Síguenos
Sebastián Roa, escritor turolense: “Los monasterios emitieron muchos documentos medievales, pero gran parte de ellos ofrecen datos falsos” Sebastián Roa, escritor turolense: “Los monasterios emitieron muchos documentos medievales, pero gran parte de ellos ofrecen datos falsos”
Sebastián Roa publica el 1 de octubre su próximo libro con Harper Collins, ‘La estirpe del águila’

Sebastián Roa, escritor turolense: “Los monasterios emitieron muchos documentos medievales, pero gran parte de ellos ofrecen datos falsos”

El turolense publica el 1 de octubre ‘La estirpe del águila’, novela que viaja al siglo XI con el primer rey de Aragón, Ramiro I, como principal protagonista
banner click 236 banner 236

Tras ponerse en la piel del malvado Simon de Monfort en Sin alma (2022) el escritor turolense Sebastián Roa escala varias generaciones hacia atrás en el tiempo y vuelve a los estantes de las novedades de la mano de Harper Collins con la novela histórica La estirpe del águila. La obra cabalga hacia el siglo XI, a 1028, cuando el pequeño condado de Aragón inicia su andadura a través de la historia. Ramiro, el hijo bastardo de Sancho III el Mayor, cruza la frontera musulmana para iniciar una razzia sin sospechar que es el primero de los pasos que conducirá a fundar lo que siglos después será una de las coronas más importantes de Europa. El apasionante juego de alianzas, lealtades y traiciones que mediará entre tanto configurará el futuro de Europa y de la cristiandad.

-1028 y Ramiro I nada menos... ¿Su libro es la historia novelada de la fundación del Reino de Aragón?

-Ese era el objetivo inicial, basándome en este personaje, hijo teóricamente bastardo de Sancho III el Mayor. Sin embargo a medida que me metía en la novela me fui enfangando y complicándomela la vida, y finalmente decidí hacer una especie de fresco que incluye todo el norte de la península Ibérica. Todos tienen relación con Sancho III el Mayor, que es como la madre de todos los demás reinos que surgen casi al mismo tiempo.

-Un momento clave y bastante complejo...

-Así es. El Reino de Pamplona, que todavía no lo es de Navarra influye en todos los demás reinos, incluyendo los condados orientales que todavia no son Cataluña. A eso se une que ya ha caído el Califato de Córdoba y los cristianos empiezan a empujar con cierta decisión hacia el sur. Y los hijos de ese rey de Pamplona, Sancho III el Mayor, acabarán formando las dinastías reinantes en los futuros reinos cristianos. Eso generó unas escenas, unos líos y unos pleitos apasionantes.

-En esa mística del siglo X y XI el relato legendario se funde con la historia con total normalidad. ¿Hasta qué punto resulta fácil documentarse separando el grano de la paja?

-Muchas de las fuentes y las crónicas que lees son obviamente legendarias, o muy sospechosas de ser leyendas. Pero es que además una parte de lo que se cree que es documentación sobre hechos auténticos están falseados en muchos casos.

-¿Por quién y con qué objetivo?

-Los monasterios fueron las entidades que más documentación emitieron y conservaron, y una parte importante de ella es falsa o está exagerada. En concreto he encontrado que aproximadamente la mitad de la documentación emitida por San Juan de la Peña es falsa. Los monjes eran los únicos que poseían algo parecido a un archivo, y registraban las donaciones que los nobles les hacían de tierras, viñedos, casas o incluso poblaciones enteras. Cuando pasaban varias generaciones los monjes sencillamente falsificaban los datos para que la donación fuera mucho más grande a favor de los monasterios. Cuando años después algún descendiente reclamaba alguna propiedad, ellos presentaban la documentación falseada y casi siempre ganaban los pleitos, porque nadie poseía información escrita que demostrara lo contrario. El problema es que esa documentación falsa es la que se conservó, y la que ha llegado hasta nuestros días.

La conclusión es que no te puedes fiar de las fuentes, porque los hechos están falseados y muy entreverados además con relatos legendarios y míticos. Así que o te inventas las cosas o aprovechas las leyendas, que es lo que he hecho yo. Esas leyendas son preciosas, y si se ha construido toda la mítica en torno a ellas, ¿por qué no construir una novela? Nuestro acerbo cultural no solo está formado por la historia, sino también por esas mitologías aragonesa, castellana o navarra.

-¿Cómo se llega a comprobar que esos documentos que nos llegan están falseados?

-Los historiadores tiran sobre todo de paleografía, y de comparar diferentes documentos sobre las mismas cosas. Y también descubren términos que no son propios de la época en la que un documento falso dice estar escrito. A veces se dan cuenta de que hechos que todavía no han tenido lugar aparecen constatados con fecha previa, y esos detalles les hacen sospechar. Incluso leyendas que pertenecen a periodos tardíos y aparecen en documentos que pretenden hacerse pasar por anteriores a estas.

-¿Cómo se mete en la piel de Ramiro I? Es un tipo del que apenas hay referencias fidedignas y, al mismo tiempo, lo suficientemente importante como para no poder hacer o decir barbaridades en su nombre...

-Pura imaginación. Tienes razón en que es imposible saber cómo pensaba cualquier persona que vivió hace mil años. Yo tomo los hechos históricos o legendarios en los que participó y creo una composición... ¿cómo tuvo que ser este hombre para hacer lo que hizo? Por ejemplo, una de las leyendas más famosas en las que está implicado es la defensa de su madrastra. Aunque algunos historiadores ahora lo han negado, lo más probable es que Ramiro fuera hijo bastardo de Sancho III el Mayor. Y Ramiro salió en defensa de su madrastra, algo que para esa época es absolutamente épico y caballeresco. Tanto que se puede sospechar que no es cierta, pero si la tomas como tal ya tienes elementos importantes de su carácter: se sabe bastardo, sabe que va a ser el último de los hijos del rey, probablemente no heredará nada y es odiado por su madrastra, y aún sale en su defensa. A partir de elementos así vas construyendo un perfil psicológico que, aunque es imposible de verificar por la historiografía, para la novela sirven perfectamente. Y a partir de ahí los personajes echan a rodar y se van desarrollando por sí mismos... algunos resultan más pusilánimes, otros más arrogantes, según avanza la narración.

-Que un lector de novelas pueda hacerse una idea determinada de Ramiro I o de cualquier otro personaje histórico conlleva una importante responsabilidad.

-Así es. Pero siempre digo que es un error creer que la novela histórica te enseña historia. Para eso lo que hay que hacer es leer ensayo histórico. Pero es lo que hay y lo que la gente demanda. Las editoriales lo saben y lo impulsan, y los autores también lo saben y muchas veces utilizar el rigor histórico como argumento de venta. Yo siempre incluyo al final de la novela un apéndice histórico, donde explico qué partes son fieles a la historiografía -que no significa necesariamente que sea fiel a lo histórico-, qué partes pertenecen a la leyenda y qué partes han nacido a través de mi imaginación. Lo hago precisamente para que el lector no se sienta engañado ante una escena que yo he podido inventarme en aras de la ficción. Porque la novela es ficción, y la ficción por definición es invención.

-Por cierto, ha mencionado a la madrastra de Ramiro I, esposa de Sancho III el Mayor. ¿Cómo se llamaba?

-No se sabe con seguridad, es otra cosita típica de esta época. En algunos textos se le llama Mayor, que es el nombre que uso yo, y otros se le llama Elvira o Muniadona.

-Uno de los elementos apasionantes de Ramiro es que marca el inicio de un reino que terminará siendo hegemónico en el este de la península Ibérica, cuando estaba destinado a no ser nada...

-Efectivamente. El reparto del Reino de Pamplona iba a tener lugar en teoría entre sus tres hermanos, menores que él pero legítimos. Él sabría que recibiría algún castillo, algún pueblo, pero poco más. Y el libro novela qué es lo ocurrió para que ese destino cambiara. Quien conozca el personaje sabe cómo acabará Ramiro I, pero al principio del libro lo presento comopoco más que un advenedizo. La premisa dramática del libro es que tanto él como su hermano Fernando, son los gérmenes de forma inesperada de los dos reinos que en el futuro serán más poderosos, Aragón y Castilla.

-En este periodo histórico de protoformación de los grandes reinos cristianos suelen nacer los discursos nacionalistas actuales. ¿Existe algún tipo de reivindicación por lo que toca a Aragón en esta novela?

-En absoluto. De hecho considero que los nacionalismos son ideologías nefastas. La novela pasa por territorios que hoy en día están muy contaminados por el nacionalismo, pero es absurdo pensar que en aquella época existía algo parecido. No existían las ambiciones territoriales en el sentido de nacionalismo, sino más bien de personalismos, si quieres. Cataluña o cualquiera del resto de territorios de la península tiene una historia preciosa, no seré yo quien la contamine con este tipo de ideologías.

-De lo que siempre hablan las novelas es de pasiones humanas. ¿Cuáles trata usted en ‘La estirpe del águila’?

-Fundamentalmente son tres: la ambición, la lealtad y la justicia. La narración tiene mucho que ver con las traiciones, con las lealtades que le debes al rey o a tu familia, y con las mentiras que se sostienen con tal de lograr tus objetivos.

-Explíqueme el título de la novela. El reino de Aragón suele identificarse con las cuatro barras y el águila se vincula a Castilla, pero mucho más tarde que el siglo XI...

-Esto es una especie de trampa preheráldica, porque en esta época ni siquiera existe la heráldica. Sin embargo el águila negra está a punto de configurarse como símbolo, pero no de Castilla como suele creerse sino de Pamplona. Es lo que en euskera se denomina Arrano Beltza, águila negra, que es otro símbolo que se ha utilizado desde el nacionalismo, por cierto. Este águila negra se convertirá en el escudo del reino de Pamplona, que después será sustituido por las famosas cadenas del reino de Navarra, y Sancho III es el padre de la dinastía que irá dando lugar a todos los reinos y condados que conoceremos más tarde.

-La novela sale al mercado el 1 de octubre. Ya casi es una tradición que publique para otoño, ¿verdad?

-Hay dos fechas clave para que la editorial saque al mercado las novelas, que son justo antes de las ferias del libro, para marzo, y ahora en octubre, retomado el curso tras el verano y cerca de las navidades, que es cuando se otorga el Planeta, por ejemplo. Yo he tenido suerte con eso y la editorial siempre me ha publicado en esos dos periodos, sobre todo en este. Si te das cuenta ahora se acaba de publicar a Pérez Reverte, Posteguillo, Ken Follet, Dan Brown... El problema que suelo tener yo es que salgo en una época en la que compito contra los superventas.

 

Portada de su última novela, ‘La estirpe del águila’

Décima novela

Sebastián Roa (Teruel, 1968) es un escritor turolense afincado en Valencia que ha publicado la mayor parte de sus novelas con Ediciones B y con Harper Collins. Es autor de Casus Belli (2007), El caballero del alba (2008), Venganza de sangre (2010), La loba de al-Ándalus (2012), El ejército de Dios (2015), Las cadenas del destino (2016), Enemigos de Esparta (2018), Némesis (2020) y Sin alma (2022).

Su nuevo libro sale al mercado el 1 de octubre y su primera presentación oficial tendrá lugar durante el Certamen de Novela Histórica de Úbeda, premio que ganó con Las cadenas del destino, entre los próximos 14 y 19 de octubre.

El lunes 22 de octubre presentará La estirpe del águila en Teruel, en un acto que tendrá lugar en el Casino de Teruel.

El redactor recomienda