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Joan Guerrero y Diego Ibarra protagonizan la sesión en Albarracín Joan Guerrero y Diego Ibarra protagonizan la sesión en Albarracín
La conferencia del veterano maestro del fotoperiodismo Joan Guerrero con una cerrada ovación. Josep García

Joan Guerrero y Diego Ibarra protagonizan la sesión en Albarracín

El Congreso de Fotoperiodismo enfila su recta final con las últimas ponencias
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Joan Guerrero y Diego Ibarra fueron el pasado lunes los encargados de dirigir las dos ponencias de la mañana en la penúltima jornada del Congreso de Fotoperiodismo de Albarracín, antes de que, como es habitual, la tarde se dedicara a los diferentes talleres y las noches a las proyecciones audiovisuales en la iglesia de Santa María.

La primera de las ponencias llegó a cargo del maestro Joan Guerrero (Tarifa, 1940). Dirigido por su colega de profesión David Airob, el imprescindible audiovisual La caja de cerillas, relata que siendo un niño Guerrero jugaba, en las playas de su Tarifa natal a encuadrar mirando a través de un agujero cuadrado hecho en una caja de cerillas, colgada del cuello por un cordel, fotografiando a sus amigos. “Era necesario tener el testimonio del maestro grabado en algún lado”, expresó Airob, quien fue jefe de fotografía de La Vanguardia de 2007 a 2010 y es editor del blog The W Side.

Formó parte de la oleada de emigrantes andaluces que pobló Cataluña en los 60, y al final de esa década comenzó a trabajar para la revista Grama, primero como crítico de cine y después, y cada vez más como fotógrafo. De ahí empezó una brillante carrera que le ha llevado a colaborar con El País, Diario de Barcelona, El Periódico de Cataluña y El Observador, entre otros medios. Se jubiló en 2005, pero eso no le impide salir todos los días con la cámara de fotos al hombro ni dejar de capturas grandes imágenes.

Entre otros, ha recibido el Premio Gollut a la trayectoria fotográfica (2019), el Premio Singladura de Òmnium Cultural (2018), la Medalla de Oro al Mérito Artístico de la Ciudad de Barcelona (2009) y el premio Ciutat de Santa Coloma (1998).

En la segunda ponencia, el zaragozano afincado en Líbano Diego Ibarra Sánchez narró Los retos del freelance en el fotoperiodismo.

Alejado de la adrenalina mediática, su trabajo se centra en mostrar las consecuencias de la violencia, resiliencia y estoicismo de los protagonistas de sus historias para destacar, no sólo los estragos de la guerra sino la superación y esperanza de las personas que viven y sobreviven en los países devastados por ella.

En 2009, Ibarra decidió mudarse a Pakistán, donde desarrolló un sólido trabajo. Al mismo tiempo, continuó viajando a otros países, incluidos Afganistán, Bahréin, Libia, Nigeria y Tanzania. Salió de Pakistán en 2014 y actualmente se encuentra en el Líbano mientras sigue viajando y trabajando en sus proyectos en Medio Oriente.

Instalado en el país, donde incluso ha formado una familia,ha sido testigo de una revolución frustrada, de la explosión del puerto de Beirut y de una de las peores crisis financieras de la historia reciente. Y ha decidido reunir esa experiencia en un libro: The Phoenician Collapse.

El pasado miércoles día 20, inauguró en Zaragoza la exposición El Colapso basada en el libro, con la inestimable colaboración de DKV. La muestra es un excelente retrato personal del Líbano de los últimos siete años desde la mirada y la experiencia directa del autor.

Ibarra publica muchas de sus historias en numerosos periódicos y revistas, como The New York Times, Revista 5W, CNN, Der Spiegel, NZZ, Diari ARA, ACNUR y UNICEF, entre otros.

Ha sido galardonado con el segundo lugar Fotógrafo del año POY Latam 2019, las mejores imágenes de 2018 por el New York Times y dos menciones honoríficas en la Asociación de Fotógrafos (NPPA), entre otros.

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