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La Basquiña vuelve a ganar uno de los premios del Traje Aragonés Fiestas del Pilar La Basquiña vuelve a ganar uno de los premios del Traje Aragonés Fiestas del Pilar
Lorena Larrea y el pequeño Ander ganaron la Categoría Especial del concurso

La Basquiña vuelve a ganar uno de los premios del Traje Aragonés Fiestas del Pilar

En esta ocasión fue por un conjunto de mujer y niño
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El taller de indumentaria tradicional turolense La Basquiña ha ganado por décimo año consecutivo uno de los Premios del Traje Aragonés que se conceden con motivo de la ofrenda del Pilar en Zaragoza. En esta ocasión La Basquiña se hizo con el Premio Especial de grupo, por los trajes de Lorena Larrea Moya y el niño Ander, procedentes de Zaragoza pero clientes desde hace muchos años de La Basquiña, según su gerente, Jorge Lanzuela.

De hecho Larrea, que es una de las grandes voces de la jota femenina aragonesa -ha ganado dos veces el Premio Extraordinario del Certamen Oficial de Jota del Pilar, y Campeona del Certamen Jesús Gracia, encargó el traje a La Basquiña para ilustrar el último disco de jotas que ha publicado, titulado Eufonía. Y aunque Lorena Larrea es de Zaragoza, sus padres nacieron en la localidad turolense de Aliaga.

Ambos trajes pertenecen a la moda entre finales del siglo XIX y principios del XX, “que es el momento anterior a que empiece a desaparecer la indumentaria tradicional local, y los trajes comiencen a ser más globales, con menos características propias de cada lugar”, explica Lanzuela.

El traje con el que ganó Larrea está formado por piezas que o son originales o reproducción de originales conservados en la provincia de Teruel. El mantón pertenece a los llamados Mantones de Ramo de lana merina, bordado en algodón de colores. Es original de Santa Eulalia del Campo, y fue utilizado para casarse en 1896 por Teresa Guillén. Los pendientes de bellota reproducen unos originales de Caudé. En pañuelo de cabeza, que Larrea luce en el cuello, es de seda y procede de Villaspesa, y el delantal es la reproducción en tela de algodón y seda de un original conservado en San Blas. La saya reproduce una conservada en Monterde de Albarracín, y los pendientes de bellota están basados en unos conservados en Caudé.

Este concurso valora especialmente que las prendas no tengan anacronismos ni prendas que se llevaron en lugares muy dispersos entre sí, “y por la cercanía es totalmente coherente y verosímil que se llevara este traje en la época”.

En cuanto al niño, luce un peculiar vestido “de los que se utilizaban después de quitar las mantillas, cuando empezaban a andar, y antes de que aprendieran a controlar los esfínteres”. Se trata de una bata que tiene la peculiaridad de que era llevada tanto por niños como por niñas. En el caso de Ander, lleva unos evangelios en el pecho que se usaban “para proteger al niño de las enfermedades y males de ojos, según la creencia popular”.

Jorge Lanzuela se mostró muy orgulloso de que La Basquilla haya formado parte nuevamente del cuadro de ganadores del concurso. “Desde hace diez años hemos ganado alguna categoría todos los Pilares, y esto hace que mucha gente de Zaragoza venga hasta Teruel para hacerse el traje con el que salir a la Ofrenda del Pilar. Con la oferta que existe en Zaragoza esto es muy halagador para nosotros”.

El cuadro de honor del concurso lo completan Cristina Gómez Castillo, de Híjar, que ganó en la categoría Femenina, y Rubén Tesa Asín, de Ara (Huesca), que se llevó el primer premio en Categoría Masculina.

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