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La campaña de Jamones Bronchales gana un premio nacional de publicidad La campaña de Jamones Bronchales gana un premio nacional de publicidad
Los trabajadores de la empresa Jamones Bronchales, en una foto tomada cuando grabaron el vídeo de agradecimiento por la respuesta de la gente a su oferta de lotes

La campaña de Jamones Bronchales gana un premio nacional de publicidad

Ha sido galardonada en el Open Creatiu, el Festival de Publicitat de Cataluña
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Cruz Aguilar

La campaña que realizó la empresa de comunicación Medialog Accelerating Media para dar salida al producto almacenado de Jamones Bronchales y lograr liquidez ha sido galardonada con el Premio Oro en la categoría Què fas?-Experimental del certamen Open Creatiu, el Festival de Publicitat de Cataluña, cuyos galardones se dieron a conocer hace unos días de forma virtual.

La propuesta publicitaria se centraba en un vídeo en el que el propietario de Jamones Bronchales, Paco Nácher, explicaba en qué consistían varios de los lotes de producto y tiraba del denominado márquetin emocional para captar la atención de potenciales clientes. Así, les contaba que vive en un pueblo de 380 habitantes y que en su secadero trabajan 9 personas: “Ni mi empresa ni mi pueblo pueden prescindir de esas nueve familias”, relataba. Todo ello acompañado de unos precios de ganga para productos de primera calidad entre los que destacaba el jamón de Teruel.

El coste de esta acción apenas fue de 500 euros más IVA, lo que pagó por la realización de un vídeo para el que ni siquiera se preparó guion y en el que esa sinceridad y nobleza quedaba patente. El autor del vídeo fue el fotógrafo y creador turolense Leo Tena, quien tuvo que repetir las tomas varias veces “y en cada una decía el mismo mensaje, pero de forma distinta porque no era nada aprendido”, comenta Nácher.

Esa espontaneidad hizo que sin invertir ni un solo euro en anuncios en internet, Bronchales y la empresa jamonera se colocaran durante una semana entre las cinco primeras búsquedas de Google realizadas desde una veintena de países. La web recibió más de 50.500 visitas y su centralita de teléfonos superó las 10.000 llamadas. La gente quería saber dónde estaba Bronchales y si el secadero existía realmente y eso se tradujo en 54.200 búsquedas en Google y 72.500 visualizaciones en Google Maps.

En todo ese proceso jugó un papel fundamental BNI, una red de solidaridad entre empresas a la que pertenecen tanto Leo Tena como Paco Nácher. “Cuando hago un vídeo pregunto un poco por todo y cuando me contó Paco cómo estaba la situación le dije que eso había que contarlo, que la campaña de jamones a buen precio no era una cuestión comercial, sino que necesitaban ese dinero para mantener los puestos de trabajo”, comenta.

A juicio de Tena, lo “realmente increíble” de la campaña fue la difusión, puesto que ninguno de lo dos lo distribuyó entre sus contactos, sino que fue BNI la que mandó el vídeo a los jefes de área y se empezó a expandir. “Me llegó por tres grupos diferentes de WhatsApp y nadie sabía que había hecho yo el vídeo. Ahí me di cuenta de que se había hecho viral”, relata el autor.

Leo Tena realiza trabajos para la empresa Medialog Accelerating Media, que fue la que se presentó al Festival de Publicitat de Cataluña Open Creatiu, y en su opinión la campaña triunfó por tres cuestiones, por un lado que lo que se pretendía vender era un producto de calidad y a buen precio, por otro que el mensaje del vídeo caló en la gente y, por último, la difusión realizada por BNI. “Fueron las tres cosas, que pegaron en el clavo”, dice.

Susana Griso y su equipo también hicieron publicidad de Jamones Bronchales


El resultado de la campaña, que se inició el 19 de marzo, fue que en solo 87 horas se vendieron las 3.000 piezas a las que Jamones Bronchales quería dar salida para ganar liquidez y así poder mantener los empleos. Tras el salto a las redes sociales, los medios de comunicación se hicieron eco y hubo varios de repercusión nacional que entrevistaron al propietario, incrementado aún más el interés entre la población por conseguir uno de los que ya se habían convertido en los perniles más famosos de España.

Coste real de 150.000 euros

El empresario agroalimentaria explica que le calcularon que el coste real de la publicidad si hubiera tenido que pagar por la difusión en redes sociales y en medios de comunicación rondaría los 150.000 euros, una cifra muy alejada de lo que a él le costó.

Los 3.000 jamones se vendieron en 87 horas, pero mucha gente se quedó sin poder comprar, lo que hizo que aumentaran las expectativas de los clientes por un producto que ni siquiera habían probado y que ahora en junio haya agotado el siguiente lote. “Hicimos una lista de espera y se apuntaron otras 3.000 personas a las que estos días estamos sirviendo el pedido, porque nuestro jamón tiene dos años, no se vende con menos curación”, dice.

Si antes de la pandemia las ventas por internet eran de un 1% del total, en la actualidad superan el 95%. No obstante Paco Nácher confía en que ese porcentaje baje cuando se recupere el comercio convencional y la restauración, prácticamente cerrada durante los últimos meses. Ahora secadero “ha dado un giro de 180 grados”, asegura, la producción se ha incrementado y han pasado de las 8 personas que integraban la plantilla antes del covid a 13.

Otro de los datos relevantes que se conocen ahora es que no hubo denuncias por el servicio, algo que el jamonero reconoce que no fue fácil porque “la gente pide por Amazon y le llega al día siguiente, aquí tardamos hasta un mes en servir los últimos pedidos, porque no dábamos abasto”. El 90% de los clientes lo entendían y para el otro 10% pusieron en marcha un servicio de respuesta vía telefónica y en redes sociales con el fin de que no pensaran que habían sido estafados ante la demora en el envío.

El vídeo de Nácher hablando de sus productos no solo fue ventajoso para su secadero sino que comenta que generó un gran interés por el jamón de Teruel, lo que se tradujo en pedidos en otras empresas en cuanto él cerró su web ante la imposibilidad de servir más pedidos.

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