas.
El próximo Mozart, la próxima María Callas o el próximo Bad Bunny podría ser ahora un niño que vive en Mora de Rubielos, en Gúdar o en Calaceite. Todo lo que contribuya a poner a su alcance una formación musical de calidad debería ser tenido en cuenta.