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Los adultos se suman este año al curso juvenil de Artes Escénicas de Albarracín Los adultos se suman este año al curso juvenil de Artes Escénicas de Albarracín
Un grupo de participantes en el curso, durante una de las sesiones de danza

Los adultos se suman este año al curso juvenil de Artes Escénicas de Albarracín

La actividad se retoma con gran éxito tras dos años de parón por la covid
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Cruz Aguilar
Albarracín se ha vuelto a llenar en los últimos días de julio de música, danza y teatro durante el VIII Curso de Artes Escénicas que este año como novedad ha incluido no solo a jóvenes sino también a adultos. En total 55 personas, entre alumnos y profesores, han participado en una propuesta multidisciplinar y flexible en la que han encontrado un espacio para el enriquecimiento personal a través de la creatividad.

Además del medio centenar de personas implicadas de forma directa, el curso contempla dos actividades abiertas a todo el público. Una de ellas tuvo lugar el viernes por la noche y fue un paseo de música y danza por diferentes escenarios en los rincones más significativos del casco urbano. El sábado, a partir de las 22 horas, en la Iglesia-Auditorio de Santa María tuvo lugar el concierto de clausura a cargo de los alumnos y profesores del curso. El director del curso, Ricardo Gassent, que es académico de la Academia de las Artes Escénicas de España, comentó que toda la información que se desarrolla durante los días del curso está enfocada a presentarla en publico en esas dos actividades.  

Del barroco en adelante


Así, el viernes hubo una trama dramática que sirvió de guía en el paseo que se realizó por los lugares más interesantes de Albarracín. La música en la que incidió el curso fue muy variada, desde la de época barroca a la contemporánea.

La mayor parte del alumnado procede de Madrid, pero cada vez es mayor el número de personas que llegan desde otros puntos de España, como País Vasco, Castilla León, Andalucía, Valencia, Aragón o Galicia y que, como apuntó el director, “planifican sus vacaciones para poder participar en el curso de Albarracín”.

Este año además con la novedad de que participaban familias completas.

“Muchos padres me pedían poder disfrutar de estas actividades y se han inscrito varias parejas de diferentes lugares”, dijo el responsable del curso, quien añadió que la experiencia ha sido muy buena.
El curso que se ha desarrollado desde el pasado día 20 y hasta este domingo cuenta con el patrocinio del filántropo y apasionado de la música y las artes Luís Martínez Arroyo. Se ha retomado tras la pandemia y Gassent precisó que “las ganas de salir de la gente” se han palpado durante las actividades y ensayos. Además, el docente destacó que los participantes no utilizan el teléfono móvil durante el curso, que supone por tanto una desconexión de todo lo que ocurre fuera de Albarracín.

El gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, destacó que este curso tiene un carácter “muy emotivo” porque hay chavales que, desde 8 a 14 años, tocan un instrumento y están muy implicados con la creación. “Me emociona verlos con su clarinete o su violín tocando por los diferentes rincones.  Es un campamento musical que enriquece la creación de los más pequeños”, dijo el responsable. Además, indicó que estar en Albarracín enriquece su convivencia.
 
El escenario, Albarracín, deja una “huella especial” en los chavales, comentó Jiménez, quien explicó que tienen el Palacio de Congresos como escenario de trabajo y el albergue Rosa Bríos es el lugar donde tiene lugar el alojamiento.

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