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‘Inspiración’, una retrospectiva de 15 años de trabajo de Lucía Villarroya ‘Inspiración’, una retrospectiva de 15 años de trabajo de Lucía Villarroya
Algunas de las piezas en las que la turolense funde cerámica con piezas de forja en hierro

‘Inspiración’, una retrospectiva de 15 años de trabajo de Lucía Villarroya

La exposición puede visitarse en Monreal del Campo
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Cerámica, grabado, terracota o detalles en forja forman parte de la retrospectiva que propone la artista turolense Lucía Villarroya en Inspiración, la exposición que puede visitarse en la Casa de Cultura de Monreal del Campo hasta el próximo 18 de junio.

Con obra suya de los últimos quince años, la muestra toma su nombre en dos de las acepciones que tiene el término Inspiración. Por un lado Villarroya se recuerda desde siempre con un lápiz en la mano o moldeando arcilla, en un constante proceso creativo que ha evolucionado y la ha acompañado durante toda su vida, haciéndose tan natural y reflejo para ella como es la propia respiración, el mismo acto de inspirar el aire que permite vivir.

Por otro lado, el término más poético del término+ alude a los pensamientos que acuden a la mente impulsando una actuación, en este caso artística. Para Lucía Villarroya los fetiches mentales que de un modo u otro siempre están presentes en su trabajo pueden agruparse en tres grandes conceptos; el de su propio origen o raíces, el de la memoria, que cronológicamente puede ser anterior incluso al primero, y el del entorno natural que siempre está presente en sus procesos mentales y vitales.

En esos tres conceptos divide la muestra, que se articula en otras tantas salas dentro de la Casa de Cultura de Monreal.

Los zapatos de terracota de ‘Caminantes del regreso’, en primer término

En la primera de ellas, Memoria, Lucía Villarroya expone el proyecto Caminantes del regreso, una instalación que pudo verse en abril de 2017 en la Sala Térvalis de Teruel. Está inspirada en la evacuación de la ciudad en diciembre de 1937 durante los bombardeos producidos en la Guerra Civil Española, en la que su propia familia -su madre era una niña de 18 meses- participó. Reúne piezas de cerámica y grabado, fundamentalmente, aunque también incorporaba recortes de prensa y fotografías de la época, y las piezas más icónicas, una serie de zapatos vacíos de terracota que se relacionan con una serie de grabados que reproducen huellas y pisadas, en memoria de los pasos desesperados y de incierto destino que imprimieron los refugiados turolenses sobre el barro del duro invierno de 1937.

En la sala que Villarroya titula Origen se muestran una serie de álbumes familiares que, aunque en un principios comenzaron siendo colecciones fotográficas familiares y personales, han dado el salto a otros materiales y formatos, como la instalación o las piezas de cerámica, a las que Villarroya incorpora piezas de forja de hierro realizadas en su día por su padre, precisamente en el mismo espacio donde actualmente la turolense tiene su estudio de cerámica. Dichas piezas de cerámica están creadas entre 2017 y 2018, aunque son inéditas ya no habían sido todavía expuestas.

Por último, la Sala Hábitat hace referencia al territorio y el patrimonio natural donde Villarroya se mueve, fundamentalmente la sierra de Albarracín y el resto de la provincia de Teruel, y que siempre ha sido uno de sus motores artísticos. Ahí puede encontrarse algunas piezas que formaron parte de Rodeno, la poética del paisaje y de Fragmentos de Paisaje, dos de las series de Villarroya. La primera de ellas rindió tributo en verano de 2021 a una comarca a la que la artista siempre ha estado vinculada, a través de cerámica y grabado, mientras que en la segunda muestra un tipo de grabado peculiar, en la que Villarroya colecciona pequeños elementos de la naturaleza, desde ramas a pequeñas piñas o piedras, que después utiliza para fabricar las matrices con las que después reproduce el grabado.

Lucía Villarroya en la Casa de Cultura de Monreal, donde tiene abierta la muestra

Se trata de un grabado muy especial en el que el papel queda torsionado adquiriendo volumen, casi como si de un objeto escultórico se tratar. Con la exposición de grabado también pueden verse algunas de las matrices utilizadas para que se comprenda el proceso. Para este tipo de pieza Lucía Villarroya utiliza un papel especial elaborado por el artesano asturiano Juan Barbe, fabricado con algodón poco prensado y un gramaje de 400 gramos por metro cuadrado. “Es muy dúctil, de forma que cuando pasa por el tórculo de la prensa, a pesar de la presión y del relieve que tiene la plancha, no se rompe sino que toma forma al mismo tiempo que se entinta”.

Inspiración funciona perfectamente como retrospectiva sobre más de una década de obra de Lucía Villarroya, y también es un buen motivo de visita para ponerse al día con el trabajo que ha ido desarrollando la artista a lo largo de los últimos tiempos. Villarroya se muestra muy satisfecha de cómo dialoga la exposición en el espacio donde se encuentra. “La Casa de Cultura de Monreal del Campo tiene cuatro salas excelentes para exponer, hasta el punto que es mejor que cualquiera de la que tenemos en Teruel capital”, asegura. “Además está estupendamente dirigida por Mari Fuertes”, matiza la artista turolense.

Lucía Villarroya ofrece periódicamente visitas guiadas a la exposición para explicar la obra y, sobre todo, los procesos creativos, ya que acostumbra a salirse de los cánones convencionales, cuyas fechas suele publicitar en sus redes sociales.

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