La Fundación Santa María de Albarracín pone al día la reja de la catedral de Teruel

Las restauradoras de la Fundación Santa María de Albarracín han vuelto a la reja de la catedral de Teruel para realizar labores de mantenimiento de su forja, que son tan importantes para conservar su belleza como la restauración que se llevó a cabo por la misma entidad hace siete años. La Diócesis ha encargado al Centro de Restauración de la Fundación estos trabajos de limpieza, necesarios en un bien que se encuentra al intemperie en una ciudad con grandes contrastes de temperatura como es Teruel.

Rosana Herrero, la restauradora que se encuentra al frente de estos trabajos, explicó que se trata de una pieza “muy sensible” que necesita de mantenimiento y limpieza periódica. En cualquier caso indicó que la reja no estaba muy deteriorada, pero al estar al aire libre “se pierde la pintura y el hierro se queda desprotegido sin llegar a oxidarse”:

Por ello, las manos expertas de las restauradoras se afanan estos días en dar un impregnación a esta superficie para recuperar su esplendor. Además, ha sido necesario soldar algunas piezas que se movían o se habían soltado.

Esta reja es una pieza destacada de la portada neomudéjar que el arquitecto Pablo Monguió diseñó para la catedral de Teruel y que su herrero de cabecera, Matías Abad, realizó en 1909 a partir de los restos de otra anterior del siglo XV. A simple vista quizá no se observa, pero la diferencia en la antigüedad de sus piezas sí que lo notan las restauradoras que miman estos días sus barrotes y aprecian que unos son más antiguos que otros.

De celebración a celebración

La actuación de la Fundación Santa María de Albarracín comenzó el día después de la celebración del Corpus Christi en el principal templo de la ciudad, el 11 de junio, y tiene que estar finalizada a lo largo de esta semana, porque el próximo domingo se conmemora la misa en honor de Santa Emerenciana, patrona de la ciudad, como uno de los actos destacados de este primer fin de semana de las Fiestas del Ángel, con la presencia del Seisado.

Esta recuperación de la reja de la forja de Matías Abad coincide con la conmemoración este año del centenario de la muerte del forjador del modernismo turolense, ocurrida el 24 de marzo de 1923.

Con un cuerpo central, de mayor altura que los laterales, tiene cuatro hojas pero solo dos son puertas. Dispone de un arco ojival decorado con tracería gótica y hojas de cardo y presenta dos frisos con motivos vegetales que se rematan con unas bisagras medievalistas, que son similares a las de la puerta de acceso al templo. La parte superior está decorada con una tracería gótica rematada con flores de cardo, los cuerpos laterales están decorados con el mismo friso y presentan el mismo remate. Entre las dos puertas de la reja se sitúa, en una pequeña hornacina de estilo gótico, una escultura de Jesucristo. La estética ecléctica de la forja está claramente influenciada por la reja del coro del mismo templo, realizada en 1491 en estilo gótico flamígero por el maestro Cañamache. Se piensa que para su construcción se emplearon restos de la reja de la capilla de los Pérez Arnal, obra también atribuida a Cañamache. Esta reja forma parte de un Monumento histórico-artístico desde 1931 como es la catedral, que es BIC desde 2004, reconocida también como Patrimonio Mundial.