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‘Nunca es tarde’, aunque se tengan 72 años, para grabar un disco de jotas ‘Nunca es tarde’, aunque se tengan 72 años, para grabar un disco de jotas
El jotero, rodeado de varios miembros del Ayuntamiento de Calamocha, que ha patrocinado la edición del disco ‘Nunca es tarde’. Calamocha TV

‘Nunca es tarde’, aunque se tengan 72 años, para grabar un disco de jotas

José Antonio Polo logra cumplir su sueño de editar un CD con 22 coplas navarras y aragonesas
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Cruz Aguilar

José Antonio Polo todos los días canta alguna jota. Lo suele hacer en privado, antaño mientras viajaba en el coche, porque era comercial y viajaba mucho, y ahora, ya jubilado, entona mientras pasea por el campo con su perro. También le canta a su nieto Mateo, que con dos años es su fan más fiel. Y desde hace unos días comparte sus estrofas con todos los calamochinos porque, a sus 72 años, acaba de editar su primer disco. Se titula Nunca es tarde y ha sido publicado gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Calamocha.

Para Polo la jota es “un alimento del alma” y entre sus estrofas están los estilos aragoneses y los navarros, que son más complicados y exigentes pero el cantador no les tiene miedo: “Es una jota un poco más elaborada, tiene adornos y, si no tienes bien la garganta, no la cantas, pero a mí se me da bien”, asegura. Que no se le da mal quedó patente durante la presentación del disco, que tuvo lugar en el teatro-auditorio de Calamocha ante decenas de amigos, familiares y vecinos.

El jotero ofreció a los asistentes un total de once jotas y sintió el calor del público. Calamocha TV

Precisamente fue con una jota navarra, titulada A una madre que quieres, con la que abrió un recital en el que entonó un total de once coplas, la mitad de las que componen su disco. Junto a él sobre el escenario estaban los músicos de Alma con la Jota, un grupo de Puerto de Sagunto dirigido por José Manuel Ibáñez, que es uno de los referentes y grandes apoyos de José Antonio Polo.

El cantador se mostró seguro sobre el escenario y le salió la actuación redonda, aunque reconoce que los días previos pasó muchos nervios porque cantar para su pueblo es una gran responsabilidad. “En mi pueblo no es donde mejor canto, pero me vi muy bien”, comenta después del acto, que se prolongó durante más de dos horas y fue presentado por los periodistas calamochinos Silvia Lario y Eduardo Escudero.

El cantador es autodidacta y reconoce que solo hizo un curso de jotas, hace unos años, con la cantadora de Monreal del Campo Teresa Pomar, aunque lo dejó pronto. Dice tener en los vídeos de Youtube a sus principales maestros y es allí donde escucha las jotas que le gustan e intenta aprender.

José Antonio Polo, sobre el escenario. Calamocha TV

Al preguntarle cuáles son sus influencias asegura rotundo: “Mi estilo de jota es propio, no imito a nadie”, aunque apunta que su voz “tiene un pequeño parecido” con la del gran cantador Mariano Arregui: “Llegamos a tonos altos, pero no tenemos la voz recia típica de jotero”, describe. Polo la define como “una voz fina”, que permite cantar jotas pero también otro tipo de coplas, como boleros, a los que también es aficionado. El jotero calamochino hace sus pinitos con la zarzuela, porque su voz “se adapta a varios estilos”, comenta, aunque en la jota es donde más a gusto se siente.

Grabado en Mas de las Matas

El disco se ha grabado en un estudio de Mas de las Matas y Polo está encantado con el resultado. Además, en su ópera prima ha contado con el apoyo –materializado en dedicatorias en el propio disco– de “los grandes de la jota aragonesa y navarra”, argumenta. Se trata de Nacho Del Río, Beatriz Bernad, Yolanda Larpa, Roberto Ciria, José manuel Ibáñez y Josu Hernández Asurmendi. Para la grabación del disco contó a su vez con el apoyo del andorrano Luis Quílez en la parte instrumental.

A todos los vecinos y amigos que acudieron a la presentación de Nunca es tarde el pasado sábado en Calamocha se les entregó un ejemplar, mientras que el resto ya está a la venta y lo recaudado se donará a los refugiados de Ucrania y a Atuem, la Asociación Turolense de Enfermos de Esclerosis Múltiple. Los asistentes a la presentación tuvieron oportunidad de hacer un donativo en favor de estas dos organizaciones. El jotero argumenta que, en el caso de que el millar de ejemplares se vendan, se hará una nueva edición cuya recaudación también será solidaria, aunque todavía no han pensado a qué ONG se donará.

El alcalde, Manuel Rando (izquierda), dedicó unas emotivas palabras a José Antonio Polo, que ha grabado su primer disco con 72 años. Calamocha TV

Ya tiene en mente la participación en diversos certámenes, pero indica que no tiene previsto realizar bolos este verano “salvo algún compromiso ineludible”. Polo lleva la jota muy dentro y todos los días la canta, pero no es fácil verlo sobre los escenarios, por eso la actuación del sábado fue un regalo para todos sus vecinos. Y es que, como recuerda el jotero, los orígenes de la jota están “fuera de los escenarios”, en el campo, “mientras se hacían las labores agrícolas”.

La jota nació en el campo

El calamochino también empezó cantando al aire libre y, posteriormente, realizó colaboraciones con varios grupos de jota, sobre todo en las actuaciones del verano para las fiestas de los pueblos. “Ahí me fui soltando, perdiendo un poco el miedo al escenario”, relata, para añadir que a raíz de esos bolos comentó a presentarse a concursos. Ganó varios de ellos, sobre todo en Navarra y La Rioja, donde hay más certámenes para las categorías veteranos y senior, que es a las que él puede optar.

Un momento de la presentación concierto que tuvo lugar el sábado en el teatro-auditorio de Calamocha. Calamocha TV

Nunca es tarde es el título de un disco grabado a los 72 años, una edad atípica para estrenarse en el mundo discográfico. Polo reconoce que no es habitual presentar un disco a esa edad, aunque apunta que no es el único, ya que el Pastor de Andorra editó uno con casi 90 años, aunque en su caso llevaba toda la vida dedicándose al folclore aragonés.

Entre las piezas que interpretó en la presentación en Calamocha estuvo Sa feito de nuei, el poema de amor hecho jota que procede del valle de Echo y que puso los pelos de punta a un auditorio totalmente entregado. “El público estuvo muy atento, a los cantadores nos gusta cuando se nos respeta y todo el rato fue muy bien” el espectáculo, asegura su protagonista.

Polo se reservó para el final una de las jotas más emotivas, Calamocha que es mi pueblo, en la que nombra a San Roque y a la Virgen de la Ascensión y hace un repaso por los elementos más emotivos para casi todos los vecinos.