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He recogido esta seta,  ¿me la puedo comer? He recogido esta seta,  ¿me la puedo comer?
Imagen de una ‘Amanita muscaria’ en un pinar de Bronchales. Museo Micológico Ayuntamiento de Bronchales

He recogido esta seta, ¿me la puedo comer?

Bronchales ofrece en su Museo Micológico asesoramiento sobre las especies recolectadas
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Cruz Aguilar

Bronchales es uno de los mejores lugares para ir a por setas. A su riqueza natural, con enclaves privilegiados para la recolección de las especies más atractivas para el consumidor, se suma la existencia de un espacio que, con el nombre Museo Micológico Ayuntamiento de Bronchales, va mucho más allá de un centro expositivo convencional. Así, ofrece una muestra de setas frescas con las variedades que en ese momento se pueden recolectar y cuenta, además, con reproducciones en resina para las campañas en las que no hay hongos.

El espacio constituye un referente para todo aquel que va a Bronchales a coger setas por primera vez o sin tener grandes conocimientos de micología porque entre las 9 y las 11 se hacen, todos los sábados y domingos de la temporada, visitas guiadas para ofrecer una introducción sobre las zonas seteras del monte y las especies que se pueden localizar en ellas. Los recorridos tienen un coste de 15 euros e incluyen el pase de recolección para el Parque Micológico Comunidad de Albarracín, del que Bronchales también forma parte.

El horario de apertura es entre las 11 y las 14 horas y de 16 a 20 horas y durante todo ese tiempo la persona que atiende el museo, que siempre es un experto en micología, ofrece asesoramiento sobre las especies que los visitantes han recolectado.

Reproducciones en resina y a escala de las setas del Museo Micológico

Entre las personas que les visitan no solo hay turistas, sino también muchas personas de la zona que acuden “para identificar las setas que han visto toda la vida”, pero no se atreven a comer, relata Jairo Abarca, que es el director del Museo Micológico. Atienden a todas las personas que llegan y el único requisito es enseñar el pase del Parque Micológico Comunidad de Albarracín.

El responsable señala que el objetivo principal del espacio es “divulgar y educar para hacer un aprovechamiento sostenible”. El museo lleva tres años abierto y en 2019, cuando estuvo operativo un total de 200 horas, pasaron por allí medio millar de perso

En la sala, situada en el edificio del Ayuntamiento, hay paneles con los seis hábitats de Bronchales, su geología y botánica y las diferentes setas que en ellos se desarrollan.

Otro de los carteles ofrece información sobre lo que son los hongos, su vida y reproducción: “Solo vemos la seta, que es lo que recolectamos, pero abajo, en el subsuelo está el hongo”, describe el experto.

El espacio tiene vocación dinamizadora y realiza diversas jornadas para el aprendizaje de setas, aunque todas las ofertadas para este otoño están ya cubiertas. “Hemos tenido una avalancha y mucha gente se ha quedado fuera”, comenta Abarca.

En temporada el centro ofrece una muestra de las setas que es posible encontrar

Uno de los problemas a los que se enfrentan desde el museo es la dificultad para localizar a personas especializadas en micología: “Hay muy pocos expertos que puedas encontrar y es un sector con mucha demanda ahora mismo”, argumenta el director del museo, quien añade que, actualmente, pueden atender a ocho personas por día y guía.

Un sendero de 6 kilómetros para hacer en familia

Bronchales ofrece un paseo para realizar en familia que está jalonado de reproducciones de setas a gran tamaño. En él los niños y mayores pueden aprender las principales características de las variedades que hay en la Sierra de Albarracín.

El camino se abre con las senderuelas para seguir con las negrillas y sanjuaneras y continuar con las trompetillas. A continuación el caminante halla el parasol, el matacandil y el rebollón. Después es posible ver aceiteros y setas tóxicas, que es importante conocer para evitar riesgos. El final del camino se dedica a las setas más preciadas por los serranos y por muchos aficionados, como el porro o Boletus edulis, la colmenilla y el marzuelo, un hongo tan difícil de localizar como valorado.

El sendero parte en la fuente del Chorrillo y sube hasta las Corralizas Altas, siguiendo en parte el recorrido del PR-131. Es sencillo y apto para niños ya que primero discurre por un camino y luego se adentra, a través de una senda, entre frondosos pinares.

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